¿Qué nos estamos perdiendo?

A veces recuerdo lo que nos costaba conseguir determinadas informaciones cuando carecíamos de un mundo al otro lado de nuestra pantalla, y no podíamos recibir al segundo datos procedentes de las Antípodas como si nos los gritase el vecino de patio de luces desde su ventana. En el colegio jugábamos a las canicas, a los trompos o al fútbol. Yo no di una lección de informática hasta primero de BUP, y entonces a lo más que llegamos es a aburrirnos con aquellos incomprensibles códigos del Basic. Recuerdo que la pandilla de amigos del colegio (alguno ya está a punto de ser padre, ¡ufff!) pasábamos largos ratos charlando sobre cosas importantes y pasajeras, sobre el futuro y nuestros sueños.

Tampoco había teléfonos móviles, ni sms. No teníamos emails. Yo escribía un montón de cartas a los amigos (y sobre todo a las amigas), con mi pluma Parker, que la tengo más usada que el palo de un gallinero. Compré hace un montón de años un tintero para recargarla, y aún lo he agotado hace unas semanas, de tan poco que utilizo ahora la estilográfica. Hemos ganado muchas comodidades con las nuevas tecnologías, pero al mismo tiempo se nos están escapando muchos cachos de humanidad, pequeños trozos de vida que antes tenían muchísima importancia. Todo va más rápido y ya no nos deleitamos tanto con las pequeñas cosas.

En algunas ocasiones aún me gusta arrimarme a la ventana y jugar a apagar las luces de la Ría con la imaginación, y tratar así de hacerme una imagen de cómo sería Vigo en los tiempos de los celtas, cuando a ambos márgenes de esta lengua de agua sólo había frondosos bosques y algunas playas vírgenes. Hoy, en la ciudad, hay un resplandor tan grande que ahoga la luz de las estrellas en muchos kilómetros a la redonda. Y aquí, en cada monitor, las estrellas permanecen ajenas a nosotros, porque ya no alzamos la mirada para verlas. Estamos demasiado ensimismados en estas pantallas que nos absorben la vida, que nos enganchan y no nos dejan. ¿Qué nos estamos perdiendo?

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. phil

    Tienes razon…nos perdemos a los demás, a la gente, la conversación, el hacer cosas con otros, gastarse por ellos….pero muchas veces por miedo a gastar tiempo en ellos, por miedo a quedar mal, a no saber actuar….
    ¿Donde está la confianza en lo mucho que valemos para la gente que nos quiere de verdad, en concreto una Persona que murió por ti y por mi, en concreto?
    ¿Conseguiremos aprender a vivir de verdad?
    Muy buen comentario ¡¡hasta pronto!!

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.