La esperanza más allá de toda esperanza

En estos difíciles momentos, tanto en términos económicos como en muchas otras facetas de la vida, a cualquiera le pueden asaltar preguntas muy inquietantes. ¿Estamos perdidos? ¿Nos va a poder la desesperación? He pensado estos días hasta qué punto las circunstancias influyen en nuestro ánimo y nos llevan a situaciones que no imaginaríamos en condiciones normales. Sin embargo, me atrevo a lanzaros una pregunta: ¿hay motivos para la esperanza?

Sé que puedo parecer un iluso, pero en estos casos me viene a la mente la idea descrita por Tolkien bajo el bello nombre élfico de "Estel", una palabra etimológicamente relacionada con las estrellas -símbolo de esperanza en la obra del viejo profesor- y que de hecho significa la esperanza más allá de toda esperanza, aquello que te mueve a seguir incluso cuando todo está perdido.

Esto es difícil de explicar en unos tiempos en los que la depresión, que es la enfermedad de la amargura y la desesperanza, se ha convertido en una auténtica epidemia. Es inutil combatirla con mera palabrería, apelando al optimismo y lanzando anatemas contra el derrotismo, como hace alguno. Cuando el alma se siente encogida, el marketing dialéctico no sirve para nada.

¿Qué nos queda, entonces? En fin, yo eso lo tengo muy claro. Para recordarlo sólo necesito acercarme a ver una puesta de sol o salir alguna noche a ver las estrellas. Y ni siquiera eso. Aquí, entre techo y paredes, aunque fuera haya nubes, sé que las estrellas siguen ahí arriba. Sé que hay algo grande, inmenso hasta el punto de dejarnos como algo mucho más pequeño que una simple mota de polvo en relación con todo aquello que el ser humano ha llegado a explorar, aunque sólo sea con radiotelescopios.

Hoy está al alcance de todos tener la experiencia de algo que supera el alcance de nuestros sentidos y de nuestra razón, cuya magnitud rebasa nuestra imaginación y nuestra inteligencia. Algo que, en fin, nos hace sentir muy pequeños, pero no insignificantes, pues no hay mayor grandeza que darse cuenta de la suerte que tenemos de formar parte de algo tan amplio que roza el infinito.

Y es de eso, de infinito, de lo que busca colmarse nuestra sed. Un infinito que yo bebo a sorbos mirando las estrellas y deleitando mis ojos ante la cálida luz de un ocaso, porque tras ellos me encuentro con la respuesta a una pregunta que me asalta desde niño. Una respuesta que no llega en forma de sosa explicación, como quien lee una fórmula, sino con la preciosa belleza de un poema escrito con unas rimas que superan nuestro entendimiento, aunque lo complacen con creces. Me resisto a toda excusa que me invite a abandonar la contemplación de algo tan bello, a renunciar o despreciar esta vida que es una expresión más del brillo que nos llega de las estrellas y de la luz que nos brinda cada mañana el Sol. Vivir y disfrutar de esto es un regalo, el más inmenso regalo que nos han hecho jamás, y el mayor motivo de esperanza que tenemos para seguir soñando con el día de mañana.

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(Imagen: Stars, por Phantom-Seraph)

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Comentarios:

  1. Amén, Elentir. Y mi más sincera enhorabuena por este post magnífico. Un abrazo.

  2. Void

    Te aconsejo escuchar un grupo: Shining (los suecos, no los noruegos). Sus dos ultimos discos (The eerie cold y Halmstad) son obras maestras.

  3. Como canta Sam en Mordor:

    «above all shadows rides the sun/
    and stars for ever dwell»

    No importa lo negros que sean los nubarrones: el sol y las estrellas reinan allí arriba; la Tierra gira, pero la Cruz permanece, puente entre esta Tierra Media de hombres y la Eternidad. Ni las cosas materiales nos llenan, ni el Arte consigue más que despertar en nosotros el deseo de Bondad, Verdad y Belleza infinitos.

    Como dice la canción de Bárbol: necesitamos encontrar «una tierra donde los corazones hallen descanso». A lo que responde San Agustín: «mi corazón andaba inquieto, y no logró reposar hasta descansar en Ti, Señor». O como dice Teresa: «sólo Dios basta».

    Sigamos mirando estrellas: aumentan nuestro deseo de Infinito.

  4. Javier

    Sí, hay motivos para la esperanza. Siempre nos quedará el recuerdo del pasado.

    Un abrazo.

  5. Void

    :_( me has borrado mi comentario, jo…

  6. Nada espero, así que no suelo ser defraudado.

  7. Precioso artículo.

    La Esperanza nunca se debe perder aunque en muchas ocasiones los hechos te devuelvan a la dura realidad. Y ultimamente más.

    En fin.

    Enhorabuena por los cambios y por cierto te acabo de leer en la Ilustración Liberal al lado de firmas como Juan Carlos Girauta, Fernando Díaz Villanueva, Carlos Alberto Montaner, … Enhorabuena.

  8. Pablo, justamemte esa imagen de Sam cantando a las estrellas en Mordor la suelo tener muy presente, me has leído la mente. 😉

    Por cierto, Void, tu mensaje estaba en cola de moderación. No conozco el grupo que me comentas, buscaré algo de ellos en Last.fm, a ver qué encuentro. Muchas gracias por la recomendación.

    Gonlor, me acabo de enterar por tu comentario de que salgo en La Ilustración Liberal. 😯 Voy a verlo ahora.

  9. Pataterov

    Elentir, desde que has cambiado el diseño de la web veo todos los artículos con fondo negro y texto en gris muy oscuro.

    Sé que es debido al navegador Opera, pues lo he visto con IE y Firefox y se ven bien. No obstante suelo utilizar el Opera y me resulta desesperante tener que seleccionar los artículos para poder leerlos. No sé si me explico… y me has entendido.

  10. Voy a intentar resolver eso, pues yo también uso mucho el Opera. El caso es que no me había fijado cómo quedaba el nuevo blog en ese navegador… Lo acabo de comprobar y, en efecto, sale el fondo negro.

  11. doiraje

    Cada día mi esperanza la pongo más en Jesucristo. Ojalá llegue el momento en que todas mis expectativas las ponga en Él, entonces seré casi feliz, o al menos lo más feliz que se puede ser aquí abajo. Aún sigo siendo un mal cristiano e intento resolver mis problemas como si Él no tuviera ni arte ni parte. Sin embargo, estoy en un momento en que me voy desnudando de muchas cosas, cosas superfluas, vanas, que confunden… Y aunque vivo en una suerte de desierto interior nunca he tenido más esperanza que ahora. Y esa esperanza no viene de mí. A través de mi desierto, en mi corazón, voy haciéndole un hueco cada vez más grande al Señor. Aunque estuviera ciego, yo también seguiría contando estrellas.

  12. José Sáez

    Apreciado Elentir. Tu artículo me ha encantado. Me has recordado el comentario que el pintor Van Gogh escribió a su hermano Théo, en relación con su impresionante pintura «Le nuit étoilée», «La noche estrellada». Ojalá pùdiera subir aquí una reproducción del cuadro. El genial pintor le decía a su hermano: «Cuando siento una terrible necesidad de religión, salgo por la noche a pintar las estrellas». A mí también me sobrecoge la inmensidad y belleza del cosmos, que remite a un orden más allá del caos. Donde hay un logos, una razón universal, hay una finalidad, un por qué y un para qué y, por tanto, hay esperanza.

    Un abrazo.

  13. Apacible artículo que para disfrutarlo a tope en estas noches de verano es preciso leerlo en la terraza de casa, con el portátil poco abierto, casi cerrándolo tras cada párrafo y parándose a meditar, y con un fondo de estrellas como ilustras en la imagen. Ideal para los que vivimos en un pueblo costero donde la contaminación lumínica aún no nos ha invadido en exceso y es posible contar más de seis estrellas en el cielo. O, en su defecto, con la luz más cautivadora del día, la crepuscular del atardecer.

    En cuanto a la esperanza, digamos que mi método para mantenerla consiste en aferrarme al deseo de creatividad y ofrecerles un legado a los que me sucedan. A poco que pueda, dejaré un relato pormenorizado, lo más extenso posible, de la época que me ha tocado vivir. Sea en forma de novela, dándoles aliento a los personajes que he conocido en la vida real, o de ensayo. Incluso si a la postre no llegase a leerlo nadie, a mí me habría servido.

  14. José, aquí va el cuadro:

    Me alegra ver que os ha inspirado tanto esta entrada. 🙂

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