La paciencia de Vox y la insoportable soberbia de la aspirante del PP a presidir Extremadura

Uno de los pecados más habituales de una parte de la clase política consiste en actuar como si estuviesen por encima de los demás.

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La presidenta del PP de Extremadura ofrece pactos a la ultraizquierda antes que a Vox

Hace unas semanas ya vimos aquí el caso de María Guardiola, la candidata del Partido Popular a la presidencia de Extremadura, que en un debate electoral ofreció pactos al PSOE y a Podemos antes que a Vox, en un desprecio más del PP al partido que lidera Santiago Abascal, sabiendo como ya sabía que iba a necesitar su apoyo para gobernar en algunos sitios. El problema llegó el día de las elecciones, cuando Guardiola perdió al obtener menos votos que el PSOE, aunque empatase a escaños. Y esto le ha creado una situación muy difícil al PP.

Como recordaréis, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, había ofrecido al PSOE que gobernase la lista más votada, y eso ha acabado provocando un choque entre él y Guardiola, porque la candidata extremeña del PP ya dijo que la próxima presidenta de Extremadura será ella, a pesar de no tener apoyos suficientes para hacerse con ese cargo. Cuando una persona está en esa situación, lo que cabría esperar de ella es un poquito de humildad para pedir, y pedir por favor, el apoyo de Vox. Pero no es el caso, lamentablemente.

A pesar de que Vox le tendió la mano para negociar, la candidata del PP ha hecho una insoportable exhibición de soberbia: Guardiola primero se quejó de que Vox no la llamó para felicitarla. ¿Y para felicitarla por qué, por haber perdido las elecciones? Si esta mujer llega a gobernar Extremadura será por el apoyo de Vox o porque su partico pacte con el PSOE (a estas alturas, en Génova 13 aún parecen no haberse decidido).

Para redondear el numerito, Guardiola también dijo que no gobernará con Vox, es decir, que espera que este partido le regale su apoyo a cambio de nada, lo cual no sólo es una falta de respecto hacia Vox, sino también hacia todos sus votantes.

La última ocurrencia de esta mujer es exigir a Vox que la dirección del partido mire hacia otro lado y que la negociación se haga entre ella y el candidato de Vox a la presidencia de Extremadura. Esta señora está acostumbrada a un partido, el PP, que tiene 17 discursos distintos, uno por cada comunidad autónoma (como llevamos viendo desde hace muchos años), y se cree que Vox es igual. Pero no lo es.

Desde luego, hay que reconocer que Vox tiene mucha paciencia con el PP y con personajes como María Guardiola. La paciencia es una virtud y Vox ha sabido cultivarla con sabiduría, pero los dirigentes peperos han confundido esa virtud con un signo de debilidad y se creen que pueden aprovecharse de Vox por el hecho de no ser un partido rastrero como el PP. Pues va a ser que no. Los votantes de Vox ya estamos hartos de esa soberbia del PP y de que este partido actúe como si los votos que nosotros confiamos a Vox le perteneciesen al PP. Ya basta.

Si María Guardiola quiere gobernar Extremadura, lo que tiene que aprender es un poco de educación y pedir las cosas por favor y sin malos modos, como hacen las personas civilizadas. Cada nueva exhibición de soberbia que se gasta pone un poco más difícil un pacto con Vox. Y una cosa es la paciencia y otra cosa muy distinta es dejarse mangonear por una maleducada. Y digo esto como español, porque no estamos hablando de un problema de tal o cual región. La soberbia que está exhibiendo el PP en Extremadura ya la ha exhibido antes en otras comunidades. Aprendan a corregir esos vicios, señores del PP, que lo último que necesitamos es sustituir a unos abusones por otros en nuestras instituciones.

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Foto: PP Extremadura.