En los países con unos altos porcentajes de inmigrantes procedentes de culturas distintas a las de acogida suelen darse problemas de integración.
Multiculturalismo: la errónea idea de que todas las culturas son iguales
Ante esos problemas caben dos respuestas. La primera implica ser exigentes con los que llegan de fuera y firmes con los que no se quieren integrar, en especial con aquellos que se dedican a actividades delictivas. La segunda es ser transigentes y negar que tenga que haber una integración, porque algunos consideran que nuestra cultura no es mejor que las otras, y que debemos tratar a las demás culturas como iguales y aceptar sus costumbres -incluso las más polémicas- como algo normal. Esta segunda opción es el multiculturalismo.
Hay que advertir que no estamos hablando de un problema racial, como algunos afirman. En una misma sociedad pueden convivir personas de distintas razas pero que compartan una misma cultura. Estamos ante un problema cultural, que afecta a las raíces mismas de nuestra civilización. Y no es extraño que esos problemas de integración se estén dando, por cierto, en un Occidente inmerso en una ola de relativismo moral y que reniega de su propia identidad cultural, contemplando a menudo sus raíces judeocristianas como algo que se debería arrancar en aras de una tolerancia muy mal entendida.
Multiculturalismo, inmigración y delincuencia
El término multiculturalismo suele mencionarse cuando se dan problemas de delincuencia. Ya vimos aquí las estadísticas de delincuencia en España en función del país de origen. Ya advertí entonces que esos datos no significan, ni remotamente, que todas las personas de determinadas procedencias sean unos maleantes. Para nada. Es más, estoy convencido de que la amplia mayoría son gente honrada. Lo que también apunté entonces es que esos datos indican que existen graves fallos en las políticas de inmigración y de integración, y deben ser tenidos en cuenta a la hora de regular los flujos migratorios.
La 'guetificación': barrios enteros en los que el Estado de Derecho desaparece
Más allá de la delincuencia, el multiculturalismo genera otro problema: la llamada guetificación, es decir, la formación de guetos dominados por inmigrantes de otras culturas en los que a menudo el Estado de Derecho ya no rige, reproduciéndose en ellos problemas de pobreza y delincuencia, pero también el radicalismo islámico y el establecimiento de la ley islámica como sustituta de un Estado ausente. En Europa hay ejemplos tan dramáticos como los barrios de Molenbeek, en Bruselas, y Barbès, en París, que ya repasamos aquí.
Países europeos consienten matrimonios infantiles
Estos problemas de integración afectan especialmente a la población autóctona de los barrios más desfavorecidos, que ven como esas personas procedentes de otras culturas van convirtiendo esos barrios en guetos. Pero entre las principales víctimas de esta guetificación están los propios inmigrantes que huyen del radicalismo islámico, en especial las mujeres y las niñas. En aras del multiculturalismo, varios países europeos ya han permitido a refugiados musulmanes casarse con niñas y violarlas (pues sólo así se puede calificar el hecho de consentir que un adulto tenga una relación marital con una niña).
Las consecuencias para mujeres y niños
Las mujeres y niñas (y también niños) de los países receptores de esa inmigración masiva también resultan muy perjudicados. En enero de 2016 en Alemania, 150 mujeres denunciaron agresiones sexuales en Nochevieja, mayoritariamente a manos de árabes y norteafricanos. Hubo protestas en el país a causa de esas agresiones, pero la reacción de la izquierda fue demonizar las críticas y tachar las protestas de xenófobas. Un ministro socialdemócrata alemán llegó a equiparar las críticas a esos abusos con los propios abusos. Los derechos y la dignidad de la mujer pasan a un segundo plano en aras del multiculturalismo.
Alemania no fue un caso único. En el Reino Unido se produjo un escándalo por el ocultamiento de abusos sexuales a 1.400 niños en Rotherham entre 1997 y 2013. Funcionarios y policías reconocieron su nerviosismo a la hora de identificar los orígenes étnicos de los perpetradores (en su mayoría inmigrantes musulmanes) por temor a ser tachados de racistas. El multiculturalismo se pone también por encima de los derechos y la dignidad de los niños.
Hay políticos que ven un filón electoral en esa inmigración masiva
¿Por qué tanta cerrazón de una parte considerable del mapa político ante los problemas que genera el multiculturalismo? Ya al margen de la pura obcecación ideológica, de la negativa a reconocer una gran equivocación, hay que decir que parte de la clase política ha visto en la inmigración masiva una oportunidad de obtener nuevos caladeros de voto. Fue el caso del socialismo belga, que puso su esperanza en la llegada masiva de inmigrantes musulmanes para conseguir recuperar el apoyo electoral perdido. Algo parecido ocurrió en Cataluña, cuyas autoridades favorecieron a la inmigración musulmana por motivos lingüísticos (no habla español y es más proclive a dejarse imponer el catalán que los inmigrantes de origen hispanoamericano), convirtiendo esa región española en uno de los mayores focos de radicalismo islámico de Europa.
El antioccidentalismo de la izquierda y la ceguera del centrismo
A lo anterior hay que añadir la fobia antioccidental de la izquierda. Como ya expliqué el año pasado, el llamado progresismo considera que la cultura occidental no es mejor que ninguna otra, y que incluso debemos pedir perdón a las demás, considerando que el hecho de ser europeos, blancos y cristianos nos convierte en opresores y en culpables de todos los males del mundo.
El llamado centrismo o centro-derecha ha asumido parte de ese discurso, igual que otros dogmas ideológicos de la izquierda, y por eso, por ejemplo, ayer la dirigente del Partido Popular Isabel Díaz Ayuso se escandalizaba cuando un partido conservador como Vox denunciaba la acción criminal de las bandas latinas en España, con peleas a machetazos en varias ciudades que ya han provocado varios muertos. Vox denunció "la imposición del multiculturalismo que trae delincuencia e inseguridad", y la respuesta de Ayuso fue que "Hispanoamérica no es multiculturalismo: somos nosotros".
Los partidos del consenso progre, tanto los de izquierdas como los llamados centristas, adolecen de una ceguera ideológica que les impide asumir las consecuencias de sus dogmas ideológicos, por muy graves que sean. Han repetido tanto el mantra de que cuestionar el multiculturalismo es cosa de xenófobos y racistas que ya se lo han creído y son incapaces de reconocer la realidad. ¿Cuántas peleas más a machetazos y cuántos muertos más tendremos que ver antes de que asuman su equivocación? Pues muchísimas.
Los motivos demográficos: la inmigración como solución al aborto
Tengamos en cuenta que Europa vive un grave problema demográfico provocado, en parte, por las políticas abortistas y antinatalistas de los partidarios del consenso progre, que incluso han llegado a considerar el hecho de tener hijos como una amenaza para el medio ambiente. Para el problema que ellos mismos han causado sólo admiten una solución, que no es favorecer la natalidad autóctona y proteger a los hijos por nacer -como hacen Polonia y Hungría-, sino traer a muchos más inmigrantes. No cabe esperar que esos políticos que defienden esa disparatada receta sean lo bastante sinceros -hasta ahora no lo han sido- como para reconocer las consecuencias de esa inmigración masiva inspirada por el multiculturalismo.
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Foto: Neustockimages.
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Comentarios:
wladimir
definitivamente…
este articulo es bastante claro en lo que denuncia…el consenso progre esta atizando este asunto del mulitculturalismo que ademas es algo ideal si otras culturas extrañas a la cultura Europea judeo-cristiana desean conquistar desde el punto de vista etnico y cultural…
el multiculturalismo es la receta perfecta para una debacle de la Democracia Europea y occidental en beneficio de las culturas Islamicas que desean expandirse a occidente siguiendo el mandato de la Jihad…de manera literal,tal y como dijo Muamar gadaffi..
a ver si a los europeos qy otros occidentales que vayan a Oriente medio o la peninsula arabiga o el golfo persico le van a permitir alguna de esas cosas que tanto les gusta hacer a los «pobres e indefendos» inmigrantes en Europa…a ver si nos permiten siquiera mirar a alguna de sus mujeres ,nos permiten tener iglesias cristianas alla e ir a misa,pasear libremente y reunirnos, o celebrar navidades,etc…
por supuesto que no…pero lo que no puedo entender es como esos personajes musulmanes si hacen todo lo que els venga en gana aca..pero nosotros siendo occidentales no y ademas nos acusan de intentar adoctrinarlos a ellos y promover una religion prohibida o hacer cosas prohibidas para ellos…pero ellos si tienen todo el derecho a hacer lo que quiewran aca…
saben cada vez estas cosas me hacen recordar el tiempo de las Cruzadas…si de hecho se han propuesto conquistar occidente en una cruzada indirecta…entonces porque si a nosotros nos acusan d «Cruzados»..porque no hacer entonces una cruzada contra ellos…ya basta de tanta inaccion ante los desmanes de estos islamicos en occidente…ya es sufiente con esta descaraada invasion cultural y religiosa de ellos…
por algo nunca he estado de acuerdo desde el principio con esa idea del progresismo,la multiculturalidad,lo politicamente correcto ,la igualdad e inclusiomnmn y todos esos conceptos de la ideologia social-progresista…todo con tal de destruir a la cultura occidenta,y si sumamos a los musulmanes en la causa mejor…
11:29 | 11/02/22
wladimir
y agrego:
«El decálogo del hombre igualitario», un futuro distópico sobre el socialismo en EEUU
La novela escrita por el abogado y exeditor de PanAm Post, Emmanuel Rincón, retrata a EEUU sumido bajo el mandato de un líder progresista y un duro adoctrinamiento a sus ciudadanos….cualquier semejanza con una realidad cercana (si le cambio EE.UU,por España) es pura coincidencia…
https://panampost.com/oriana-rivas/2022/02/10/el-decalogo-del-hombre-igualitario-un-futuro-distopico-sobre-el-socialismo-en-eeuu/
11:37 | 11/02/22
CanCerbero
Nos podemos olvidar que nuestro actual gobierno entre en razón, y para colmo, si un nuevo gobierno intentase hacer lo correcto se verá metido en un buen escandalo. Ya se sabe, a veces hacer lo correcto es lo opuesto a hacer lo popularmente aceptado.
Eso sí, es interesante que adviertas que esto no es cuestión de la raza o etnia del inmigrante, sino la cultura de la tierra de origen.
El punto es que me miro cualquier folleto sobre el protocolo de un funcionario público y veo que instan al «respeto a las costumbres de los inmigrantes», con un par de fotos de musulmanes mínimo.
Con esa mentalidad extrema de que somos nosotros los que debemos respetar a ellos en vez de al reves, no iremos muy lejos.
14:31 | 11/02/22
Felipe
Muchos simpatizantes de Vox votaron a Ayuso el 4M pensando que ella era un verso suelto que nada tenía que ver con el consenso progre, pero ya se sabe que el PP dice unas cosas en campaña y después llegado al poder le hace el juego a la izquierda sectaria y criminal, por eso sus declaraciones de ayer habrán hecho que más de uno se arrepienta de haberla votado. No tengo la mínima duda de que en cuanto se convoquen nuevas elecciones en la Comunidad e Madrid Ayuso volverá a su discurso ‘antiinmigración’ para engañar nuevamente a esos mismos votantes. Por mucho que Ayuso se disfrace de Vox siempre será una defensora acérrima de los ‘valores’ del PP: agenda 2030, aborto, inmigración masiva, leyes lgtbi, memoria histórica, etc.
15:17 | 11/02/22
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