Algunos sueñan con haber corrido ante los grises mientras persiguen a los demócratas

El viernes os hablé aquí de la agresión de ultras de izquierdas contra varias mujeres venezolanas que pedían libertad en una protesta ante el Consulado de Venezuela en Vigo, donde una de ellas, Ysabel Reno, inició una huelga de hambre el jueves. La muestra de cobardía se repetía anoche: varios energúmenos amenazaron y estuvieron a punto de agredir a estas mujeres, motivo por el cual Ysabel, que se siente "aterrada y acosada", ha abandonado la huelga.

Vídeo: agreden a opositoras venezolanas ante el Consulado de Venezuela en Vigo
El PSOE se suma a una plataforma abortista junto a grupos de la ultraizquierda violenta

Según me contaron ellas mismas el viernes, entre los insultos que les dedicaron los fans del tirano Maduro estaba el ya típico de "fascistas". No es la primera vez que asistimos en Vigo a la paradoja de que los enemigos de la libertad se pongan a repartir carnets de fascista entre los demócratas. En junio de 2008 independentistas de ultraizquierda atacaron el coche de Gloria Lago, causando destrozos y dejando una nota con el siguiente contenido: "Bilingüismo=colonización. Españoles fuera de Galicia”. El ataque, tanto en sus formas como en su contenido, se distingue poco de lo que hacían los fascistas y los nazis para amedrentar a los demócratas. Esta similitud no puede extrañar a nadie, pues igual que los demás totalitarios, los comunistas se han valido sistemáticamente de la violencia para reprimir a los que no pensaban como ellos.

Actúan como fascistas y llaman 'fascistas' a los demócratas a los que agreden

Unos días después de aquel ataque hubo en Vigo una concentración de apoyo a la agredida. Yo estuve allí y recuerdo como unos mamarrachos con banderas separatistas se plantaron allí cerca, con un cordón policial de por medio, para insultarnos y llamarnos "fascistas" a los que defendemos la libertad por métodos democráticos y pacíficos. Dos años después de aquel ataque, fotos del vehículo atacado aparecieron en pegatinas de la AMI, un grupo de ultraizquierda cuyo historial de delincuencia da para un libro, con la siguiente amenaza al más puro estilo mafioso: "esto es lo que les espera a los enemigos del gallego".

¿Lucir una estrella roja te permite actuar como un fascista?

En España llevamos muchos años asistiendo a esta cínica mecánica de la propaganda izquierdista: una y otra vez los que llaman "fascistas" a los demás son los mismos que amenazan y agreden a los demócratas y hacen todo lo posible por impedir que nos expresemos libremente, a veces incluso hasta pedir que nos vayamos de la tierra en que nacimos por el delito de no pensar como esos fanáticos violentos. A pesar de ello y de las ya innumerables pruebas que hay contra grupos como el citado, siguen sin estar ilegalizados y continúan prepetrando ataques contra los demócratas entre la indiferencia de muchos y la complicidad de algunos. Si la AMI llevase una esvástica en su emblema, otro gallo cantaría, pero lleva una estrella roja, y eso hace que muchos sientan menos rechazo hacia esos salvajes que hacia las víctimas de sus ataques mafiosos.

La izquierda que se dice democrática yendo de la mano de los violentos

No tengo que ir muy lejos para encontrar ejemplos de esto, aunque seguramente todos tenemos en mente unos cuantos. El año pasado ya denuncié aquí que el PSOE y el BNG se han sumado a una plataforma abortista junto a grupos de la ultraizquierda violenta con un largo historial delictivo. No había pasado un mes de esa denuncia pública que hice desde las páginas de este blog cuando esa plataforma convocó una movilización contra los derechos humanos de los niños por nacer. Una vez más el PSOE fue en manifiestación con los ultras de izquierdas entre lemas que incitaban a quemar a la Conferencia Episcopal, unas consignas violentas e intolerantes que firmaría encantado cualquier miembro del Ku Klux Klan. Hace diez días el BNG apoyó en Vigo una manifestación que acabó a pedradas contra la Policía cuando ultras de izquierdas intentaron atacar las sede del gobierno gallego en Vigo. El ataque fue reivindicado y jaleado por Agir, grupúsculo independentista violento que forma parte de la citada plataforma abortista que apoyan el PSOE y el BNG. Entre los múltiples delitos que jalonan el historial de ese grupúsculo, en 2010 Agir amenazó de muerte a Gloria Lago, unas semanas después de manifestarse junto al PSOE, y un año después de agredir a manifestantes de Galicia Bilingüe en Santiago.

Hoy en día donde más abunda el fascismo es precisamente en la izquierda

En España tenemos una izquierda que sueña con haber corrido delante de los grises -la Policía Armada que disolvía las manifestaciones durante el franquismo-, pero que hoy en día no tiene el menor reparo en apoyar a dictaduras como la de Cuba o en aplaudir a tiranos como Nicolás Maduro, que reprime a tiros manifestaciones estudiantiles. Esa izquierda se cree la panacea de la democracia pero no le hace ascos a juntarse con violentos y antidemócratas de ultraizquierda, cuyos ataques rara vez condena (y cuando lo hace, suele hacerlo midiendo mucho las palabras, no vaya a ser que sus compañeros de viaje se les enfaden). En la retórica de la izquierda española para ser "fascista" sólo hay que discrepar de las tesis progres en cualquier tema. Si eres provida, profamilia y cristiano, amas a España, defiendes la libertad de idioma y -para colmo- dices sin tapujos que eres de derechas, no habrá agresión ultraizquierdista contra ti, por muy bestia que sea, que reciba la condena de esa izquierda democrática, pues por muy demócrata que seas, para esa izquierda eres un fascista y te mereces que te partan la cara. En realidad, si por fascismo entendemos en sentido amplio el odio a la libertad y el recurso a la violencia para reprimir al que piensa distinto, en España donde más abunda el fascismo es precisamente en la izquierda. La paradoja es que es un fascismo que se cree más demócrata que nadie y que ve fascistas por todos los lados, menos allí donde precisamente son más abundantes: en sus filas.