Traición a las víctimas y a la democracia

Rodríguez Zapatero y Francisco López -dirigente del PSE- se han decidido a sentarse en una mesa con una banda terrorista para hablar de política. Por lo visto les importa un rábano que esos terroristas tengan las manos manchadas de sangre inocente, o que Otegi quiera conseguir que dentro de dos años el País Vasco sea una república socialista. Las víctimas tampoco parecen importarles lo más mínimo. Han atacado, difamado, desprestigiado e insultado a la Asociación de Víctimas del Terrorismo hasta hartarse, al mismo tiempo que han sido incapaces, siquiera, de condenar los últimos atentados de ETA y de llamar terroristas a los terroristas y asesinos a los asesinos.

El Gobierno socialista ha decidido que ni la Constitución Española, ni el Estado de Derecho ni la Ley de Partidos son obstáculo para los propósitos de Zapatero de mantenerse en el poder aun a costa de ceder ante una banda de criminales. Un Gobierno que se sitúa al margen de la ley no es un Gobierno que pueda considerarse ni legal ni democrático. Lamentablemente, en el caso del PSOE, llueve sobre mojado. Hace años fueron los GAL y ahora es la rendición ante ETA: por lo visto en el PSOE son incapaces de asumir que la lucha contra el terrorismo ha de hacerse dentro de los límites que marcan la Constitución y las leyes.

Ante esto, ¿qué podemos hacer? Pues cualquier cosa menos quedarnos de brazos cruzados. El Foro de Ermua ha llamado a los ciudadanos a una revuelta cívica en defensa de la libertad. El 10 de junio, a las seis de la tarde en la Plaza de Colón de Madrid tendremos la ocasión de hacer oír nuestra voz ante esta traición del Gobierno a la palabra dada, a las víctimas y a la democracia. Quien no puedan ir tiene una magnífica ocasión, al menos, de dar a conocer esta convocatoria por todos los medios a su alcance, de utilizar aunque sólo sea la palabra para no refrendar con su silencio las cosas que están ocurriendo en España. Que los españoles nos callemos ante esta puñalada trapera a las víctimas y a la democracia es precisamente lo que quiere Zapatero.