Aborto: el Tribunal Constitucional tergiversa la Constitución y se inventa algo que no dice

Elentir EN Mar 9·5·2023 · 17:59 10

El Tribunal Constitucional de España, controlado por la izquierda, ha perpetrado hoy una sentencia bochornosa y panfletaria a favor del aborto.

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El TC, controlado por la izquierda, se inventa algo que la Constitución no dice

La sentencia ha sido anunciada por el TC en su cuenta de Twitter a las 15:28 horas, y viene a resolver, con 13 años de retraso, el recurso presentado por el Partido Popular contra la ley del aborto de 2010, impulsada por el PSOE. El título de la nota de prensa del TC sobre la sentencia afirma: "El Pleno del TC afirma que la Constitución reconoce a la mujer el derecho a decidir libremente sobre la continuación del embarazo dentro de las primeras catorce semanas de gestación".

Ante esa afirmación, cualquiera que haya leído la Constitución Española se dará cuenta de la mentira: la Constitución no dice eso en ninguno de sus artículos. De hecho, su texto no cita ni el embarazo ni el aborto en ninguna parte. En su nota informativa sobre la sentencia, el tribunal desestima todas las objeciones del recurso a esa ley pero no explica en ningún momento en qué artículo de la Constitución se reconoce ese supuesto derecho. Así es como explica la nota la decisión del tribunal:

"El Tribunal considera que el sistema de plazos es conforme a la Constitución por cuanto reconoce a la mujer embarazada el ámbito razonable de autodeterminación que requiere la efectividad de su derecho fundamental a la integridad física y moral, en conexión con su derecho a la dignidad y libre desarrollo de su personalidad".

Una tergiversación de la Constitución para obviar el derecho a la vida

Del texto anterior cabe deducir que la mayoría izquierdista del TC estaría apelando al Artículo 15 de la Constitución, pero no lo cita por motivos evidentes. Para darse cuenta de esos motivos, basta con leer lo que dice ese artículo:

"Todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra".

De este modo, la mayoría izquierdista del TC obvia ese "derecho a la vida" para afirmar un inexistente derecho a acabar con una vida humana, y lo hace apelando -sin molestarse siquiera en citarlo- a un artículo constitucional que afirma expresamente el derecho a la vida. Estamos ante una clara tergiversación de la Constitución, ante un falseamiento de su texto para ajustarlo, a martillazos, a los dogmas de la izquierda.

Los cuatro magistrados discrepantes acusan al TC de exceder sus competencias

Esa panfletaria sentencia ha provocado una dura queja de los cuatro magistrados del TC que han votado en contra de ella. Según la citada nota informativa, Enrique Arnaldo Alcubilla, Ricardo Enríquez Sancho, César Tolosa Tribiño y Concepción Espejel Jorquera han emitido votos discrepantes afirmando que la sentencia "excede gravemente el alcance y los límites del control jurisdiccional que corresponde al Tribunal".

Los cuatro magistrados también denuncian que esta sentencia "excediendo el alcance y los límites del control de constitucionalidad que corresponde a este Tribunal, viene a reconocer un nuevo derecho constitucional, que denomina “derecho de la mujer a la autodeterminación respecto de la interrupción del embarazo”, anclado en el art. 15 CE, en relación con el art. 10.1 CE. Con ello, la sentencia se sitúa fuera de los márgenes del control de constitucionalidad que a este Tribunal corresponden, pues reconocer nuevos derechos fundamentales es una potestad del poder constituyente, no de los poderes constituidos y, por tanto, no lo es del Tribunal Constitucional".

Los cuatro magistrados denuncian que el TC ignora su propia doctrina

Así mismo, los cuatro magistrados discrepantes denuncia que "la sentencia se escuda en una mal entendida “interpretación evolutiva” para eludir injustificadamente el diálogo con la STC 53/1985", y lo hace "obviando" la propia doctrina del TC, señalada en esa sentencia de 1985, que afirmaba que "como el nasciturus es un bien jurídico constitucionalmente protegido por el art. 15 CE, el Estado tiene la obligación de establecer un sistema legal para la defensa de la vida, que, dado el carácter fundamental de la esta, puede incluir también como última garantía la punición de aquellas conductas contrarias a su preservación a través de normas penales".

Por otra parte, la magistrada Concepción Espejel denuncia "la composición del Tribunal que ha resuelto el recurso por falta de la debida apariencia de imparcialidad, derivada de haber desempeñado varios de sus miembros, entre los que se encuentra, cargo público en ejercicio del cual formaron criterio sobre las cuestiones que han sido objeto de resolución con pérdida de la imparcialidad, motivo por el cual planteó su abstención, que fue rechazada por el Tribunal".

La sentencia establece una total desprotección de la vida prenatal

Espejel también denuncia que la sentencia establece una "omisión de cualquier protección del nasciturus", y que la regulación que aprueba "deja al exclusivo arbitrio de la mujer la interrupción del embarazo en las primeras 14 semanas con total desprotección de la vida humana en formación, que es un bien constitucionalmente protegido, como declaró la STC 53/1985".

Un episodio más del asalto de la izquierda al Estado de Derecho

Con esta sentencia, la izquierda, que ya se saltó la independencia judicial para adueñarse del TC e imponer su ideología disfrazada de jurisprudencia constitucional, ahora retuerce aún más la legalidad invadiendo competencias que no le corresponden a ese tribunal, tergiversando la Constitución y degradando el Estado de Derecho.

No obstante, hay que señalar que la izquierda no es la única responsable de esta parodia de la Justicia en la que se ha convertido el TC: el Partido Popular dio la llave del TC a la izquierda hasta 2031, al repartirse con ella los magistrados de ese tribunal como si fuesen cromos, ayudando así a la izquierda a pisotear la independencia judicial. Ahora vemos las consecuencias.

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Foto: Efe.