Los libros de historia están llenos de páginas sobre personas admirables que asumieron grandes sacrificios por una causa justa.
Una de las cosas que más me apasiona de la historia es conocer los hechos que protagonizaron esas personas, como los mártires cristianos que han sido masacrados por su fe a lo largo de los siglos y en distintos lugares; los abolicionistas que denunciaron la esclavitud cuando eso les hacía sufrir el odio y la incomprensión de muchos; y los españoles que se alzaron contra Napoleón, exhibiendo un valor sin límites ante el ejército más poderoso de su tiempo; la resistencia polaca, que se alzó a las armas tras la invasión alemana y soviética de su Patria; la Rosa Blanca, cuyos miembros denunciaron el régimen criminal de Hitler; y los "Soldados Malditos" de Polonia, que tras combatir al nazismo continuaron su lucha contra la opresión comunista, sin ninguna ayuda exterior.
Hace años, cuando leía episodios como ésos en los libros de historia, pensaba que el mundo ya no volvería a conocer hechos de tan alto valor como aquellos. Parecía como si los valores que inspiraron a aquella gente admirable desapareciesen. Y entonces, el 24 de febrero de 2022, vimos al pueblo ucraniano alzarse en armas contra un invasor poderoso, sabiendo que estaban solos frente a una de las más grandes potencias del mundo, pero mostrándose dispuesto a combatir por la libertad de su Patria hasta la última gota de su sangre.
En estos dos años hemos visto al pueblo ucraniano demostrar un heroísmo que merece pasar a las mejores páginas de la historia, aquellas que están reservadas para quienes sirven de inspiración para grandes principios como el patriotismo, la valentía, el espíritu de servicio, el sacrificio y la lealtad, palabras que parecían haber perdido todo su significado, que parecían haber sido enterradas bajo un aluvión de materialismo y de relativismo. Un heroísmo como ése nos plantea a todos un examen de conciencia, aunque queramos silenciarla o fingir que no la escuchamos. Nos interroga con una pregunta que algún día, en el futuro, algo nos hará: ¿y tú qué hiciste por esos valientes?
Hay muchas formas de apoyar al pueblo ucraniano. Los gobiernos pueden hacerlo enviando ayuda militar, económica y humanitaria, y también apoyando la causa de Ucrania en los grandes foros internacionales. Los políticos de cualquier país pueden promover iniciativas políticas para ayudar a Ucrania y hacer frente a quienes quieren negarle la ayuda a los ucranianos y a quienes se ponen del lado de los agresores. Los ciudadanos de a pie podemos ayudar con nuestros donativos, nuestras oraciones y nuestra palabra. Porque nuestra palabra puede mover conciencias, tanto a viva voz como por escrito.
En estos dos años, Contando Estrelas ha publicado 450 entradas en español, 371 en inglés, 5 en ucraniano y 2 en italiano sobre la invasión de Ucrania. No las he publicado a título meramente informativo. Cuando hablamos de un tirano que invade un país soberano sin ninguna provocación, sin ninguna justificación y cometiendo toda clase de atrocidades, no soy ni quiero ser neutral: yo apoyo a Ucrania, por una cuestión de principios, igual que apoyaría a los mártires cristianos, a los abolicionistas de la esclavitud, a la resistencia polaca, a los judíos asesinados por los nazis o a la Rosa Blanca.
Vivimos un momento histórico y es ahora cuando tenemos la oportunidad de hacer lo correcto. En vez de eso, algunos han elegido apoyar a los invasores rusos. Otros han preferido callar, ponerse de perfil o apoyar a Ucrania en voz baja, quizá por temor a incomodar a los fanáticos que apoyan a un tirano criminal como Putin. A mí no me importa incomodar a los secuaces de ningún tirano. Lo que me importa es apoyar el Bien y la Justicia, aunque eso me genere enemistades, problemas, odio e incomprensiones.
En este segundo aniversario de la invasión, le deseo al pueblo ucraniano una victoria clara y rotunda en esta lucha por su libertad, una victoria que culmine con la expulsión de todas las tropas rusas del suelo ucranino, incluidas las partes del país que Rusia se ha anexionado ilegalmente. En Ucrania se decide hoy el futuro de Europa. El pueblo ucraniano es hoy un dique contra la mayor amenaza actual contra la paz y la seguridad en Europa, que es el imperialismo ruso. Es por eso que Contando Estrelas seguirá apoyando la causa del pueblo ucraniano como lo viene haciendo.
¡Gloria a Ucrania! ¡Gloria a los héroes!
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Imagen: Freepik.
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Comentarios:
Berto
Ucrania era y es un país fallido, con una altísima corrupción sistémica.
Vale, bien, pero fue invadida por un sátrapa que aprendió las malas artes en la KGB. Rusia puede mantener durante mucho tiempo esa guerra, el petróleo y el gas les permite rearmarse sin muchos problemas.
El problema de abandonar a Ucrania a su suerte es el mensaje que le estás dando a Putin de cara a invadir zonas que en sus delirios cree que son de Rusia. De ahí a tener un conflicto armado con la OTAN hay un pequeño paso y entonces sí que vendría de verdad la Tercera…
Sigo sin entender por qué hay derecha que ve con buenos ojos a Putin. Muchos estamos contra el wokismo, la Agenda Vente Trinca, Globalismo y toda la escoria de la izquierda mundial. Qué Putin también vaya contra eso no me hace ver que esté en el lado bueno, ni mucho menos.
9:34 | 24/02/24
wladimir
aqui lo que sucede…
es que el Tirano Putin ha sabido engañar como un buen profeta del mal a su fan club de izquierdas y progres que añoran los gloriosos dias del Comunismo Sovietico y a algunos incautos de la derecha conservadora (creyendo que el es un defensor de los valores tradicionales) y el se hace ver como un heredero del Stalinismo y al mismo tiempo como ferviente conservador de derechas…
12:56 | 24/02/24
calatravo
Buenas tardes,
El Ruso es un imperio que no sabe que lleva muerto décadas. Ucrania no tiene por qué ser la que se lo demuestre por la vía de los hechos. Tampoco debería Ucrania arrostrar en solitario el trabajo de pararle los pies a un tirano que sólo entiende el lenguaje de la fuerza. Por todo esto y, fundamentalmente, porque ya hace dos años que me pareció evidente que a lo que asistíamos era a una agresión rusa brutal y despiadada, comencé a enviar ayuda tanto a Polonia como país receptor de refugiados ucranianos como, directamente, a la propia Ucrania. Hoy sigo avergonzándome de ser occidental o europeo al comparar cómo se comportan en el campo de batalla y en la retaguardia los ucranianos y la actuación de esa Europa inerme, apática e injusta que sólo me produce impotencia y rabia.
Слава Україні! Героям слава!
14:31 | 24/02/24
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