Una visión personal sobre Álvaro Díaz-Mella, el candidato de Vox a presidir la Xunta de Galicia

Hoy el comité ejecutivo nacional de Vox ha designado al primer candidato de Vox a la presidencia de la Xunta de Galicia, Álvaro Díaz-Mella.

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Sobre Álvaro, no quiero repetir aquí lo que están diciendo todos los medios, aunque sólo sea porque, a diferencia de los periodistas que escriben sobre él, yo tengo el honor de conocerle medianamente bien, he podido charlar con él largo y tendido y sé qué clase de persona es y su forma de pensar. Ya indiqué aquí su amplio currículum profesional hace un año, cuando fue designado candidato de Vox a la alcaldía de Vigo, y aquí podéis leer la entrevista que le hice hace unos meses. En ella señaló que es pariente de Ricardo Mella (1861-1925), un famoso libertario de Vigo, que da nombre a una avenida de la ciudad.

Podría añadir ahora que Álvaro tiene más experiencia profesional fuera de la política que los aspirantes del PP, del PSOE y del BNG a la presidencia de la Xunta juntos. La candidata del BNG no tiene experiencia profesional conocida fuera de la política. José Ramón Gómez Besteiro lleva viviendo de la política desde 1998. Y Alfonso Rueda vive de la política desde el año 2000, con una pausa de tres años.

Por lo demás, Álvaro es de Vigo. Es presidente provincial de Vox en Pontevedra desde 2019. Nació en 1961, está casado y es padre de un hijo. He coincidido con él en numerosas ocasiones, ya que nunca falta a toda clase de eventos en defensa del derecho a la vida, de la libertad lingüística y de la unidad de España, es decir, ese tipo de eventos en los que ya casi nunca vemos a nadie del PP.

Álvaro es un hombre de principios, sensato, trabajador y buen gestor. Los rivales que quieran etiquetarle como un peligroso extremista lo llevan crudo, porque es un hombre muy educado, tranquilo y con mucho sentidiño, y tiene una gran capacidad para hablar con todo el mundo, siempre sin aparcar sus convicciones. Estos últimos años pierdo la cuenta de la cantidad de reuniones que ha mantenido con toda clase de colectivos sociales para conocer sus inquietudes.

Personalmente me ha alegrado mucho su designación como candidato a la presidencia de la Xunta por parte de Vox. Ojalá podamos verle en el Parlamento de Galicia. Vox lo puede tener difícil, pero no es una tarea imposible, como el PP quiere que pensemos. Con Vox en el Parlamento de Galicia y siendo llave para gobernar, muchas cosas podrían cambiar a mejor, como estamos viendo en otras autonomías en las que el PP ha necesitado el apoyo de Vox. Hoy en día, ser de centro-derecha y votar al PP es tirar el voto, porque cuando gobierna en solitario, el PP actúa como un clon del PSOE en muchos temas importantes. Basta con recordar que en Galicia sufrimos el mismo adoctrinamiento escolar que en comunidades gobernadas por el PSOE y por los separatistas, y la política lingüística del PP es abiertamente nacionalista. Eso puede cambiar, apoyando a Vox, el único partido que se aparta del consenso progre y que planta cara al nacionalismo en todos los ámbitos.

Para terminar, no es la primera vez que Vox concurre a unas elecciones gallegas, pero en anteriores convocatorias este partido no había designado un candidato oficial a la presidencia del gobierno gallego. Es una decisión que Vox rectificó en las siguientes convocatorias electorales en otras autonomías, con gran acierto. Además de designar un candidato a la presidencia de la Xunta, lo que permite lanzar mensajes únicos para toda Galicia, en estas elecciones Vox ha creado por fin cuentas regionales de Twitter y de Instagram. Es otro acierto que facilitará la comunicación de Vox a nivel autonómico en estas elecciones. Ojalá estos canales de comunicación se mantengan en adelante, porque Vox hace mucha falta en Galicia, y esta región existe desde tiempos de los romanos, no es un invento de ningún autonomista.