¿La democracia tiene derecho a defenderse de aquellos que buscan liquidarla?

¿Los partidos comunistas y nazis deberían ser declarados ilegales en una democracia?

Las últimas amenazas lanzadas por una organización comunista contra un partido democrático da pie a reabrir un largo debate sobre los totalitarismos.

Lo coherente es prohibir a quienes prohíben todos los demás partidos allí donde mandan
Cuando nazis y soviéticos lucharon y desfilaron juntos en Polonia

Ese dabate es el siguiente: ¿una democracia debe admitir a todo tipo de ideologías, o debe poner límites a los partidos políticos en el respeto a la libertad y la democracia? En la Europa de la primera mitad del siglo XX, dos grandes movimientos totalitarios fueron creciento hasta provocar la muerte de millones de personas: el nacional-socialismo y el comunismo. Se trata de movimientos que han instaurado brutales dictaduras allí donde se han hecho con el poder, violando los derechos humanos, torturando y asesinando por motivos de opinión, estableciendo regímenes de partido único e ilegalizando a todos los demás partidos. En varios países de Europa están prohibidos tanto los símbolos comunistas como los nacional-socialistas, así como la apología de ambas ideologías. Esa prohibición es frecuente, de hecho, en países que han sufrido el azote de esas dos ideologías antidemocráticas.

Es lógico pensar que una democracia tiene derecho a defenderse de quienes quieren acabar con ella, pero hay personas que opinan que en una sociedad democrática debe haber libertad incluso para proponer ideologías que predican la eliminación de la propia democracia y su sustitución por dictaduras totalitarias. ¿Todo vale en una democracia, o hay límites en el respeto a los derechos humanos? Os animo a responder la siguiente encuesta sobre esta cuestión:

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Comentarios:

  1. Luna

    Creo necesaria otra pregunta en esta encuesta, ya que los partidos separatistas también buscan liquidar a españa y todas sus normas, se han mostrado tanto o más totalitarios que los comunistas o nazis y ni siquiera tienen cabida en la legalidad vigente, necesitan forzosamente ir contra ella para intentar su cometido.

    Por tanto planteo: ¿Los partidos separatistas deberían ser declarados ilegales en una democracia?.

  2. Luis Carlos

    Un partido político cuyo objetivo es criminal debe ser ilegalizado, y no me refiero sólo a los representantes de grupos terroristas, sino también a los que han sido financiado por gobiernos extranjeros, o planean usar el poder para actos delictivos graves como eliminar los derechos de otros.

    Pero a la larga es mejor concienciar que prohibir, del mismo modo que los niños y adolescentes asimilan que no deben fumar porque es malo para la salud en vez de simplemente el miedo al castigo.

    Y me hace gracia que los de Podemos quieran ilegalizar a Vox por «ultraderechista» cuando ellos han hecho muchos más méritos para ser ilegalizados.

  3. Martín Doncel

    No soy comunista, ni nazi. No me gustan los comunistas, ni me gustan los nazis. Tampoco me gustan los socialistas o los liberales. Creo que, en España, ninguna de esas ideologías ha defendido nunca la democracia.
    Los socialistas se adhirieron al Pacto de San Sebastián (en el que figuraban algunos partidos que hacían confesión de liberalismo y democracia) para derribar un régimen constitucional «por cualquier medio», incluido el uso de la «violencia revolucionaria». De hecho le pusieron por nombre a la organización que se ocupaba del asunto «Comité Revolucionario». Este Comité organizó el golpe de Estado militar de Jaca en diciembre de 1930. Y en abril de 1931, el mismo Comité, organizó el golpe de Estado que proclamó la Segunda República. Niceto Alcalá Zamora, el lider de la Derecha Liberal, que hacía las veces de interlocutor del Comité Revolucionario, presentó al gobierno de Alfonso XIII, malamente representado por Romanones, la amenaza de un «baño de sangre» si no se les entregaba el poder por las buenas. Los socialistas volverían a organizar otro golpe de Estado en 1934. En los tres casos, a aquellas rebeliones armadas contra el poder legalmente constituido las bautizaron como «Revoluciones», palabra esta, tras la que los socialistas se esconden para amparar toda clase de ilegalidades, abusos y violencias. Todavía participarían en un golpe más en la República: el que tuvo lugar en marzo de 1939.
    También en el lado de la derecha encontramos liberales, democristianos, reformistas, etc. etc. que, al ver las orejas al lobo, no dudaron en apoyar iniciativas, digamos poco democráticas, cuando, oportunamente, les convinieron a sus intereses.
    Si en España ilegalizamos los que en algún momento han colaborado con iniciativas poco democráticas no queda nadie. Desde luego no quedaría ni el PSOE ni el PP.
    Otra cosa es que se exija, legalmente, a los políticos que van a formar parte de las instituciones y a sus partidos, que cumplan determinadas obligaciones. La primera y principal, que el fin principal de su presencia en las instituciones nacionales sea hacer de España una nación más grande, más prospera, más respetada, más culta, más fuerte y más unida.
    Algo que se solventa con una simple promesa o juramento, cuyo cumplimiento esté amparado por la ley. Con eso sería más que suficiente.

  4. Juan Ramón

    Por supuesto que deberían ilegalizarse partidos y cualquier organización que atentase contra la propia democracia.

    Igual que a Falconeti y al marqués de Galapagar no deberían cargarse este sistema, desde dentro, atentando gravemente contra la constitución repetidamente. Sea cual sea la excusa.

    También, la democracia ampara claramente la unidad e igualdad, por lo que ahí entrarían también los partidos u organizaciones que tendieran a romperlas, como independentistas, o nacionalistas con esos principios o actuaciones.

    Es decir, un sistema en el que creemos casi todos, y así lo decidimos, no es lógico que proteja y legalice dentro, otros que pretendieran destruirlo.

    Otra cosa sería el prohibir al ciudadano que se expresara a favor de esas otras formas de convivencia.
    Pues estaría mal, por cuanto, entraría en disputa contra la libertad de creencias y de expresión.
    Mientras se respetara lo de todos y todos sus simbolos…

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