El separatismo va camino de empezar en Cataluña algo cada vez más parecido a una escena de los Monty Python en "La vida de Brian".
Un ayuntamiento en manos de separatistas de extrema derecha
En el ayuntamiento de Ripoll, una localidad de unos 10.000 habitantes en la provincia de Gerona, ha estallado una polémica surrealista. En las recientes elecciones locales del 28 de mayo, un partido separatista de extrema derecha, Aliança Catalana, obtuvo la mayoría con 6 concejales. Los socialistas del PSC quisieron aliarse con los separaristas de extrema izquierda de ERC y la CUP, pero al pacto fracasó al no sumarse los concejales de otro partido separatista, JxCat.
La nueva alcaldesa, así pues, es Sílvia Orriols (de Aliança Catalana). La controversia llegó cuando el nuevo gobierno municipal anunció que en las fiestas de San Juan se serviría comida con productos derivados del cerdo. El problema es que el separatismo catalán lleva décadas intentando atraer a musulmanes a Cataluña, principalmente procedentes de Marruecos, convirtiendo esa región en uno de los más importantes focos de extremismo islámico de Europa. La estrategia consistía en convertir a los musulmanes marroquíes en nuevos catalanes aprovechando que no hablan español, y desplazar así a la inmigración procedente de los países americanos de habla hispana.
Los separatistas de extrema izquierda claman contra la carne de cerdo
En las redes sociales, separatistas de ultraizquierda han empezado a acusar al ayuntamiento de "islamofobia" por repartir carne de cerdo, bajo el argumento de la distribución de esos productos es una forma de "islamofobia". Ayer, un artículo del medio separatista Elnacional.cat criticaba al ayuntamiento de Ripoll por repartir esos productos "con dinero público" y afirmando lo siguiente: "El problema es que el cartel y la fiesta pagada con los impuestos de todos los vecinos y vecinas de Ripoll excluye, de entrada, a una parte bastante significativa del conjunto, los que profesan la fe musulmana y por ello no ingieren cerdo". El artículo consideraba el anuncio del ayuntamiento de Ripoll como una "provocación" contra "el vecino musulmán".
La alcaldesa contestó el sábado las críticas recibidas a través de las redes sociales afirmando: "Esta manía de renunciar a las costumbres propias para agradar a las contracomunidades que nos disputan la tierra es un error que pagaremos muy caro. Son ellos quienes deben adaptarse y diluirse a nuestra sociedad, no nosotros a la suya".
El odio a España, el denominador común de unos y otros separatistas
Por si alguien siente la tentación de simpatizar con esta alcaldesa, hay que señalar que ese mismo día, Orriols afirmó que los catalanes no son españoles, en un llamamiento a la abstención masiva en las elecciones generales del 23 de julio. Ha escrito estupideces aún mayores, como lo que publicó en Twitter en septiembre de 2022, equiparando a los españoles con los musulmanes y acusándoles de imponer su religión y su lengua en Cataluña: "Los españoles y los musulmanes no tienen ningún problema a la hora de imponer su lengua y su religión en nuestras aulas". Y esto lo dice mientras el español, la lengua más hablada en Cataluña, es discriminada y perseguida en los colegios por los separatistas hasta extremos propios de una dictadura.
En esta misma línea de hispanofobia, en agosto de 2022 Orriols acusó al "estado español" y al "estado islámico" de los atentados islamistas de 2017 en Cambrils, sumándose así a los bulos separatistas lanzados para culpar a España de esos crímenes. En febrero de 2023, Orriols atacó a Vox, un partido opuesto al separatismo, afirmando: "Ni los catalanes hacen nada en el Parlamento castellano [sic], ni los españoles deben pisar más el Parlamento de Cataluña". Curiosamente, los mismos separatistas de ultraizquierda que critican el reparto de carne de cerdo no hacen ni una sola crítica a esas declaraciones de odio a España, básicamente porque ese odio es el denominador común de todo el separatismo catalán.
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Foto: Reuters / Navesh Chitrakar.
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Comentarios:
Teros
Ojala en algún momento VOX u otro partido parecido logre quitarles el poder
Barcelona es de lejos la mejor ciudad de España y una de mis favoritas, solo empañado por sus dirigentes.
9:42 | 27/06/23
wladimir
estos separatistas Catalanes..
no se sienten tranquilos…siempre andan buscando problemas..la combinacion de ultraizquierda con ultraderecha nunca se ha llevado bien..al final acaban destruyendose mutuamente….
ojala esos separatistas se acabem a si mismos y dejem al resto de los Catalanes que no quieren saber de separatismo en paz..
3:32 | 28/06/23
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