¿La lengua que hablamos influye o determina nuestra percepción de la realidad?

Un vídeo reflexiona sobre hasta qué punto nuestro idioma influye en nuestras vidas

Existen diversas teorías sobre hasta qué punto el idioma que hablamos influye e incluso determina nuestra visión de la vida. ¿Es tan importante?

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Por otra parte, en caso de darse esa influencia, ¿de qué modo condicionaría esa visión de la vida el hecho de hablar dos o más lenguas? Hay que tener en cuenta que no todos los idiomas son iguales, por lo que hablar más de uno tal vez podría proporcionarnos algo más que una mayor riqueza lingüística. El canal de Youtube "¿Y si?" ha publicado un interesante vídeo abordando esta cuestión, concretamente la llamada Hipótesis de Sapir-Whorf:

Aunque el vídeo aborda algunos datos que sí parecen indicar la influencia del idioma en nuestras vidas, no tengo claro hasta qué punto los resultados de las estadísticas sobre -por ejemplo- países con lenguas que distinguen menos claramente el presente y el futuro se deben al idioma en sí o a otros factores. El mundo es más complejo como para reducirlo todo a una cuestión lingüística. ¿Y tú qué opinas? Puedes decirlo en los comentarios de esta entrada.

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Imagen: LRSUK.com.

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Comentarios:

  1. Agamemnón

    Soy filólogo y he de decir que la hipótesis de Sapir-Whorf fue desechada por no tener base científica. Si os fijáis, es la excusa perfecta que usan los nacionalistas para justificar los inmensos gastos en mantener a flote sus vernáculos.
    Una lengua es simplemente un instrumento para comunicarse. Igual que hay destornilladores mejores y peores, hay lenguas que han medrado no por su valor intrínseco sino por su practicidad.
    La visión romántica sobre lo bueno de la diversidad de lenguas es como defender que era mejor tener diferentes medidas de distancia, peso, (vara de Burgos, vara de Soria, fanegas, celemines, …) etc. antes de la introducción del sistema métrico universal.
    Para los que les interese este tema, este artículo es bastante clarificador:
    https://www.prospectmagazine.co.uk/magazine/letthemdie

  2. Rubén Díaz Belinchón

    Estoy plenamente de acuerdo contigo, Elentir. El idioma puede tener cierta influencia en la comprensión de ciertos asuntos, en el enfoque que le demos a algunas experiencias y en algunas decisiones que tomemos, pero estoy convencido de que esa influencia es residual y plenamente matizada y complementada por otras muchas circunstancias, por otros factores. La explicación del idioma como determinante por esos estudios estadísticos me parece muy pobre.

  3. Muchas gracias por la aportación, Agamemnón. Como señalo al final de la entrada, la tesis que sostiene el vídeo me parece cuestionable, aunque los hechos que expone el vídeo sí me parecen interesantes a la hora de conocer las diferencias entre las lenguas.

  4. Alvaro

    Creo que es evidente que el lenguaje es la herramienta para manejar los conceptos, de modo que el uso de diferentes idiomas debe condicionar por fuerza el manejo de los conceptos que con esos idiomas se describen. La prueba es que el conocimiento especializado termina desarrollando una jerga propia para manejar los conceptos que el idioma general no alcanza, y que el acceso a ese conocimiento especializado conlleva necesariamente el aprendizaje de su jerga (la alternativa sería recitar definiciones cada vez que no se conocen las palabras).

    Cosa distinta es que a menudo ese condicionamiento viene dado más por el manejo deficiente del lenguaje que por el manejo de uno u otro lenguaje. Hace años leí sobre un estudio realizado en Reino Unido que desveló que una parte importante de los jóvenes de instituto apenas manejaban diez palabras para describir sentimientos y emociones. Esa falta de vocabulario les impide distinguir unos sentimientos y emociones de otros y por tanto les incapacita para gestionarlos, retrasando el desarrollo de su inteligencia emocional.

    También hay diferencias en cuanto a la precisión con que unos y otros idiomas abordan cuestiones que les son importantes: es conocido que los idiomas de países fríos tienen muchas más palabras para designar la nieve y el hielo que los idiomas de países cálidos. Aquí por ejemplo se refieren 40 palabras para designar precipitaciones de hielo y nieve en finés (https://www.biginfinland.com/palabras-para-nieve-fines/).

    Por otra parte, recuerdo que una profesora de japonés nos hablaba sobre cómo la diferencia en la escritura occidental/alfabética y oriental/ideográfica denotaba una forma de pensamiento inductivo en un caso y deductivo en el otro: los idiomas alfabéticos parten de unidades sin significación propia de cuya agregación termina conformándose la idea final a transmitir, mientras que en los idiomas ideográficos se parte de la idea base para luego irla descomponiendo, modificando y precisando hasta llegar a la idea final a transmitir. En ambos casos se termina conformando más o menos la misma idea, pero el proceso mental que se sigue hasta llegar a ella es totalmente opuesto.

    De hecho, el propio orden a la hora de construir las frases o de nombrar a las personas es prácticamente inverso en español y en japonés (idioma que conozco rudimentariamente):

    En cuanto a las frases, nosotros usamos una estructura «sujeto-verbo-predicado», por ejemplo «yo soy estudiante de japonés», mientras que los japoneses usan una estructura «sujeto-predicado-verbo», invirtiendo también el orden de los elementos en el predicado: «watashi wa nihongo no gakusei desu», que literalmente sería «en cuanto a mí (watashi wa), de japonés (nihongo no) estudiante (gakusei) soy (desu)».

    Y en cuanto a los nombres de las personas, en occidente nombramos primero al individuo (nombre) y luego al grupo (apellidos), mientras que en japonés primero va el apellido y luego el nombre. El anteponer el grupo se cumple también al presentarse como parte de una organización: «Luís Pérez, de Microsoft» se presentaría como «Microsoft no Pérez Luís».

    Por último, las diferencias que se muestran en el video en cuanto al uso de la lengua materna y un segundo idioma creo que tienen que ver con el funcionamiento de las parte intuitiva y racional del pensamiento, en el sentido de que es probable que el pensamiento intuitivo tenga mucho más peso al pensar en lengua materna que en lengua extranjera, y eso incluye también el impacto emocional de ese mismo pensamiento, que entiendo será mayor con el pensamiento intuitivo que con el racional.

    En definitiva, creo que está claro que un dominio limitado del idioma puede limitar a su vez la capacidad para manejar ideas, y parece más que probable que el uso de unos u otros idiomas afecte a la forma de pensar con ellos, no solo por las diferencias entre unos idiomas y otros sino también por la distinta identificación que tenemos con nuestra lengua materna y con las lenguas extranjeras.

    Tanto como determinar no lo creo, pero creo que sí debe influir, y no de forma meramente residual.

    Un saludo.

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