Habrá todavía más discriminación

"La España que defiendo extrae su riqueza de su diversidad, unida por su pasado y por su futuro. Nadie tiene más derechos por nacer en ningún lugar". Esto lo ha dicho Zapatero hoy en su discurso de investidura. Y, como se costumbre, no ha dicho la verdad.

Millones de ciudadanos españoles son discriminados en función de su lengua materna, hasta el punto de no tener la oportunidad de escolarizar a sus hijos en su lengua si ésta es el castellano. Del mismo modo, miles de comerciantes son castigados con sanciones por el mero hecho de utilizar sólo el castellano en sus negocios, un derecho que la Constitución reconoce pero que Zapatero niega.

Comunidades enteras son marginadas por el Gobierno del PSOE en cuestiones como el reparto de los presupuestos, que estos últimos años se han hecho privilegiando a comunidades gobernadas por el PSOE y castigando a las comunidades gobernadas por el PP.

En el caso del agua, la injusticia ha sido todavía más sangrante. Después de que el Gobierno socialista anulase vía Decreto el Plan Hidrológico Nacional y rechazase los trasvases, dejando sin agua a comunidades gobernadas por el PP, descubrimos que Zapatero pactó en secreto ya antes de las Elecciones del 9-M un trasvase desde el Segre para una comunidad gobernada por el PSOE.

Esto, amigos míos, es discriminar a unos y privilegiar a otros en función de su lengua materna, del idioma que hablan o incluso del partido que gobierna la región en la que viven. Hay que tener la cara muy dura para decirnos ahora que "nadie tiene más derechos por nacer en ningún lugar", cuando ha sido el propio Zapatero quien se ha empeñado en dividir a los españoles entre ciudadanos de primera y de segunda, entre privilegiados y discriminados.

Lo peor es que la mentira pronunciada hoy por Zapatero lanza un mensaje inquietante a todos los españoles: lejos de reconocer sus errores, lejos de querer rectificarlos, el dirigente del PSOE se siente orgulloso de esto que ha hecho y, por tanto, vamos a tener más de lo mismo, es decir, todavía más discriminación.