Tiñen de rojo las aceras

Jue 22·7·2004 · 0:51 3

Tiñen de rojo las aceras
las hojas marchitas de estos días
en que la lluvia retorna de su reposo.
Los helechos a mi alrededor
se encojen, bajan la cabeza,
caen y mueren. Su vida
da vida a los que vendrán
cuando allá arriba,
en la noche, vuelva a ver las estrellas.

Ya no siento el calor
de ayer, el viento de la Ría
trae consigo los fríos de otras costas.
El tiempo se recoge. Invernía.
Saldrá la escarcha, el agua se hará hielo
y el suave color que viste el cielo
se desborrará en grises escamas.
Y sin embargo la belleza de las cosas
permanece.

El amanecer conserva intacta su hermosura
y las fantasías vuelven a volar
cuando anochece.
Sobre las nubes siguen las constelaciones
y la melancólica palidez de nuestra Luna.
Al quieto paso que andan los días
viajarán semanas, meses y estaciones,
y todo volverá a ser
sin que nadie pregunte nada,
sin que muchos se detengan a pensar
¿por qué?

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. Agnetem

    Maravillosa poesía Elentir. Y quizá un poco meláncólica, como me siento hoy.

    Al leer esta poesía tú no te habrás dado cuenta, pues aún eres muy joven, y ni siquiera cuando la escribiste lo pensarías; pero a mí me ha evocado este momento tan especial de mi vida en el que aún descubro por los rincones de mi existencia emocionadas resonancias de amor, latidos de ternura que son maravillosos porque están, porque son capaces de recordarme esa promesa de hace mucho tiempo: «Te amo, lo mismo en el día de hoy que en la eternidad».

    ¿Ves porqué envidio lo que haces? Ese sentimiento que has evocado en mí, aún a pesar tuyo, con tus palabras, tus imágenes es único y así permanecerá durante este rato en el que escribo y en mi recuerdo un poco más.

  2. Un dato sobre este poema: recuerdo perfectamente que lo escribí en el Alto de San Cosme, cerca de Vigo, con una magnífica vista de todo el valle de Porriño, donde se estancan las nieblas que entran por nuestra Ría. Es quizás uno de los pocos poemas que he escrito pensando en la universalidad de la pregunta con la que acaba.

    Está cargado de nostalgia, desde luego. Y en él se esconde mi empeño por transmitir sentimientos, sensaciones y cosas, ya sea mediante un poema, un dibujo, la música… durante años he estado buscando cuál es el lenguaje más universal para transmitirlos. En la búsqueda he aprendido muchas cosas, no me ha venido mal.

    Por cierto, que el original lo escribí el 14 de octubre de 2002, está a punto de cumplir cuatro añitos. Es el penúltimo poema que escribí, no he vuelto a escribir más desde entonces. 🙄

  3. Muy bonito.Veo que se te da bien la poesía

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.