¿Los españoles aún tenemos motivos para amar a la Patria en que nacimos?

Saliendo en busca de la España silenciosa

Algunos lectores habituales del blog me han señalado, extrañados, que no lo haya actualizado en cuatro días. La razón es que me tomé unos días de descanso, pues este año aún no me había cogido ni siquiera unas pequeñas vacaciones. Confieso que tenía ganas de desconectar un poco de todo. Tras escribir mi reciente artículo sobre el ya famoso perro Excalibur, creo que llegó a los topes mi decepción por el rumbo que ha tomado la sociedad española.

Ese artículo ha sido leído por más de 20.000 personas. Es una cifra modesta si la comparamos con las visitas que puede recibir un artículo de opinión en cualquier medio de comunicación, pero es bastante más de lo habitual en un blog, incluso en uno con la considerable audiencia que tiene éste. Escribir ese artículo me ha acarreado una lluvia de insultos de los que aprecian más la vida de un perro que las vidas de dos misioneros, insultos a los que hay que añadir una oleada de comentarios en la que los llamados "animalistas" han intentado convencerme de que los animales tienen derechos humanos y de que un perro tiene el mismo valor que una persona, o incluso más. Llegado un momento he decidido dar a la papelera del blog un noble cometido: el de evitar que un grupo de majaderos me llenen los comentarios de Contando Estrelas de insoportables muestras de desprecio por el ser humano. No comparto esa máxima buenista de que todas las opiniones son respetables y tienen el mismo valor. Hay opiniones que no me merecen respeto alguno, porque esas opiniones no muestran respeto alguno por lo más sagrado, ni tan siquiera por los derechos y la dignidad del ser humano. Así mismo, abundan las opiniones fundadas en la ignorancia y la más absoluta desinformación. Creo que servirá como botón de muestra decir que una de las personas que me han hecho llegar su "opinión", vía Twitter, lo hizo usando el palabro "invecil", escrito tal cual. Es cómico que personajes así, supuestos titulados en Medicina y en cualquier otra rama del saber humano por la Facultad de Twitter, atribuyan a sus opiniones el mismo valor que a las de otros que tienen la sana costumbre de opinar sobre lo que saben.

Cuando uno se encuentra con una ola de imbecilidad -¿o debería decir "invecilidad"?- como la señalada, puede tender a pensar que esta sociedad se ha vuelto majara y que es mejor alejarse de ella. La semana pasada a este gallego, tan apegado a su tierra como lo están los robles y las rocas, le empezaron a dar ganas de emigrar. Por primera vez sentí la tentación de liberarme de una idea que he venido expresando desde hace muchos años a todos los que me preguntaban si no me daban ganas de abandonar una Galicia infestada de nacionalistas intolerantes, empeñados en imponernos a todos los gallegos lo que tenemos que pensar e incluso la lengua en la que tenemos que hablar. Esa idea es muy sencilla: ésta es la tierra en la que nací, en la que nacieron mis padres, mis hermanos, mis abuelos y mis demás antepasados, y si alguien considera que determinadas personas sobran aquí por sus ideas, qué se vayan los totalitarios que quieren echarnos. Yo me niego. Si ya no se me pasa por la cabeza cederles un hueco en mi blog para que viertan sus miasmas morales e ideológicas, obvia decir que tampoco tengo ni la más mínima intención de ceder mi sitio en la tierra de mis ancestros a unos majaderos.

Estos últimos días viajando por España me han venido bien para recordar que mi Nación es mucho más que unos indocumentados escribiendo tonterías en Twitter, políticos mentirosos y sembradores de odio. En mi Patria te encuentras por doquier a gente que la honra sacrificándose día a día por su familia, sin que jamás sea portada o noticia en ningún medio. En mi Patria hay muchísimas personas que la aman y que incluso estarían dispuestas a dar la vida por ella si algún malnacido la pusiese en peligro. En mi Patria hay miles de personas asumiendo sacrificios e incluso arriesgando sus vidas en las Fuerzas Armadas y en las Fuerzas de Seguridad del Estado, para que los demás podamos vivir tranquilos e incluso para que puedan expresarse en paz hasta los que les odian. Mi Patria es la cuna en la que vino al mundo una multitud de misioneros y voluntarios que la llenan de gloria ayudando, dando de comer, curando e incluso dando la vida por los más pobres en países que algunos jamás se atreverían a pisar. En mi Patria hay muchísimas personas cuya vocación les ha llevado a dedicar su vida a ayudar a los demás, noble empeño en el que una simple auxiliar, con un sueldo mucho más modesto que el de cualquier diputado, es capaz de ofrecerse voluntaria para tratar a un enfermo de ébola, sabiendo que sólo será noticia si por cualquier motivo el riesgo que corre acaba traduciéndose en un contagio que podría costarle la vida. Mi Patria, en fin, abunda en gente buena, gente presta a poner al prójimo por delante de su bienestar, gente que prefiere hacer lo correcto a hacer lo fácil, gente que le devuelve a uno la esperanza en el ser humano y también la esperanza en España. Ésta es la España a la que amo y de la que me siento orgulloso, una España silenciosa que apenas sale en la televisión, pero a la que debemos la existencia de nuestro país, porque gente así es la que durante siglos ha hecho de España algo por lo que merece llevar la cabeza bien alta a pesar de todos los males y vicios que la afligen. Es en esa España en la que pienso, en fin, cada vez que uso dos palabras con las que quiero cerrar estas líneas:

¡Viva España!

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. Carlos

    Quién al oír ¡VIVA ESPAÑA..!
    con un ¡VIVA…! no responde
    si es hombre no es español
    y si es español no es hombre.
    Aquí está mi ¡VIVA…!
    (Por supuesto que, aunque los versos están escritos así, también van dedicados a las mujeres que, en tantas ocasiones de la Historia han demostrado su coraje y valentía)

  2. Emismo

    Adelante con tu gran labor comunicativa desde este pequeño rincón.

  3. marina

    Sólo faltaría que esos engendros pudieran contigo. ¡De eso nada!. Cuando dudes, piensa que son pequeños, muy pequeños, con un corazón negro como el carbón, incapaces de llevarse bien entre ellos, siempre andan a la greña, amargados, con cara de cabreo. Vas a comparar…hala, a recuperarse y a seguir con la labor, que aquí te esperamos tus amigos con agradecimiento y cariño.

  4. baucent

    Que gran vasallo si tuviera buen señor.

    Gracias, Elentir!!

  5. paco prieto

    ¡¡MUY BIEN, AMIGO¡¡ sabes que cuentas con éste humilde lector para REENVIAR TUS -siempre interesantes- PROCLAMAS A LA VIDA Y A LA LIBERTAD.
    ¿cómo puedo hacerte llegar algunas cosillas que yo escribo de mi pueblo, Torremolinos?

    ¡puedo hacer aqwí mismo, son mas/menos 14-15 hojas y son todas DE HUMOR.

    PACO PRIETO

  6. gracias por este artículo que refleja el sentir de tantos. Un saludo.

  7. MARIA TERESA

    Ya veo que no soy la única que a veces piensa: ¿nos estaremos volviendo todos locos?,¿habrá echado algo en el aire alguna superpotencia para experimentar con los españoles y esa droga nos hace delirar?

    Los que se consideran políticamente correctos han perdido no sólo el norte, sino los cuatro puntos capitales. El sentido común parece ser el menos común de los sentidos.

    Menos mal que de vez en cuando alguien me hace respirar unas bocanadas de aire fresco y de sensatez. Alguien como tú, con una visión contra corriente: ya se sabe, en el mundo de la mentira, la verdad es un delito.

  8. Muchas gracias a todos por vuestros amables comentarios. 😉

    Paco Prieto, para cualquier mensaje privado tienes el formulario de contacto del blog:
    https://www.outono.net/elentir/contacto

  9. Pelayo

    Elentir: admirables palabras que comparto totalmente. Mientras nuestras vidas no estén en peligro no sufriremos tanto como miles de españoles anónimos que dieron generosamente su vida por esta nuestra patria. No hay mayor sacrificio que ese. Lo digo para que nadie desfallezca.

    Un fuerte abrazo

  10. Laura

    Ayer en Plaza de Cataluña (Barcelona), lloré por mi patria herida. ¡Que Viva!

  11. MR (Monárquico y Republicano)

    ¡VIVA ESPAÑA!

  12. Sharovarov

    Elentir, sólo quería apuntar una posibilidad: es posible -v.l.r.-, que la persona que le llamó a usted «invecil» no escriba «invecilidad», sino «invecilidá».

  13. Sinceramente, dudo que sepa lo que es una tilde… 😉

  14. Muchas gracias, Elentir por mantener este remanso de cordura y sentido común entre la vorágine de «invecilidad» que nos rodea.

    Por cierto, que ganas tenía de que acabaran tus vacaciones para volver a leerte 😛

  15. Muchas gracias a ti, Schwan. 😉

  16. El Tíol Bastón

    No comparto esa máxima buenista de que todas las opiniones son respetables y tienen el mismo valor. Hay opiniones que no me merecen respeto alguno, porque esas opiniones no muestran respeto alguno por lo más sagrado, ni tan siquiera por los derechos y la dignidad del ser humano.

    Con respecto a este acertado párrafo, hay que hacer a esos impresentables regresar a los padres fundacionales de los sistemas democráticos y dejarles bien claras dos cosas.

    La primera: que lo que se respeta es a las personas y su derecho a tener ideas, pero no a éstas. Hasta un tipejo tan infecto como Voltaire dijo «no comparto tus ideas pero daría la vida por tu derecho a expresarlas». Estar equivocado es un derecho humano, pero las ideas no son personas y no tienen, por tanto, derechos inherentes. Si están equivocadas no se deben respetar, sino que, al contrario, es nuestro deber combatirlas. Las ideas equivocadas hay que exterminarlas como a la peste, y sin miedo ninguno porque a quien se respeta es a las personas. Combatir las ideas equivocadas y evitar que se extiendan es precisamente un gran ejercicio de respeto al ser humano. «Respetar las ideas» es gilipollez demagógica inventada por sabe el diablo quién. Queda muy bonita para quienes no piensan pero si te detienes en ella descubres que es una gran mentira.

    La segunda: que, como decía ya en tiempos un profesor que tuve en el Bachillerato (y puede que te suene el discurso), «hoy en día se confunde saber con opinar». Se da publicidad a un montón de gente escribiendo (más bien garrapateando, porque no saben escribir mejor que el «himbestigador» que escribió la «invecilidaz» a la que te refieres) y parlando como loros en los medios de comunicación sobre temas de los que no tienen ni la menor idea, dando su opinión como sucedáneo de verdadero conocimiento, porque ya hace años que se inició el proceso de idiotizar a la gente mediante el sistema de instituir en ejemplos y modelos a individuos procedentes de estratos humanos y sociales que compiten por ver cuál es el más barriobajero, zafio y falto de conocimientos. Se escucha a estos elementos y se les sigue como si lo que dicen fuera palabra santa, cuando sólo saben decir tonterías y sofismas porque carecen de conocimientos que les aporten bases de pensamiento sólidas. Algunos (una minoría) pueden tener información técnica de algo adquirida a lo largo de un aprendizaje absorbido durante una enseñanza reglada, pero para nada verdaderos conocimientos que les aporten recursos para organizar sus procesos mentales en esquemas de raciocinio sólidos. Y es que esto no está de moda, simplemente porque a quienes manejan el cotarro les interesa el titulado universitario como carne de cañón: la educación, el arte, la salud, el diseño… todo esto y mucho más convertido en vulgar mercancía de consumo sujeta a las leyes de la oferta y la demanda. Cuantos más licenciados y doctores sacados en serie, como churros, y más masificados estén, más baratos serán los servicios cualificados por los que hace cincuenta años se pagaba el doble y también más se puede explotar y aborregar a quienes deberían ser los intelectuales de la sociedad.

  17. Marcial

    :aplauso: :aplauso: :aplauso:
    ¡Estuviste el sábado en Madrid! Anda, ¡y yo!
    Un abrazo

  18. Muy acertado tu comentario, Tíol Bastón.

    Marcial, ¿tú también fuiste al Festival Aéreo de Torrejón? De haber sabido que estarías por allí te habría avisado para conocernos en persona.

  19. Marcial

    Pues sí. Ya habrá ocasión.

  20. Normalmente en este blog encuentro mucho sentido común, cosa que agradezco.

    Puede que no siempre coincida con lo que dices pero me gusta mucho leerte. Espero que sigas mucho tiempo así.

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.