El PP pidió la dimisión de Pumpido en 2006 pero apoyó su entrada en el TC en 2017

El proceso para convertir el TC en un ariete del PSOE empezó bajo un gobierno del PP

Eng Jue 26·6·2025 · 18:50 2

Degradar las instituciones democráticas tiene graves consecuencias, pero ese proceso no suele empezar de forma repentina.

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Un TC convertido en un ariete para demoler la democracia

Como ya advertí esta mañana, este jueves el mal llamado Tribunal Constitucional (TC), controlado por los socialistas, ha dado el visto bueno a la amnistía inconstitucional de Sánchez a sus socios separatistas, una amnistía que viola claramente el Artículo 62 de la Constitución Española, que prohíbe expresamente los indultos generales. Tanto esa amnistía como esta sentencia que la blanquea son dos de los ejemplos más graves de la corrupción socialista que está degradando nuestras instituciones democráticas y convirtiendo a España en algo cada vez más parecido a la dictadura socialista de Venezuela.

Como todas las instituciones colonizadas por el PSOE, el TC ha sido corrompido por los socialistas para que sea una simple oficina de blanqueamiento de sus abusos, sean cuales sean. Si mañana Pedro Sánchez hiciese una ley para encarcelar a los que no opinan como él, no me cabe la menor duda de que la mayoría izquierdista de este pseudotribunal hallaría la forma de blanquearlo. Este TC ya no es un dique para defender la democracia, sino un ariete para demolerla.

Como ya señalé aquí el año pasado, ahora mismo tenemos un TC controlado por el gobierno y que sigue obedientemente sus dictados, un TC cuyo propósito ya no es proteger a los españoles frente a los abusos del poder político, sino bendecir esos abusos cuando los comete el gobierno socialista. Eso implica que en España el poder político ya no tiene límites: Sánchez puede hacer lo que le dé la gana, pues incluso aunque un tribunal penal le condene por ello, el TC tumbará cualquier sentencia como ya hizo con la corrupción socialista del caso ERE.

En 2022 el PP entregó al PSOE el control del TC hasta 2031

Hay que decir que esta situación que debemos no sólo al PSOE: recordemos que en diciembre de 2022, el Partido Popular (PP) entregó el control del TC a los socialistas hasta 2031 (según afirmó el diario socialista El País tras aquel acuerdo entre PP y PSOE para renovar el tribunal), obteniendo así una excusa para dejar intactas las leyes ideológicas socialistas aunque tenga mayoría absoluta para gobernar y derogarlas, como ya ocurrió durante los mandatos de José María Aznar y de Mariano Rajoy. Una de las primeras leyes blanqueadas por ese TC fue la ley del aborto de 2010, una ley monstruosa que califica como "derecho" matar a los niños por nacer y que el PP se negó a derogar durante el mandato de Rajoy.

Casualmente, ese control socialista del TC se logró con el apoyo del PP unos meses después de que Alberto Núñez Feijóo llegase a la presidencia de ese partido. Por si alguien ha olvidado este dato, Feijóo fue uno de los dirigentes del PP que se opusieron a la derogación de la ley del aborto de 2010 durante el mandato de Rajoy, y lo hizo presionando a su partido para que incumpliese su promesa electoral de "reforzar la protección del derecho a la vida" (ver programa del PP de 2011, página 108). De esos polvos vienen esos lodos.

El PP pidió la dimisión de Pumpido en 2006 pero apoyó su entrada en el TC en 2017

No obstante, si Cándido Conde-Pumpido está en el TC, del que hoy en día es presidente y cuyas sentencias se han convertido en un motivo de escándalo en España, es porque en 2017, durante el mandato de Mariano Rajoy, el Partido Popular apoyó su nombramiento como miembro de ese órgano a pesar de su nefasta actuación cuando fue fiscal general del Estado entre 2004 y 2011, durante el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

En 2006, Conde-Pumpido había dejado patente su subordinación al poder político con unas polémicas declaraciones en las que afirmó que "la Justicia no está para favorecer procesos políticos, pero tampoco está para obstaculizarlos", añadiendo que "el vuelo de las togas de los fiscales no eludirá el contacto con el polvo del camino".

Hay que recordar que el PP pidió la dimisión de Conde-Pumpido por aquellas declaraciones, acusándole de ser "el abogado defensor del presidente del gobierno". Once años después, ese mismo PP apoyó su nombramiento como miembro del TC, lo que le posibilitó ponerse al frente de ese órgano en enero de 2023. Al final, el polvo de la toga de Conde-Pumpido ha acabado ensuciando todo el TC hasta convertirlo en lo que es hoy: una mera agencia al servicio del PSOE.

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Foto: Efe.

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Comentarios:

  1. Hrodberht

    Vomitiva la jeta del infame Pumpido.

    El Tribunal Constitucional no debería existir, eso lo primero.

    Para todo, en un país serio, está el Tribunal Supremo, también para garantizar la Constitución, que en España se pasa por el forro el propio Tribunal Constitucional…

    Sánchez va a caer en poco tiempo (no llega al otoño), la UCO está cerca de ir a La Moncloa, no olvidemos que es la pagamos todos, no es propiedad un psicópata narcisista.

  2. isanchezgil

    Hace un montón de años, un abogado en el que, por sus conocimientos, yo tenía mucha confianza, me explicó que era un fallo que había en la Constitución, la existencia del Tribunal Constitucional, porque lo lógico, siguiendo la doctrina jurídica, hubiera sido que existiese una Sala dentro del Supremo dedicada a las garantías constitucionales.

    Se estaba notando, ya entonces, el fallo, porque los abogados, habiendo recibido una sentencia del Supremo, se dirigían para enmendarla al Tribunal Constitucional, lo que no tenía sentido porque así este Tribunal se convertía en un tribunal de casación del Supremo y esto era absurdo desde la lógica jurídica.

    Todo ello agravado porque los componentes (a menos algunos de ellos) del Tribunal Constitucional no eran Magistrados de carrera, por lo que no podían ser considerados como enmendantes del Supremo, que sí estaba compuesto con miembros de la carrera judicial del máximo nivel, tanto por su trayectoria como por su nivel profesional.

    De aquellos polvos vienen estos lodos.

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