Una historia ocurrida hace 15 años y que algunos ya parecen haber olvidado

La reacción de un votante al verse engañado por el PP gallego antes de que apareciese Vox

De un tiempo a esta parte, leyendo a ciertos hinchas del PP, uno puede sacar conclusiones muy curiosas sobre los que votamos a Vox en Galicia.

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Básicamente, los mensajes de esos hinchas del PP sobre Vox en Galicia podrían resumirse en tres tipos: Vox casi no existe en Galicia, Vox no tiene idea de lo que pasa en Galicia y votar a Vox servirá para que el BNG y el PSOE puedan gobernar. Este último mensaje es la mar de curioso, porque se nos viene a decir que la izquierda puede ganar con dos partidos pero la derecha sólo puede presentar uno. Es un mensaje del miedo bastante contradictorio y que pasa por alto un pequeño detalle: hay muchos gallegos que sólo pueden ser movilizados por Vox y que no votarán nunca al PP, y si Vox no se presenta, esos votos se pierden.

La historia de un gallego que votó a Feijóo en 2009

Os voy a poner un ejemplo de uno de esos votantes. El gallego del que os hablo, entonces con 33 años de edad, votó a Feijóo en 2009, cuando se presentó por primera vez como candidato para la presidencia de la Xunta de Galicia. Entonces no existía Vox (recordemos que ese partido apareció en 2014). En aquellas elecciones, Feijóo defendió la "libertad lingüística", una promesa que le hizo ganar muchos votos, porque el PSOE y el BNG (que gobernaron en Galicia entre 2005 y 2009) habían puesto en marcha una política de discriminación del español.

Unas semanas antes de las elecciones, el 8 de febrero de 2009, la asociación Galicia Bilingüe denunció la política discriminatoria del PSOE y del BNG con una manifestación en Santiago, a la que acudieron miles de personas. El votante del PP que protagoniza esta historia también acudió a aquella manifestación. Los manifestantes fueron literalmente recibidos a pedradas por ultras separatistas y lejos de condenar esas agresiones, un dirigente del BNG justificó a los agresores, diciendo que "salieron a defender el idioma y la Constitución".

La alegría de aquel 1 de marzo de 2009

El 1 de marzo de 2009, el PP ganó las elecciones gallegas por mayoría absoluta. Tuvo el apoyo del votante que protagoniza esta historia, que se llevó una gran alegría aquel día. Tras felicitar al PP de Galicia, a Feijoo y a Rajoy, al día siguiente de las elecciones, ese votante escribió: "a los nuevos dirigentes de la Xunta les toca tomar nota de lo ocurrido estos cuatro años, corregir lo que está mal y cumplir sus promesas. A nosotros, a los votantes gallegos, nos corresponde exigírselo sin concesiones ni ambigüedades, y ahí vamos a estar dando la gaita muchos gallegos, no les quepa duda. No nos movilizamos miles de personas el 8 de febrero en Santiago para pedir Libertad, como para ahora dedicarnos a mirar hacia otro lado".

El homenaje de Feijóo a un fanático separatista el 25 de julio de 2009

Después de las elecciones, empezó a pasar el tiempo sin cambios y con algunos signos alarmantes. El 25 de junio de 2009, cuatro meses después de las elecciones, Feijóo ponía flores ante la tumba del separatista Castelao, un tipo que afirmaba la "pureza" racial gallega frente al "mestizaje" español y que justificaba dar palizas a los que gritasen "Viva España". Unos meses antes, aquel dirigente fanático del BNG había justificado las agresiones contra los defensores de la libertad de idioma, y ahora Feijóo rendía homenaje a otro separatista igual de fanático. El votante del que habla esta historia se empezó a enfadar y al día siguiente escribió:

"¿Hasta cuándo va a seguir el PP contribuyendo a la mitificación de ese ideólogo del nacionalismo más radical? ¿Hasta cuándo seguirá Núñez Feijóo reverenciando a un extremista al que bien podríamos definir como el Sabino Arana gallego?"

El engaño y la decepción del 30 de diciembre de 2009

El tiempo siguió transcurriendo y pasaron nueves meses sin que Feijóo cumpliese su promesa de "libertad lingüística". El curso 2009-2010 empezó sin que las familias gallegas pudiesen ver cumplida la promesa que decantó las elecciones gallegas de 2009 a favor del PP. Por fin, el 29 de diciembre de 2009, la dirección nacional del PP proponía lo mismo que había prometido Feijóo en Galicia: "garantizar la libertad de los padres para elegir la lengua en la que quieren educar a sus hijos". Parecía que por fin aquella promesa se iba a hacer realidad. Pero lo que muchos no sabíamos entonces es que el PP promete en la oposición cosas que luego no cumple cuando gobierna, y la dirección nacional del PP lanzaba aquellos mensajes desde la oposición (el PSOE estaba gobernando entonces en España de la mano de José Luis Rodríguez Zapatero).

Al día siguiente llegó la decepción. El 30 de diciembre de 2009 se daba a conocer el nuevo modelo lingüístico del PP en Galicia. Libertad Digital lo tituló así: "Feijóo cambia la libertad de elección de lengua por un 'modelo trilingüe'". El texto de la noticia publicada por este medio explicaba lo siguiente: "No habrá libertad de elección de lengua en los colegios gallegos. Lejos de sus promesas electorales, Feijóo presentó lo que llamó "decreto trilingüe". Se impartirá un tercio de las asignaturas en castellano, un tercio en gallego y otro en inglés. Los padres no decidirán".

Ese mismo día, aquel votante gallego, ya con 34 años, escribía decepcionado: "Feijóo ha mentido: libertad no significa que la Xunta imponga cuotas en tres idiomas". Ese votante, que podría haber mirado hacia otro lado como hicieron otros muchos votantes del PP, añadió que el modelo de Feijóo "viola por igual los derechos de las familias castellanohablantes y gallegohablantes, pues pone en manos de la administración una decisión sobre la lengua de escolarización que sólo corresponde a las familias y a los alumnos".

Un PP que ha acabado asumiendo los dogmas del nacionalismo y de la izquierda

Terminaba 2009 con una gran decepción para aquel votante y para otros gallegos que apoyaron al PP aquel 1 de marzo. Vox no aparecería hasta enero de 2014, pero ésa fue la última vez que ese gallego votó al PP. No tengo que fiarme de la palabra de otra persona para saberlo, ya que aquel votante era yo. En los años siguientes, he podido ver al PP plegándose ante el nacionalismo y haciendo políticas propias de la izquierda en Galicia, pero repitiendo, a pesar de ello, sus mayorías absolutas, gracias al recurso al voto del miedo, con el que asusta a muchos gallegos sobre la posibilidad de que el PSOE y el BNG vuelvan a gobernar si no votan al PP. La realidad es que el PP gallego ha asumido muchos de los dogmas del nacionalismo y de la izquierda, y lo ha hecho con los votos de aquellos que temen que el nacionalismo y la izquierda vuelvan a gobernar.

Del voto en blanco a la aparición de Vox

Feijóo y el PP traicionaron la promesa de "libertad lingüística" por la que les voté en aquellas elecciones. El engaño me sirvió de escarmiento para no volver a fiarme ni de Feijóo ni de su partido. Cuando todavía no existía Vox, y como no me gusta el abstencionismo, seguí yendo a votar pero dejando el sobre vacío, es decir, votando en blanco. Hasta que apareció Vox.

Hoy tengo 48 años. Sigo viviendo en Galicia, mi tierra natal, y voto a Vox, y no porque no tenga más remedio ni porque tenga algún compromiso con ese partido (del que ni siquiera soy afiliado), sino porque defiende los principios que el PP traicionó, y a diferencia de lo que me pasó con el PP, hasta ahora Vox nunca me ha prometido una cosa para después hacer la contraria. Por eso votaré a Vox en las elecciones gallegas del 18 de febrero: por principios, por coherencia, porque defiende esa libertad lingüística que Feijóo y el PP traicionaron. Me niego a votar por miedo otra vez para que los que me engañaron en 2009 sigan beneficiándose de sus engaños.

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Foto: Partido Popular.

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Comentarios:

  1. CiudadanoDe2

    Tuve la oportunidad de demandárselo, personalmente, a Feijóo. Me dijo que se lo había «tumbado» el tribunal supremo. Fui educado, Alberto estaba con su mujer y una amiga. Le contesté «Esas no son mis noticias, que disfrutéis del vino»…

  2. calatravo

    Buenos días,

    El que a mí me abrió los ojos fue otro gallego, por mal nombre Mariano. Bueno, Rajoy y casi todo su equipo. Indistinguibles de la izquierda, salvo, quizás, en la pertinaz ausencia de ganas de debatir ideas, de defender una ideas que eran por las que se les votaba.
    También pasé del sobre vacío a Vox las veces en que se presentó en mi circunscripción electoral, que no fueron todas, ni mucho menos. Hasta la fecha. Y con la actual banda popular, antes me corto las manos que introducir un sobre con sus candidaturas en una urna.

  3. Armentarius

    Doy gracias por poder votar a VOX. Lo he hecho siempre que he podido (donde resido no se presenta a todo).
    Y doy gracias a ELENTIR por su honradez, su entereza y por mantener este foro de libertad, sensatez y patriotismo.

  4. Berto

    Fakejóo ha mentido mucho, no a los niveles de Su Sanchidad, pero no se queda muy atrás.

    Los resultados de VOX van a ser, esta vez, mucho mejores y puede que caiga algún escaño.

  5. Berto

    Feijoy es un mentiroso, nunca ha dejado de serlo.

  6. PedroJesusVR

    A mi antes no me interesaba para nada los temas políticos. Era como muchos que piensan que «eso no va conmigo» hasta la llegada de Zapatero, me escandalizó lo que hacía y que aparentemente no se podía hacer nada. Fue entonces cuando comprendí (por las malas) que la política nos afecta a todos, queramos o no.
    Desde entonces me preocupó informarme sobre lo que hacía el gobierno (de ZP) y que decían los demás.
    En las elecciones yo votaba al PP. Hasta que me sentí traicionado, asqueado y muy enfadado. Concretamente cuando salió el entonces ministro Gallardón, a anunciar que no modificarían la ley del aborto.
    Desde entonces y hasta que descubrí la existencia de Vox, en las elecciones cogía la papeleta del PP y la anulaba escribiendo: «No al asesinato de bebés no nacidos»
    votaba nulo deliberadamente por dos motivos: nadie defendía mis ideas (ignoraba la existencia de Vox)
    Posteriormente oí hablar de «la ultraderecha» de Vox. Me empecé a cuestionar todo.
    Decían que Vox era de «ultraderecha» que destruiría la libertad (yo que soy gay, tenía mucho miedo a eso precisamente) pero el haberme sentido engañado por el PP me hizo dudar de todo. Me informé. Recordé lo que decía Santa Teresa de Jesús «ahora comienzan y procuren ir comenzando siempre» y decidí acudir directamente a las fuentes. Busqué en internet los estatutos de Vox. Y no vi nada de «ultraderecha» ni nada «liberticida», antes al contrario, pensé que quizás, incluso respetarían la libertad sexual. Eso se podía deducir de los estatutos que entonces regían a Vox.
    Acudí a una «mesa informativa» y pregunté. Ante las respuestas que me dieron, me animé e hice la temida pregunta. La respuesta fue dudosa. Unos decían una cosa y otros otra. Comprendí que en Vox había varios «puntos de vista» Me interesé por Vox porque era el que más se acercaba a mis ideas, y que mejor podia defenderlas.
    En una ocasión hablé con una conocida persona de Vox (que ahora ya no está en Vox) y me dijo claramente que Vox no «entra en el dormitorio de nadie» que eso corresponde a la libertad individual de cada uno.

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