Ya se hizo en la Alemania de entreguerras y en la Venezuela de Chávez y Maduro

Trump copia la ocurrencia de pagar deudas imprimiendo billetes: ¿qué puede salir mal?

Desde la ultraizquierda se han lanzado a aplaudir las últimas ocurrencias de Donald Trump sobre la deuda, mientras en el Partido Republicano le llueven las críticas. ¿Qué ha dicho?

Pide una quita en la deuda pública, como Syriza

El pasado jueves Trump declaró a la CNBC su apuesta por obtener una quita de la deuda pública de EEUU. Es la misma ocurrencia que tuvieron los de Syriza en Grecia, con el apoyo de Obama, sin duda el peor presidente de los EEUU: cuando llegó a la Casa Blanca en enero de 2009 la deuda federal era de 10,6 billones de dólares: ahora ya se sitúa en 19,3 billones (toca a unos 160.000 dólares por contribuyente), y se espera que alcance los 20 billones al final de su mandato.

¿Todo se arregla imprimiendo billetes? El ejemplo de Alemania

Ante las críticas que recibió por su declaración sobre la deuda, ayer Trump intentó arreglar el papelón y lo hizo aún peor: dijo que cuando eres el gobierno "tú nunca tienes que dejar de pagar porque tú imprimes el dinero". ¡Qué genio de la economía, oiga! ¿Cómo no se le había ocurrido esto a nadie? Pues la verdad es que esto ya se ha hecho, con desastrosos resultados. Uno de los ejemplos más conocidos es el de la República de Weimar, que decidió apostar por esa receta en 1921 para afrontar las deudas contraídas por Alemania con la Primera Guerra Mundial. En 1921 el gobierno empezó a hacer circular más dinero, provocando una fuerte devaluación del marco. El mecanismo es muy sencillo: si pones más dinero en circulación y aumenta considerablemente la demanda pero no la oferta, los productos de encarecen, al tiempo que cae el valor de cambio la moneda en relación a otras divisas. Si en el verano de 1921 el marco alemán empezó teniendo un valor aproximado de unos 60 marcos por dólar, en el verano de 1923 el cambio ya era de un millón de marcos por dólar. Resultado: los alemanes acabaron hundidos en la miseria.

El caso de la Venezuela chavista

Alguien podrá pensar que eso son cosas que pasaban hace casi un siglo porque el mundo era muy distinto, porque no había Internet, ni iPhones ni televisión. El mundo ha cambiado mucho, pero las reglas del mercado siguen siendo las mismas: si disparas la demanda pero se mantiene la oferta -porque la cantidad de productos en venta es limitada-, los precios se encarecen. Es sorprendente que muchos insistan en despreciar este concepto económico tan básico tras lo ocurrido en Alemania, pero más sorprendente aún es que insistan en ello ante ejemplos mucho más recientes. Ahí está el caso de Venezuela, un país productor de petróleo, es decir, que tiene una riqueza natural enorme que ha sido mal gestionada y malgastada por un gobierno manirroto. Y los despilfarros se pagan. En febrero de 1999, cuando Hugo Chávez llegó al poder, el valor de la moneda era de 573,88 bolívares por dólar: en diciembre de 2007 llegaron a pagarse 5.700 bolívares por dólar. El gobierno de Venezuela llevó a cabo una reconversión que le costó al Estado 0,7 billones de bolívares y que entró en vigor el 1 de enero de 2008. Tras la reconversión, el cambio quedó a 5,35 bolívares por dólar. En febrero de 2016 ya estaba a 1.089,66 bolívares por dólar.

Ante la caída del valor del bolívar y la falta de efectivo, el gobierno de Maduro ha tenido que recurrir al oro para pagar sus deudas. Ha imprimido tantos billetes que agotó el papel moneda y ha tenido que importar miles de millones de billetes en aviones, desplomando el valor del bolívar y provocando el actual desabastecimiento que están padeciendo los venezolanos (¿qué empresa se va a fiar de una moneda que pierde valor con tal rapidez?). Actualmente, las calificaciones de la deuda de Venezuela son tan malas como las de Grecia. El Estado, que destina más del 50% de sus ingresos a pagar la deuda externa, está prácticamente en quiebra, y se le van cerrando las puertas más diversas, no sólo en los mercados: en enero Venezuela perdió su derecho de voto en la Asamblea General de la ONU por sus impagos de deuda a la organización.

Ahora es Donald Trump, candidato a la presidencia de EEUU por el Partido Republicano (Reagan debe estar revolviéndose en su tumba), el que copia la receta de dejar deudas sin pagar e imprimir más billetes para tener más recursos. A la vista de los ejemplos citados, ¿qué podría salir mal?

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(Foto: MPI10 - MediaPunch - IPX)

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Comentarios:

  1. Espero que me disculpes el SPAM. Hace unos años hablé de los casos de hiperinflación más salvajes de la Historia y el denominador común de todos ellos es, precisamente, la impresión de moneda sin respaldo real en la economía, ya sean divisas, metales preciosos o, normalmente, bienes y servicios. En el caso de la Alemania de Entreguerras, como el de Hungría de 1946 o el de Yugoslavia en el 94 (en todos ellos se multiplicaron los precios en órdenes de magnitud de miles o millones) están ligados a una situación de guerra, pero también tenemos el ejemplo de Zimbabue, donde, debido a la corrupción y a la necesidad del gobierno de pagar a sus redes clientelares, la moneda local (el dólar de Zimbabue) fue perdiendo su valor a lo largo de un lustro hasta que finalmente dejó de existir porque el papel en el que estaba impresa era más caro que el valor facial.

    Es difícil que una situación tan brutal se produzca en una democracia avanzada (al fin y al cabo Zimbabue es una dictadura bastante enloquecida, como el dictador/carnicero que la comanda, Robert Mugabe), pero eso no significa que no se tengan que enfrentar a inflaciones como las que vivio España en los años 80, que fueron cualquier cosa menos beneficiosas para la economía.

    Lo dicho, disculpa el Spam.

    https://fronterasblog.com/2011/08/22/cuando-el-dinero-no-vale-ni-el-papel-en-el-que-esta-impreso-i/

    https://fronterasblog.com/2011/08/25/cuando-el-dinero-no-vale-ni-el-papel-en-el-que-esta-impreso-y-ii/

  2. No es ningún spam, Diego, tu blog es de los más interesantes que conozco. 😉 Es cierto que EEUU no está en una situación equiparable a la de la Alemania de 1921 o incluso a la de Venezuela hace unos años, pero con la colosal deuda que tiene a día de hoy el país, una medida así podría dejar muy tocada su economía…

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