Ucrania, España y el 2 de mayo: dos guerras de independencia con notables similitudes

Elentir EN Mar 2·5·2023 · 17:59 3

Hoy se conmemora en España el levantamiento del pueblo de Madrid contra los invasores franceses ocurrido el 2 de mayo de 1808.

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En España, el 2 de mayo ha pasado a la historia como una fecha en la que el pueblo llano inició su lucha para recuperar la independencia nacional de su Patria frente a un tirano con ambiciones imperiales: Napoleón Bonaparte. No quiero dejar de pasar la oportunidad de poner de relieve los parecidos entre aquella Guerra de Independencia de España, que se inició con aquel levantamiento popular en Madrid, y la Guerra de Independencia que ahora libra el heroico pueblo ucraniano contra los invasores rusos. Dos guerras con notables parecidos.

La anexión de Cataluña por Francia en 1812

Igual que ha ocurrido en Ucrania con la anexión ilegal de parte de su territorio por Rusia, el 26 de enero de 1812 Napoleón decretó la anexión de la región española de Cataluña a Francia. Igual que ahora algunos intentan justificar esa apropiación de una parte de Ucrania por Rusia, aquella anexión de Cataluña parecía una reedición de la Marca Hispánica creada en esa misma región española por Carlomagno en el siglo IX y de la anexión de Cataluña a Francia de 1641, reclamada por la Diputación General del Principado de Cataluña (antecesora de la actual Generalidad catalana), y que convirtió lo que inicialmente fue una rebelión contra la Monarquía -hoy recordada con propósitos separatistas- en una traición a España en plena guerra contra Francia, una traición que se saldó con la pérdida de Rosellón, que quedó en manos de Francia.

Napoleón supo aprovechar los ideales separatistas de una parte de la élite catalana para dividir al pueblo catalán y apropiarse de esa región española. Tras la anexión, los franceses buscaron el favor de los sectores más separatistas declarando el catalán (además del francés) como lengua oficial de Cataluña, y prohibiendo la Bandera de España y eliminando la oficialidad de la lengua española. Entre los colaboracionistas con Francia hubo muchos que simpatizaban con la ideología de la Revolución Francesa de 1789.

Sin embargo, la mayoría de los catalanes vieron a los franceses como invasores y se opusieron a ellos con gran fervor patriótico. Recordemos, de hecho, que durante la Guerra de Independencia, la ciudad de Gerona fue uno de los primeros sitios de España en los que se izó en tierra la actual Bandera Nacional roja y gualda, hasta entonces usada como Bandera Naval, como símbolo de resistencia al invasor.

La anexión de parte de Ucrania por Rusia

Algo parecido ha ocurrido en Ucrania, donde Rusia alimentó los movimientos separatistas que acabaron en una rebelión armada en 2014 en el Dombás. Un separatismo que ha sido manipulado por Rusia, como lo fue el separatismo catalán en 1812, para finalmente anexionarse varias regiones de Ucrania, en las que a pesar de los planes de Putin, continúa la resistencia contra los invasores, igual que ocurrió en Cataluña tras la citada anexión francesa.

Invasiones contra países en crisis y que han fortalecido su espíritu nacional

Por otra parte, ambas Guerras de Independencia tienen su origen en sendas invasiones que buscaron aprovecharse de la crisis interna del país invadido, una crisis que había debilitado a ambos países, en beneficio de Francia, en un caso, y de Rusia, en el otro. Significativamente, ambas Guerras de Independencia supusieron una consolidación del espíritu nacional. En la guerra de España se forjó en gran medida el actual concepto de Nación que tenemos hoy en España, más allá del concepto tradicional de Reino como dominio personal del monarca.

De igual forma, la invasión rusa ha servido, contra los deseos de Putin, para fortalecer el espíritu nacional ucraniano, incluso entre aquella parte de la población que se sentía menos identificado con él. E igual que la Guerra de Independencia de España se convirtió en un acontecimiento histórico con un gran sentido patriótico, la invasión de Ucrania será recordada como el momento en el que ese país tomó verdadera conciencia de su condición de Nación, mediante su resolución para defender su independencia y su soberanía nacional incluso a costa de grandes sacrificios. Es la prueba de fuego que mejor puede forjar el patriotismo de un pueblo. Los españoles se resistieron al invasor con tanta fiereza como los ucranianos, y ese espíritu de resistencia era tan admirable en 1808 como lo sigue siendo ahora.

Las atrocidades de los franceses en España y de los rusos en Ucrania

Otro aspecto en el que ambas guerras guardan un asombroso parecido es en las atrocidades cometidas por los invasores contra la población civil de ambos países, cometiendo toda clase de masacres de población civil, violaciones y pillajes, destrozando los lugares de culto, sus monumentos y sus joyas artísticas. Los crímenes cometidos por los franceses en España recuerdan mucho a los que están cometiendo los rusos en Ucrania, no sólo por su vileza, sino también por el inusitado odio que demuestran los invasores hacia los invadidos.

Para la Francia napoleónica, España era un país atrasado, inculto y rústico, una mentalidad alimentada por la ideología revolucionaria francesa que observaba con desprecio el tradicional catolicismo español. No cuesta mucho encontrar esos mismos mensajes de complejo de superioridad en el imperialismo ruso, que ha tratado históricamente a los ucranianos con desprecio y que hoy dirige contra ellos mensajes supremacistas que se parecen mucho a los que el nazismo dirigió contra los polacos durante la Segunda Guerra Mundial.

El intento de instalar gobiernos títeres en los países invadidos

Por otra parte, al inicio de la invasión rusa de Ucrania quedó patente que Putin buscaba instalar a un gobierno títere en Ucrania, y de ahí que gran parte de la ofensiva inicial de Rusia al comienzo de la invasión consistiese en varias columnas dirigidas contra Kiev. En el caso de España, Napoleón logró instalar en Madrid a un gobierno títere, encabezado por su hermano José Bonaparte. Ese gobierno nunca tuvo el completo dominio del país y acabó huyendo con la derrota francesa en 1814.

Los intentos de infundirnos miedo para cegar nuestro sentido de la Justicia

Más allá de las notables coincidencias entre ambas guerras, lo que más nos puede identificar a los españoles con los ucranianos es la razón que tienen de su parte. El 2 de mayo de 1808, los españoles se alzaron contra unos invasores que pretendían acabar con su independencia nacional. Tenían la razón de su lado y su causa era justa, como la tiene hoy Ucrania. Los propagandistas de Rusia llevan más de un año recurriendo a todo tipo de estratagemas para infundir un miedo entre la población occidental que consiga cegar ese sentido de la Justicia que nos debe animar a apoyar a Ucrania, alimentando fantasmas como el riesgo de una nueva guerra mundial, asegurándonos que miles de personas iban a morir de frío en invierno por la falta de gas ruso o advirtiéndonos de otras desgracias que vendrán si no cedemos ante los deseos de Putin.

El miedo es el mejor aliado de los tiranos como Napoleón y Putin. Los pueblos libres deben sacudirse esos temores, si no quieren convertirse en esclavos. Es la gran lección que nos dejaron nuestros antepasados a los españoles con su resistencia a la invasión francesa, y es también la gran lección que está dando hoy Ucrania al mundo.

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Imagen: cuadro "Dos de mayo", por Joaquín Sorolla.