La diferencia entre un discurso «duro» y un discurso «de Estado» para la derecha blandita

Ayer ya advertí sobre los escozores que acaba de provocar entre algunos el éxito de Vox con su evento Viva21 de este fin de semana.

Viva21: el éxito de Vox que escuece a algunos y que ciertos medios prefieren que no veas

Abc califica como «duro» el discurso de Abascal

Repasemos algunos de esos escozores. El diario Abc publica hoy en portada el siguiente titular: "Abascal exhibe el ideario más beligerante de Vox". En su edición digital, el diario afín al PP tacha el discurso de Abascal de "duro" y destaca que "carga contra Casado". ¿Y qué entiende ese periódico por ideario "duro"? Lo enumera al comienzo de la noticia: "Soberanía, patria, familia, tradición, unidad. Estos son algunos de los términos que han entroncado Viva 21". Más abajo, Abc dice que Abascal "ha utilizado el ideario más duro del partido, apelando a los sentimientos y a la movilización de los jóvenes con temas como la inmigración, la unidad de España, la familia, la ley de eutanasia o la ideología de género como banderas".

Confieso que me resulta divertido ver a un supuesto diario de derechas tachando de "duro" hablar de soberanía, Patria, familia, tradición y unidad, o mostrando su desagrado porque Vox libra una batalla de las ideas de la que el PP huye cobardemente e incluso sometiéndose, obedientemente, a los dictados ideológicos de la izquierda, como lleva haciendo el PP desde años precisamente con la ideología de género. En resumen, que al Abc se le hace duro de ver que haya un partido que se moja hasta la cintura en defensa de unos principios por los que el PP no se moja ni la punta del pie. Con lo cómodo que se vive yendo a remolque de la izquierda en asuntos ideológicos, para que así no le llamen a uno "facha" y no sufra ataques de ansiedad... Cachis...

Las palmaditas de Abc al rastrero ataque personal de Casado contra Abascal

Si queréis saber lo que sería un discurso elogiable para el Abc, sólo tenéis que leer las palmaditas que le dedicó a Casado en un editorial el 23 de octubre de 2020, después del penoso espectáculo que dio el día anterior en el Congreso, lanzando unos rastreros ataques personales contra Abascal y obedeciendo la exigencia de Sánchez de que votase junto al PSOE y Podemos contra la moción de censura de Vox. En aquel editorial, Abc le besó los pies a Casado por "su desmarque de todo cuanto representa el proyecto de Vox" y añadió: "El de Casado fue un discurso de Estado". Es decir, que plantar cara a la izquierda es un discurso "duro", pero dejarse arrastrar por socialistas y comunistas es "un discurso de Estado".

Significativamente, entonces Abc no dijo que Casado "cargó" contra Abascal, sino que "reivindicó para el PP la moderación". Una moderación que consistió en votar junto a la extrema izquierda después de escupir toda clase de infamias contra Abascal. Y ahora, después de aquello, Abc se pone la piel fina ante las críticas del líder de Vox contra Casado. ¿Es que los señores de Vocento se han creído que no tenemos memoria? ¿Cómo es posible que estén haciendo esto con la que antaño fue una cabecera tan respetable y tan destacada del periodismo español?

Los malabarismos de La Razón y la pereza de la derecha blandita

Otro medio afín al PP, La Razón, también dedicó ayer su editorial a Vox. Ojo a los malabarismos: "Sin duda, muchas de las propuestas políticas, económicas y sociales que figuran en la particular agenda de VOX, que ayer presentó su líder, Santiago Abascal en un acto multitudinario, las suscribirían la mayoría de los votantes del Partido Popular o, de hecho, ya figuran en los programas de Pablo Casado, pero, es evidente que la articulación legislativa de buena parte de las demandas de la formación conservadora conllevaría una sensible reforma de la Constitución para la que, al menos de momento, se carece del necesario consenso social y político. Nos hallamos, por supuesto, ante una declaración de principios, absolutamente legítimos, vaya por delante, que requerirían, para su implementación, de profundos cambios en la percepción de la sociedad actual, incluso, de carácter moral, y de una previa labor de pedagogía que se nos antoja ilusoria".

Ese editorial de La Razón deja en evidencia la pereza política e intelectual del PP y de sus medios afines: no quieren deshacer los desaguisados de la izquierda porque resulta muy complicado y habría muchas cosas que cambiar. Incluso la Constitución, dice. Pero basta un repaso a nuestra historia reciente para comprobar la clase de medidas radicalísimas que ha impuesto a izquierda y el separatismo, pasándose la Constitución por el arco del triunfo: la legalización del asesinato prenatal y de la eutanasia, la expulsión del español de los colegios catalanes, las multas lingüísticas, la imposición de la ideología de género como doctrina oficial, los ataques constantes desde el gobierno contra la propiedad privada, el permiso legislativo para que cualquier okupa se adueñe de tu casa y no puedas hacer nada... y así un largo etcétera. ¿Cuántas veces se ha tenido que cambiar la Constitución para instaurar todas esas barbaridades? Ni una.

Una derecha tibia y cobarde que es parte del problema

Ahora va a resultar que el problema no es lo citado, sino defender la vida humana desde sus inicios a la muerte natural, o rechazar la imposición de la ideología de género y el nacionalismo lingüístico. Como se te ocurra cuestionar los dogmas del consenso progre, entonces la derecha blandita empieza a ponerse nerviosa y a decir que esos son muchos cambios. ¡Pues claro que lo son! Tantos como han hecho falta para ir erosionando nuestras libertades y nuestra democracia, incluso normalizando y presentando como un progreso el asesinato de 2,5 millones de inocentes en España desde la despenalización del aborto en 1985. No hay que cambiar ni una coma de la Constitución para revertir esas barbaridades: basta con aplicarla.

No es nuevo que la derecha blandita crea que esa tarea es muy difícil y que es mejor la "moderación". Y es que esa derecha tibia y cobarde es parte del problema, porque con su claudicación ante la izquierda ha hecho posible que lleguemos a la situación actual. Que el discurso de Vox la ponga nerviosa es lo normal. Lo preocupante sería que no fuese así.

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Foto: Vox.