Podemos establece una nueva teoría de la minifalda para tratar agresiones a mujeres

El partido de extrema izquierda tiene un problema con las agresiones a mujeres: parece que le encanta justificarlas, según cuál sea la condición de la agredida.

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Irene Montero, en febrero: «se siguen cuestionando los testimonios de las mujeres»

Hace cuatro meses, en un programa de televisión, Irene Montero afirmó: "cuando una mujer denuncia una agresión sexual, se le pregunta si iba vestida con una minifalda". Además, la ministra de Igualdad y diputada de Podemos se lamentó de lo siguiente: "se siguen cuestionando los testimonios de las mujeres. Desgraciadamente en nuestro sistema judicial falta perspectiva de género". Irene Montero mintió abiertamente, pues hace ya muchos años que hay protocolos policiales de atención a mujeres que denuncian una violación y no contemplan nada de eso ni por asomo.

Echenique tacha ahora de «bulo» una agresión con testigos, pruebas gráficas y parte médico

Eso sí, hoy hemos tenido un buen ejemplo de lo que Podemos entiende por "perspectiva de género": el diputado ha tachado de bulo la agresión a la diputada de Vox Rocío de Meer, provocando multitud de críticas y demostrando, por enésima vez, la pésima calidad humana del diputado de extrema izquierda, que no se harta de comportarse como un perfecto miserable.

Sobre esta agresión existen todas las pruebas que precisaría un juez para constatar la existencia de un delito: testigos presenciales de la agresión, el objeto utilizado para cometerla, un parte de lesiones y -por si fuera poco- fotos de la diputada sangrando por la ceja justo después de ser agredida. En la amplia mayoría de los casos, una persona que denuncia una agresión no suele tener tantos elementos probatorios, lo que a menudo deja impune al agresor. Si con estas pruebas Podemos niega una agresión a una mujer, entonces puede negar casi todas las que se cometan.

Las pistas que viene ofreciendo Podemos sobre su teoría de la minifalda

Echenique, ensimismado en su sectarismo político e incapaz de ver en esa diputada a una mujer agredida -sólo parece ver una rival a la que hay que humillar como sea-, parece ignorar hasta qué punto su comentario indica que Podemos está empeñado en desproteger y dejar indefensas a las mujeres que sean víctimas de una agresión siempre que su caso se ajuste a una nueva teoría de la minifalda, con la que el partido de extrema izquierda pretende focalizar la atención no sobre el agresor, sino sobre la agredida. Hasta ahora ese partido, cada vez más violento y extremista, ya ha ofrecido algunas pistas de esa nueva teoría de la minifalda:

• 12 de mayo de 2014 Podemos equiparó el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco (del PP), con los suicidios, demostrando que el desprecio del partido ultraizquierdista hacia sus rivales políticos no tiene límites.
• En abril de 2016 se supo que el concejal de Podemos Andrés Bódalo había sido condenado por agredir a una mujer embarazada durante una huelga general en 2002. Un mes antes, Bódalo fue condenado a prisión por agredir a patadas y puñetazos a un edil del PSOE: Pablo Iglesias salió en defensa del agresor, afirmando que "el derecho a la protesta no debe suponer cárcel".
• El 4 de junio de 2016, separatistas catalanes insultan, amenazan de muerte y dan una paliza a dos seguidoras de la selección española en Barcelona. Al igual que los partidos separatistas, Podemos no condenó la agresión.
• El 15 de octubre de 2016 dos guardias civiles de paisano y sus novias sufren una paliza a manos de unos proetarras. Mostrando una actitud que provocó muchas críticas, Podemos apoyó sin rodeos a los agresores e incluso les visitó en prisión tras ser condenados ocho de ellos por la Audiencia Nacional.
• Hace sólo unas semanas, Podemos nombró portavoz del partido a una diputada condenada por injuriar y agredir a dos funcionarias de Policía. Según la Sentencia Nº86/2020 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (se puede leer aquí), la condenada, Isa Serra, atacó verbalmente a esas dos mujeres con expresiones como "Eres cocainómana", "Mala madre, hija de puta, con todo lo que hemos luchado las mujeres, contigo se pierde todo, no te quieren ni tus propios compañeros", "Hija de puta, puta, zorra; que te follas a todos los policías municipales" y "Vergüenza, si fuera tu hijo tendría que cogerte un arma y pegarte un tiro". Lejos de pedir a Serra que dimitiese, dirigentes de Podemos -entre ellos Echenique- arremetieron contra los jueces.

Así pues cabe deducir que Podemos ha decidido establecer su particular pregunta de la minifalda: ¿la agredida era de Vox o del PP, y el agresor era de extrema izquierda o separatista? En caso de que cualquiera de estas cuestiones reciba una respuesta afirmativa, Podemos pasará a considerar que el delito no existió, que la agredida se lo inventa o que iba provocando, y que el que merece apoyo es el agresor, aunque haya tantos elementos probatorios como en el caso de la agresión a Rocío de Meer.

No es un partido democrático: es una secta totalitaria que justifica la violencia

Con ejemplos como los citados y con el que ha añadido hoy Echenique a la lista, Podemos demuestra que no es un partido político democrático, sino una secta totalitaria que justifica la violencia política cuando la ejercen sus afines. Un partido así no debería ser legal en ningún país democrático, porque quienes ejercen la violencia con fines políticos y quienes la justifican no deben tener cabida ni en las instituciones ni tan siquiera en las urnas: ya no digamos en el Gobierno de un país como España. Y si algo tan miserable y tan políticamente tóxico como Podemos está gobernando España es por culpa del PSOE, no lo olvidemos.

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Foto: Efe.