El episodio de 'Los Simpson' que explica la maniobra victimista de Pedro Sánchez

Elentir EN Dom 28·4·2024 · 7:02 6

Desde hace varios días, España se está viendo sometida a una sesión de manipulación que podríamos resumir como pornografía emocional.

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Manipulando a una sociedad que reniega de la racionalidad

Si la pornografía sexual es la exhibición con ánimo de lucro de actos sexuales que deberían quedar en el ámbito de la intimidad, podríamos definir la pornografía emocional como la exhibición de supuestas o incluso falsas emociones con el fin de obtener un rédito. Es una forma de pornografía mucho más extendida que aquella y que se utiliza, a menudo, para manipular a otras personas.

De hecho, hoy en día la pornografía emocional se ha convertido en una de las más eficaces herramientas de manipulación política sobre una sociedad que parece renegar de la racionalidad, es decir, de la capacidad para pensar en base a argumentos racionales.

'Los Simpson' pardió muy bien esa pornografía emocional

Una serie de televisión estadounidense, Los Simpson, parodió muy bien esa pornografía emocional en el noveno episodio de su sexta temporada. Homer Simpson es acusado falsamente de acosar a una chica. Un programa de televisión intenta presentar a Homer como un depravado invitando a varias mujeres que no habían tenido trato con él. No se aportan pruebas ni hechos contra él, pero una mujer aparece llorando ante las cámaras y la presentadora afirma: "No se preocupe, sus lágrimas nos dicen mucho más que ningún hecho real".

Recurriendo al victimismo para convertirse en intocable

Aquel episodio sirve para explicar lo que ha hecho el socialista Pedro Sánchez con su carta victimista después de que un juzgado iniciase diligencias contra su mujer por posibles delitos de tráfico de influencias y corrupción. Sánchez se presentó como un hombre "enamorado" de su mujer y emocionalmente afectado por lo ocurrido, por lo que se dio a sí mismo cinco días de vacaciones para reflexionar si dimite o no. Es una exhibición de pornografía emocional más que evidente.

Los propagandistas de la izquierda española llevan días contribuyendo a elaborar esa falsa imagen de Sánchez como una pobre víctima de una derecha despiadada, una derecha que mezclaría a la oposición política, a medios de comunicación y a jueces en lo que el propio dirigente socialista calificó como "una coalición de intereses derechistas y ultraderechistas", una teoría de la conspiración para demonizar a sus rivales políticos, a los medios libres y a la Justicia para intentar convencernos de una idea perversa e inaceptable en una democracia: la idea de que Sánchez y su esposa deben ser intocables y estar por encima de la ley.

La tríada oscura de Pedro Sánchez

Esa pornografía emocional se enmarca en los alarmantes rasgos de personalidad que Sánchez ha venido exhibiendo, rasgos que algunos han identificado con la tríada oscura, como se conoce en psicología a ese peligroso cóctel que une el narcisismo, el maquiavelismo y la psicopatía. Sánchez es un político enamorado de sí mismo, que cree que sus deseos están por encima de cualquier otra cosa. Es también un político que ha demostrado tener escasos escrúpulos a la hora de conseguir sus propósitos, atacando la independencia judicial, violando repetidamente la Constitución y amenazando gravemente el Estado de Derecho. Además, ha demostrado una brutal falta de empatía no sólo con sus rivales políticios, sino con todos los españoles, poniendo su interés personal por encima del bien común hasta tal punto que parece que confunde España con una finca particular.

No ha condenado ninguna de las agresiones contra Vox

Esos alarmantes rasgos de personalidad han quedado plasmados en su reacción ante la ola de agresiones contra Vox desatada por la extrema izquierda en 2018. En todos los años que llevamos de democracia en España, nunca un partido de la oposición había sido sometido a una ola de violencia como ésa, si exceptuamos la sufrida por los demócratas a manos de los terroristas de ETA. Diputados, afiliados y simpatizantes de Vox han sido agredidos de las formas más variadas, y las sedes de ese partido conservador han sufrido constantes ataques.

Esa ola de violencia dura ya seis años, y en todo este tiempo Sánchez y su gobierno no han condenado ni una sola de esas agresiones. No sólo se han negado a hacer ese gesto tan básico para un demócrata, sino que además todos sus esfuerzos se han dirigido a demonizar a los agredidos y a someterles a un cordón antidemocrático como si fuesen unos apestados, alimentando así la ola de violencia contra ellos.

En abril de 2021, hace ahora cuatro años, ocurrió algo que no había pasado en décadas de democracia en España: miembros del gobierno justificando agresiones contra miembros de la oposición, acusando a los agredidos de "provocar" a sus agresores, el viejo argumento de la minifalda que culpa a las mujeres violadas de la agresión sufrida. Sánchez no criticó en ningún momento esa infamia. No le vimos entonces apelar al sentimentalismo, ni siquiera a la más mínima noción de la decencia.

Ha pactado con los que no condenan el terrorismo de ETA

Su actitud insensible ante la violencia contra Vox no es, con todo, el gesto más perverso de ese político sin escrúpulos: Sánchez no ha tenido reparos en pactar con Bildu, un partido que se niega a condenar el terrorismo de ETA, una banda criminal que ha asesinado a 853 personas, incluidas 22 niños. Hace unos meses, fue un paso más allá y su gobierno permitió a un grupo terrorista, el FPLP, convocar una marcha en Madrid, sin importarle el hecho de que esa organización figura en la lista de grupos terroristas de la Unión Europea.

Quienes deberían salir a la palestra para denunciar el maltrato sufrido son las víctimas de ETA a las que Sánchez ha traicionado, los rivales políticos agredidos a los que no dedicó ni el más mínimo gesto de apoyo y, en general, todos los españoles que hemos visto como este gobierno pisoteaba democracia, arruinaba nuestra economía y se aliaba con los que llevan por bandera el odio a España y a la Libertad, dejándonos un país cada vez más pobre y menos libre porque lo único que le importa en esta vida es aferrarse al poder al precio que sea.

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Foto: AFP.