Estreno: os presento "The Butterfly Circus", con Nick Vujicic y Eduardo Verástegui

Nick Vujicic es el joven australiano de 26 años que veis en este vídeo y que coprotagoniza "The Butterfly Circus", la nueva película de Eduardo Verástegui, un cortometraje de 20 minutos que puedes ver ya pulsando aquí. Nick nació sin brazos ni piernas. Su afán de superación y su felicidad hacen que muchos problemas nos parezcan insignificantes. Nick es como otros miles de seres humanos a los que nuestro gobierno quiere negar su derecho a nacer por el mero hecho de ser discapacitados. ¿Acaso su vida tiene menos valor que las vidas de Zapatero o Bibiana Aído?

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Comentarios:

  1. El mundo, la humanidad precisa de gente así. Y los padres empeñados en matarlos antes de nacer. ¡Dejemos de culpar a Zapatero! Son los padres los que van a los abortorios. Que el gobierno lo ponga fácil sólo es parte del problema. Que una madre no vea la belleza de un hijo sea como sea, es el mayor problema.

  2. Melangui

    Egoísmo, el que dirán, aparentar se normales sin nigún «anormal» en al familia y quizás el más importante, la comodidad.

    Comodidad echarle la culpa a ZP.

  3. Desde luego, buena parte de lo que ocurre es culpa de los políticos que promueven la cultura de la muerte, pero desde luego el cambio para recuperar el valor de la vida tiene que empezar por abajo, en eso coincido con vosotros. Los políticos no se atreverían a perpetrar estas salvajadas si no hubiese gente que los apoya y otra gente que, no apoyándoles, lo consiente de brazos cruzados o mirando hacia otro lado.

  4. Josemanuel

    No coincido totalmente, la gente tiene culpa, pero no gran parte de culpa, en España el seguidismo y sectarismo están a la orden del día y si los «líderes» dicen que algo es bueno, pues a aplaudir. La izquierda tiene el aborto como una bandera y aunque se hagan salvajadas lo seguirán apoyando y fomentando y el que se considera de izquierdas, aunque no esté de acuerdo, sólo por diferenciarse, lo apoyará. Felicidades por el blog.

  5. José C. Muñoz

    Queridos amigos:

    Permitidme que responda a la pregunta retórica con que finaliza la entrada de Elentir.

    ¿Acaso su vida [la de Nick] tiene menos valor que las vidas de Zapatero o Bibiana Aído?

    A mis ojos, muchísimo más…

  6. Pues discrepo, José Carlos. Para mí toda vida humana tiene el mismo valor, sea la de Zapatero, la de un minusválido, la de un socialista, la de una persona de derechas, la de un cristiano, un ateo o un musulmán, la de un nasciturus o la de un anciano. Ése es el mensaje que tienen que entender quienes están con la cultura de la muerte.

  7. José C. Muñoz

    Elentir:

    ¿Le encuentras el mismo valor a la vida de Hitler o a la de Stalin que a la de Ghandi o a la de la Madre Teresa de Calcuta?

    Todos (Zapatero y Aído incluídos, por supuesto) tenemos el derecho a vivir exactamente en la misma medida, porque es consustancial al ser humano y el primero de todos los derechos, sin el que sería imposible el ejercicio de todos los demás.

    Pero no entiendo que tengamos que valorar exactamente igual todas las vidas, se vivan como se vivan.

  8. José Carlos, estoy convencido de que Hitler y Stalin estarán en lo más profundo del infierno, es el sitio que se ganaron a pulso. Fueron dos genocidas responsables del asesinato de millones de personas, dos tipos que se ajustaban a la justificación del tiranicidio del que han hablado algunos doctores de la Iglesia. Matarlos habría sido un acto de legítima defensa y habría salvado de forma directa a millones de seres humanos.

    Desde luego, Zapatero y Aído, con ser malos, no llegan a ese extremo. Por otra parte, mi reflexión sobre el valor de la vida la he hecho como cristiano que soy. A fin de cuentas, todos somos hijos de Dios, incluso Zapatero. Otra cosa es que a ese hermano me provoque de todo menos un sentimiento de fraternidad…

  9. José Jacinto Verde Colinas

    Evidentemente, su vida es tan valiosa (ni más mi menos) que la de cualquier otro ser humano (incluidos Nerón, Hitler o Stalin), porque, como todos, está llamado a ser hijo de Dios y es amado por Él desde la Eterinad.

    Lo que ocurre es que en una sociedad hedonista y relativista, entre otras cosas, y que ha abandonado su tradición cristiana y católica, en la que no se valora el significado moral del sufrimiento y de la Cruz de Cristo, sino que más bien trata de apartarlos lo más lejos posible de nuestras vidas, algunos seres humanos sobran, o al menos eso quieren inculcarnos. Y por ello pretenden justificar el aborto, al menos en algunos casos, para aquéllas personas que puedan nacer con taras físicas o psíquicas, argumentando que la vida estas personas no es digna y que deben prevalecer los derechos de la madre. Hoy en día, para muchos, y aunque pueda parecer duro decirlo, priman más los valores del egoísmo, de la comodidad, etc., sobre los valores del amor y la misericordia defendidos por los verdaderos católicos y, en general, por todas aquéllas personas de buen corazón.

    Según creo, mucha gente no es consciente de que para encontrar a Dios es necesario son necesarios tanto el sufrimiento como las contrariedades en la vida, porque en la aceptación de los mismos es donde encontramos a Dios y nos hacemos realmente personas dignas de ser hijos suyos. Porque lo cómodo en esta vida es dejarse llevar por todos los pecados y vicios conocidos desde siempre. Aceptar la voluntad de Dios cuando la vida nos va bien es muy fácil, pero no hacerlo cuando nos va mal es otra cosa. Pero ahí es donde se nos prueba realmente, y en la medida en que sepamos aguantar con paciencia y humildad las contrariedades de la vida seremos merecedores o no de ser hijos de Dios.

    Pero cuando los valores religiosos y morales no están debidamente asentados en la sociedad, sino que se sustituyen por otros como los que he mencionado anteriormente, la sociedad y su comportamiento se van degradando poco a poco, hasta llegar a justificar lo injustificable y, en su caso, retroceder hasta épocas de clara inmoralidad, como la de Esparta algunos siglos antes de Jesucristo o la de la antigua Roma pagana occidental algunos siglos después de Jesucristo.

  10. José C. Muñoz

    Nadie ha deseado la muerte de Zapatero ni de Aído, ¡por Dios!

    Cuando digo que sus vidas son a mis ojos mucho menos valiosas que las de Nick, lo hago entendiendo como «vida» la 11.ª acepción que recoge el Diccionario de la Real Academia:

    «Relación o historia de las acciones notables ejecutadas por una persona durante su vida» (redundancia utilizada por el propio diccionario).

    Si me refiriese a sus vidas entendidas como «fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra el ser que la posee» (1.ª acepción), obviamente tendría que hacerlo de forma similar a como te has expresado tú… Pero no sólo habría de decir eso de Zapatero y Aído… También de Hitler, Stalin, Yosu Ternera, el destripador de Londres o Bin Laden.

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