25 años del asesinato de Miguel Ángel Blanco: los errores cometidos con el Espíritu de Ermua

Tal día como hoy, el 12 de julio de 1997, hace ya 25 años, la banda terrorista ETA disparaba dos tiros por la espalda a Miguel Ángel Blanco.

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El vil asesinato de aquel joven concejal del Partido Popular, secuestrado dos días antes, provocó una ola de indignación en toda España. En Ermua ardió la "herriko taberna" y los proetarras, por primera vez, tuvieron que huir como perros para escapar de la ira de la multitud. Aquello fue un despertar después de muchos años de terrorismo etarra. A raíz de aquel asesinato nació el llamado "Espíritu de Ermua", una política de firmeza contra el terrorismo que llevó, entre otras cosas, a la ilegalización de Batasuna en 2003. Fue una época de esperanza, pero se cometieron errores que llevaron al desenlace actual. Repasemos algunos.

1. Llegó demasiado tarde

Dice el refrán que nunca es tarde si la dicha es buena, pero es difícil pensar eso cuando hablamos de hacer frente a una banda terrorista. Cuando secuestró a Miguel Ángel Blanco, ETA ya había asesinado a 780 personas, entre ellas 20 niños. La mayoría de las víctimas eran guardias civiles, militares y policías. Los años con más asesinatos de ETA fueron 1981 (93), 1980 (86) y 1979 (65). Durante años, quienes acudimos a concentraciones tras esos atentados éramos muy pocos.

La reacción al asesinato de Miguel Ángel Blanco fue necesaria, pero cabe preguntarse por qué tardó tanto en llegar. ¿Habría tardado tanto esa reacción si no hablásemos de terroristas separatistas y de ultraizquierda? Los complejos que arrastró la sociedad española tras el final del franquismo tuvieron mucho que ver con esa falta de reacción, pero también la actitud cómplice de partidos que coincidían en gran medida con los fines ideológicos de esos asesinos.

2. Confiar en los partidos que compartían los fines de ETA

Un error relacionado con lo que acabo de señalar en el punto anterior. Para algunos de esos partidos, ETA se dedicaba a sacudir el árbol para que ellos recogiesen las nueces. Estas palabras no son mías: es lo que dijo el entonces presidente del PNV, Xabier Arzalluz, en una reunión con Herri Batasuna, el brazo político de ETA, en 1990. El PNV no tardó en traicionar el Espíritu de Ermua, lanzando el llamado Pacto de Estella en septiembre de 1998 junto a Herri Batasuna, otros grupos separatistas y la federación vasca de Izquierda Unida.

3. Creer que el PSOE se opondría con firmeza a ETA

En aquella época hubo en el PSOE algunas personas que se opusieron con firmeza a ETA, como Nicolás Redondo Terreros y Enrique Múgica, pero acabaron siendo desplazados por Jesús Eguiguren, presidente del PSE-PSOE, un miserable que llegó a llamar "héroe" al etarra Josu Ternera. El mandato de Zapatero confirmó la traición del PSOE al Espíritu de Ermua, con el gobierno socialista negociando políticamente con los asesinos de ETA y mintiendo abiertamente a los españoles sobre esa negociación, al negarla una y otra vez.

Los actuales pactos del PSOE con los proetarras son la consecuencia de esa traición del PSOE. Una traición aún más miserable si tenemos en cuenta que varios miembros de ese partido fueron asesinados por ETA. Esos pactos demuestran que para el PSOE, ser de izquierdas es motivo suficiente para olvidar un pasado terrorista y la negativa a condenar el terrorismo. No puede haber pactos antiterroristas con un partido que comete semejante vileza.

4. Pensar que todas las ideas son legítimas en ausencia de violencia

Es un mantra que se ha repetido hasta la saciedad durante décadas, especialmente desde las filas del PSOE. Significativamente, ese mantra sólo se aplica a las ideas de la izquierda, y no a las conservadoras, que son criminalizadas sistemáticamente a pesar de ser expuestas de forma legal y pacífica. Ya va siendo hora de deshacer ese mantra: no todas las ideas son legítimas. Querer romper España y enfrentar a los españoles no es legítimo. Tampoco lo es defender ideas totalitarias, ya sean nazis o comunistas. De hecho, hay un hecho claramente constatable, y es que en las últimas décadas, las bandas terroristas más letales en España han sido de tres tipos: separatistas, comunistas e islamistas. ¿Debemos considerar legítimo que quieran romper nuestra Nación, convertirlo en una réplica de Cuba o en una copia de Irán? Ni por asomo.

Unos errores que nos han conducido a una situación degradante para España

Vivimos ahora en un momento en el que ETA ha dejado de matar, sí, pero porque la izquierda le ofreció un perverso salvadidas, que consiste en facilitar su entrada en las instituciones y aceptarla como aliada válida para gobernar, sin que se haya molestado siquiera en condenar sus crímenes, pedir perdón a sus víctimas, ayudar a resolver los atentados aún pendientes y entregar a la Justicia a los terroristas que aún no han sido juzgados. No podemos aceptar como "paz" lo que ha consistido en ceder al chantaje de unos asesinos, para acabar gobernando de su mano. Ahora que recordamos el asesinato de Miguel Ángel Blanco, no basta con recuperar el Espíritu de Ermua. Hay que evitar volver a cometer los errores que nos llevaron, finalmente, a una situación humillante para las víctimas de ETA y degradante para España.

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Foto: Fundación Miguel Ángel Blanco.