Un aviso de que la confusión no es riesgo exclusivo del centrismo y la izquierda

La rara elección de la 'derecha punk' entre un marino español y un escritor 'sin patria'

Hace dos semanas di las gracias aquí al Almirante General Antonio Martorell, recién fallecido, por una vida dedicada al servicio de España.

Comunismo disfrazado de 'antiglobalismo': un nuevo caballo de Troya contra la derecha
Antiglobalismo: el riesgo de que se repita la trampa del antifascismo y el anticomunismo

Del marino recientemente fallecido tengo que destacar sus palabras en 2021 al tomar posesión como AJEMA (Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada), que era su cargo en el momento de fallecer:

"Nuestra Armada dominó los mares del mundo durante casi tres siglos, el Pacífico llegó a conocerse como el Lago español... y así podría seguir enumerando tantas y tantas gestas, lamentablemente tan desconocidas para muchos de nuestros conciudadanos, que demuestran que los períodos de esplendor de España coinciden con aquellos en los que su Armada ha cosechado éxitos y, por el contrario, los momentos de declive surgen cuando dejamos de mirar a la mar".

Así pues, don Antonio era un hombre que servía a España y añoraba su esplendor, además de sentir una especial devoción por la patrona de la Armada, la Virgen del Carmen, a la que se confió al final de aquel discurso, pidiéndole que "que me acompañe, ilumine y guíe para tomar siempre decisiones acertadas". Tengo que confesar ahora mi sorpresa viendo como la muerte de AJEMA ha sido ignorada o marginada por muchos. Cuarenta y cuatro años sirviendo fielmente a España en la Armada se merecían mucho más reconocimiento del que Martorell recibió por parte de medios y de políticos (y no me refiero solamente a los de izquierdas).

Por supuesto, hay otras muertes que sí reciben mucha más atención mediática. No en este blog, como habréis podido comprobar quienes lo leéis a diario. En los casi 19 años de vida de Contando Estrelas, nunca he querido atenerme a cuestiones de fama en materia funeraria. La sección "In memoriam" está llena de nombres desconocidos para muchos, pero que para mí significan algo importante.

No escribiría esta entrada si al triste trato recibido por el Almirante General Martorell no le hubiese sucedido una muerte mucho más mediática al cabo de sólo nueve días. No me corresponde a mí señalar quién tuvo una vida mejor: uno marino, el otro escritor. Es a Dios a quien le corresponde juzgar sus vidas. Personalmente sé con quién me identifico más, y he decidido callar por respeto al escritor fallecido (por el que no siento ningún odio, algo que no pueden decir muchos izquierdistas, a juzgar por sus comentarios sobre él), y ni siquiera mencionaré su nombre en esta entrada, porque esto va sobre los que le han iniciado un proceso de beatificación desde eso que fue calificado como "derechita punk" desde la revista Centinela en 2021, un apodo sobre el que vuelve -pero no de forma favorable- Javier Benegas hoy en The Objective.

La ceremonia de beatificación de esa "derecha punk" no sólo ensalza la "sexualidad landista" como la panacea de la renovación de la "virilidad española" (no, no es broma, aunque lo parezca), sino que además pretende que Vox se sume al "anarcolandismo" del fallecido: "esta figura del libérrimo no hace frontera con el PP sino más bien con el abstencionista y el conspiranoico, caladeros más naturales para Vox", afirma un columnista de un digital de derechas, al tiempo que elogia al fallecido por saltarse "los grilletes judeocristianos" en materia sexual. Ese digital, por cierto, publicó el pasado domingo un artículo de un comunista afirmando que "la derecha ha muerto", que "ETA sería derecha" y el capitalismo izquierda, y blanqueando el comunismo y su dictadura en China. Quo vadis, La Gaceta?

Todo este espectáculo viene bien, eso sí, para recordarnos que la confusión no es un riesgo exclusivo del centrismo tibio ni de la izquierda progre. Lo venimos comprobando en los intentos de cierta derecha -que también tiene sus caladeros naturales entre los conspiranoicos- por convertir a un tirano criminal como Putin en la esperanza del "antiglobalismo" y a Moscú en la nueva Roma, mientras las tropas rusas pisotean la soberanía nacional de Ucrania, asesinan a su población civil e imitan al ISIS decapitando a prisioneros. De momento, lo que me ofrece cierta tranquilidad es que Vox no haya cedido a esos cantos de sirena y que siga mostrando su apoyo a Ucrania y a la resistencia heroica de su pueblo frente a los invasores rusos.

Curiosamente, hay algo en las beatificaciones profanas que nunca copia los procesos de beatificación de la Iglesia: el examen de la vida del fallecido. Un examen que tiene como objetivo no juzgar su vida (eso, repito, le corresponde a Dios), sino conocer si puede servir de modelo a otros cristianos. No pretendo aquí hacer un examen de la larga vida de ningún apóstol del "anarcolandismo", pero simplemente pregunto a los lectores de Contando Estrelas si afirmaciones como éstas les parecen un modelo a seguir por parte de la derecha española:

"Lamento profundamente haber nacido español quiero decir que yo no tengo bandera, que no tengo patria" (...) "me parece de un enorme infantilismo identificarse con una bandera, con un equipo de fútbol o, en definitiva, con la colectividad" (...) "Vale que uno se identifique con su pueblecito, con sus olores, con sus raíces… pero eso de la patria… son conceptos vacíos, son abstracciones, eso que los escolásticos llamaban flatus vocis" (...) "yo no tengo bandera, que no tengo patria, pero tengo tierra. Soy Juan sin patria".

Aquí la fuente de esas citas. Leamos alguna perla más: "yo soy pagano y creo que el judeocristianismo, y su secuela islámica, es la mayor catástrofe de la humanidad". Aquí la fuente. Por si alguien tiene la ocurrencia de reprocharme que discrepe de las afirmaciones de un muerto (como si eso fuese un pecado), sólo me cabe añadir que las comenté aquí hace 17 años. Quién me iba a decir entonces que vería a un columnista de un digital de derechas proponer al autor de esas afirmaciones como el modelo a seguir para un partido patriota y conservador, y todo esto, repito, mientras se le da un trato tan frío a un marino que sirvió fielmente a España durante más de cuatro décadas.

Sé que escribir estas líneas no va a mejorar mi (ya escasa) lista de amigos, pero no me importa. Nunca he buscado ser el vecino más popular de ningún barrio. Ante ciertas cosas creo que no hay que callar, aunque decirlas siente mal a alguien y me pueda granjear enemistades entre quienes predican las bondades de la libertad y la disidencia.

Como liberal-conservador yo soy aburridamente predecible. Será por eso que este blog lo tiene difícil para encajar en esa "derecha punk" (algo que por otra parte me importa un pimiento). La irreverencia y el postureo intelectual no van conmigo. Mi propósito con esta web no es escandalizar a nadie, sino animar a la reflexión, y lo que me importa es que mis actos y mis palabras respondan a los conceptos de bien, verdad, justicia y libertad. Esa bendita libertad que me anima a escribir esto y a soportar, con paciencia gallega, el chaparrón que venga después.

---

Foto: Anthony Tori.

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. JNiet

    Totalmente de acuerdo.

  2. Berto

    A mí me da igual que personas que hayan sido comunistas o de izquierdas, apoyen ahora a VOX.

    Lo que no me da igual es votar a un partido para que, llegado el momento, no sea un voto regalado al PP que no sirva para cambiar nada, porque los populares te la intentarán hacer una y otra vez. Seguiré confiando en VOX pero con esa línea roja. La mayoría de los que votamos a esa partido tenemos unos principios que no se regalan ni se venden. Hemos recalado en ese partido porque el PP de Rajoy nos traicionó, si lo hace VOX en un futuro, nos iremos a otro que nos represente y si no hay ninguno, voto en blanco.

  3. FINE

    Contando estrelas acabáis de poner el dedo en la llaga, pero con fines terapéuticos, no mortificadores.
    Vox es un partido de ideales, de ideas y de valores, y las gentes que pertenecen a Vox o simpatizan con Vox o votan a Vox no son incondicionales de Vox (ni mucho menos de sus heroicos y generosos líderes) sino incondicionales del ideario y del código que Vox rescató/configuró/adoptó en su fundación. Si gente de Vox traicionara o decayera en la defensa de esos ideales, buena parte de los seguidores de ese Vox dejarían de serlo como hicisteis/hicieron cuando el PP dejó de ser definitivamente lo que hizo creer a muchos antes de que se hiciese intolerable su imparable viaje a las profundidades de la nada ideológica.
    Los votantes de Vox han sido, son y seguirán siendo votos libres (eso no lo entienden los estabulables del PP ni con clases particulares), obviamente con su obligado y (sobe todo en política) necesario margen de tolerancia por toda humana empresa. Si Vox se suicidara, lo mataran o muriera de muerte natural, esos votos pasarían temporalmente a una prospectiva y activa (guerrillera) orfandad, atenta a la eventualidad de fiables ofertas de paternidad responsable.
    Por eso, al no depender ciegamente ni de sus actuales líderes- constantemente sometidos a evaluación con lupa- el hecho de que haya simpatizantes- inclusive impulsores independientes de Vox (como el personaje que Elentir nos ha recordado subliminalmente en esta reflexión, currículos geniales en determinadas parcelas, discutibles o inclusive deleznables en otras) no debe de ser asumido como corresponsabilidad sino como colateral y evidencia de diversidad en la receptividad a lo sustancial.

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.