Me das asco, pero quiero tu voto

El 14 de marzo de 2004 fui a votar a mi colegio electoral. Mi familia y yo nos encontramos allí a una joven apoderada del PP, que estaba sola y a la que se le caían las lágrimas. Le preguntamos qué le pasaba (nadie parecía haberlo hecho), y nos dijo que a lo largo de la mañana había estado recibiendo amenazas y todo tipo de insultos: "asesina", "puta" y cosas así. Yo tenía por costumbre votar en blanco. Nunca había votado al PP... hasta ese día.

Tras hablar con la apoderada, y sin importarme que me viesen mis vecinos, me acerqué a la mesa, cogí la papeleta del Partido Popular, la metí en un sobre y me fui a la urna a depositar mi voto. Al marcharnos, le dimos ánimos a la joven apoderada, y conseguimos al menos que se sintiese consolada y apoyada por alguien. En ese momento me acordé de todas las manifestaciones por el Prestige y contra la guerra de Iraq a las que me había apuntado los años anteriores. En las de "Nunca Máis" se coreraba un lema en gallego que al oírlo me daba vergüenza ajena; traducido quedaba así: "¿y la culpa de quién es? ¡de los que votan al PP!" Es decir, votar al PP te convertía en responsable del accidente de un petrolero.

Desde ese domingo de 2004, a quienes metimos la papeleta del PP en la urna se nos ha llamado de todo (menos guapos) desde la parte izquierda del escenario político. Yo lo asumo con resignación. La mayoría de mis amigos son más o menos de izquierdas, y todos ellos me respetan aunque no compartan mis opiniones. Por desgracia, en todas partes hay radicales e intolerantes que no saben lo que es eso. Y esto pasa tanto en la izquierda como en la derecha.

A este último sector quería referirme. Se puede decir que España tiene el centro-derecha más consolidado y unido de Europa, junto con Alemania. Esa zona del escenario político está más fragmentada en países como Italia, Portugal y Francia. Para gustos hay colores. En España hay muchos votantes de derechas que están descontentos con el PP, y hay algunos pequeños partidos de derechas que intentan capitalizar ese descontento, hasta el momento sin éxito.

En estas elecciones y desde la derecha asistimos a un nuevo intento de capitalizar ese descontento, cosa que me parece muy bien, pues para eso estamos en democracia. Lo que ya no me parece bien -y dicho sea de paso, me parece muy torpe- es que algunas personas embarcadas en ese intento persigan captar votos insultando a los votantes. Gracias a ellos, por ejemplo, me he enterado de que tengo las manos "manchadas de sangre" y soy un "abortista" por el mero hecho de haber votado al PP (seguro que soy el único "abortista" que ha participado en el diseño de media docena de webs provida).

Desde luego, y por regla general, me gustan poco los políticos. A estas alturas espero poco de ellos. Lo que sí les pido a los políticos a los que voto, por lo menos, es que me tengan un poco de respeto y no me insulten. Ya no sólo por una cuestión de educación o de ética, sino también de inteligencia: yo dedico buena parte de mi tiempo a la publicidad y nunca se me ocurriría sugerirle a un cliente que anuncie un producto insultando al posible comprador. En vista de esto, les auguro a algunos un serio problema de "ventas" el próximo domingo si siguen toda esta semana por esos derroteros.

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Comentarios:

  1. Ivan

    Interesante reflexión… lo de la política es cómo estar en el chat de los Allyes (del World of Warcraft) en medio de un Campo de Batalla. En ez de organizarse y apoyarse como la Horda, se dedican a insultarse los unos a los otros…

  2. Nesta

    Coincido: muy buena e interesante entrada. No sé si sabes que en estos días, es muy difícil mantener el criterio (no soy quién para decírtelo, pero enhorabuena)
    Pienso q efectivamente la intolerancia y la falta de respeto en política es bastante habitual; pero a veces me he parado a pensar ¿por qué si eres del PP debes abstenerte de contestar a las provocaciones? analizando muchas muestra he visto que, si insultas a la derecha, bueno, pues eres un ciudadano liberal ejerciendo tu derecho de expresión, impune y con inquietudes cívicas (cívicas??); pero si eres del PP y clamas contra la izquierda inmediatamente te tachan de extrema derecha. Yo también tengo amigos muy de izquierdas, pero hasta ellos lo reconocen, «si eres de derechas mejor pasar desapercibido»… Un poco triste, no? No defiendo a ningún extremo, pero veamos algunos ejemplos en los MCM: a un grupo de padres que inician en un colegio una recogida de firmas para defender la asignatura de religión les califican de «radicales religiosos»; a un profesor que se negó a examinar en catalán en la Universidad a sus alumnos le marginaron y llamaron «facha reaccionario»; en cuanto los Ultras la arman les criminalizan y sale en todas las televisiones, les cierran sus locales y les escoltan en el Bernabéu, en cambio cuando unos okupas invaden edificios, o antisistema crean problemas en la sociedad se habla de «movimientos alternativos», se trata de mostrar comprensión con ellos y los gobernantes en vez de aplicar mano dura contra lo q son (delincuentes) se procura encontrar soluciones más suaves (??).
    Bueno, volveremos a ver miradas amenazantes y gestos violentos, pero tanto con unos como con otros (aclaro q la extrema derecha es España es por el momento testimonial), no debemos agachar la cabeza, lo q les da miedo es q pensamos por nuestra cuenta y no somos tan ignorantes.
    Por cierto, yo también soy publicista, y ayer me partía la caja leyendo los mailings q el PSOE ha mandado en Madrid para votar a Simancas (q cosa más lamentable y rastrera…)

  3. Al menos que no insulten antes de recibir el voto. Que nos insulten depués ya lo esperamos 😳

  4. Schwan

    Una estupenda y oportuna entrada Elentir, como casi todas las de tu blog. Pero en éste momento, especialmente apropiada.

    Como sabes, soy una persona, en política, eminentemente práctica. Quizá por esa exclusiva razón voto al PP. Vaya por delante que he sopesado mucho mi voto y que además no estoy de acuerdo en su totalidad con el programa electoral de ningún partido. Pero mis razones son obvias, y están muy aquilatadas:

    1.- Cuanto espero de un político es que sea un buen gestor; no que sea un fiel esposo o sea más o menos religioso según mis particulares creencias, por poner algún ejemplo 😉

    2.- Que ponga el interés común por encima del suyo particular y el de su partido (por ello admiro a socialistas como Blair, y no me importaría que fuese mi presidente de gobierno).

    3.- Que acepte sus responsabilidades sin culpabilizar a otros sistemáticamente (ciudadanos, partidos, sindicatos…) del resultado de sus propias decisiones.

    4.- Fundamental; que no claudique a los chantajes vengan de dónde vengan. Y si son terroristas, menos aún.

    5.- Que no traicine la confianza depositada por los ciudadanos en él, iniciando una políitica disgregadora y atomizadora sin saber siquiera el apoyo con el que cuenta de la ciudadanía. Hasta en Cataluña, dónde el nacionalismo vicia desde hace hace años la convivencia, ha sido mínimo.

    6.- Para terminar, que defienda una idea de España; una España formada por hombres y mujeres que quieren tener un proyecto común. La crisis de nuestra propia convivencia es un caos que no estamos dispuestos a aceptar. España es la nación más antigua de Europa, con un papel protagonista en la Historia de la Humanidad que pocos países comparten.

    Por estas razones voto al PP. Cuando alguna vez, cualquier partido, se acerque más que el PP a esta visión, que; por supuesto, es exclusiva; le votaré.

  5. Saulo

    Bonito gesto el que tuviste con la apoderada del PP, Elentir. Es de agradecer que haya gente sensible al sufrimiento del prójimo.

    Comparto contigo el poco aprecio por los políticos en general. Sin embargo, quisiera romper una lanza en favor de este colectivo citando cuatro ejemplos de políticos europeos de muy elevada categoría de hace unos años. A saber: Robert Schuman, Alcide de Gasperi, Konrad Adenauer y Jean Monnet. A este cuarteto se les considera los padres de Europa. Dedicaron su vida a superar los conflictos que habían asolado el viejo continente en dos guerras mundiales, abogando por la paz y la unificación de distintas naciones en una misma entidad europea supranacional, dejando atrás para ello la visión tan inflexible del concepto de soberanía nacional que se tenía hasta entonces. Robert Schuman fue Ministro de Asuntos Exteriores de Francia (curioso teniendo en cuenta que durante un periodo de tiempo fue alemán, cosas de la situación política de su época) y el primer Presidente de la Asamblea Parlamentaria Europea de Estrasburgo. Alcide de Gasperi fue Jefe de Gobierno en Italia y Konrad Adenauer fue el primer Canciller de la República Federal de Alemania, el hombre al que se le encomendó la ingente tarea de la reconstrucción alemana tras la locura nazi. ¿Qué tenían en común estos tres? Pues que ¡eran católicos! ¿casualidad? Se reunían en una abadía para orar y reflexionar juntos sobre Europa. Y no queda ahí la cosa: a Robert Schuman lo va a canonizar próximamente la Iglesia (ya lo beatificó Juan Pablo II). Hombre educado en un catolicismo moderno sensible a la problemática social, espiritualmente cercano a S. Francisco de Asís y muy austero y humilde (hasta en su muerte por esclerosis múltiple, de la que los medios de comunicación casi no dieron cuenta). Por su parte, Alcide de Gasperi está en proceso de beatificación. ¡Dos políticos modernos del más alto nivel en los altares! Madre mía, qué chocante me resulta esto en un entorno tan poco propicio para ello como. Tan lejos de la política que se hace hoy día. ¿Te imaginas a algunos jefes de gobierno y estado europeos de hoy que se vayan juntos de retiro a rezar a un monasterio?
    A nuestra sociedad le faltan vocaciones, y no sólo sacerdotales, sino de políticos cristianos con auténtica dimensión humanista preocupados por la dignidad de la persona.
    Os recomiendo una ojeada rápida a la biografía de estos personajes tan extraordinarios y testigos del Evangelio en nuestro tiempo.

  6. eos

    Muy buena entrada.
    Y te doy toda la razón, con esa actitud de ofender y exigir el voto no consiguen nada.

    Además pienso que lo que tenemos que hacer es provocar un debate social sobre la vida, no sobre los partídos politicos y la vida. Cuando lo consigamos es probable que los partidos mayoritarios cambien también cambien de actitud

  7. Iván, es triste, pero es así. Para los que amamos la argumentación, el razonamiento y el debate, ya no queda más salida que abrir un libro y ponernos a leer, o recluírnos en pequeños cuarteles de invierno. Es una pena. 🙄

    Nesta, bienvenida a Contando Estrelas, es un placer encontrarse por aquí a una publicista. 😉 Que conste que yo soy diseñador, aunque hago un poco de todo. Sobre lo que comentas, pues sí, hay una doble vara de medir que resulta muy repulsiva. Lo paradójico es ver cómo se tocan los extremos, concretamente los extremos de izquierda y de derecha en estos asuntos. Si te contara…

    Luis Amezaga, pues mira, tú lo has dicho. 😉

    Schwan, coincido plenamente con tu comentario. En fin, ya sabes a qué viene esto así que no tengo que explicártelo con detalle. Por mi parte, esta tarde me he visto obligado a suspender mi participación en el foro de HO, en el que estoy desde hace 4 años, porque un grupito de fachas intolerantes está reventando todos los debates en los que se meten a base de insultos y calumnias. No me considero tan masoca como para aguantar esta situación durante mucho tiempo, así que lo dejo. Hay otros foros en los que participo y no veo esas cosas, así que tengo alternativas de sobra.

    Saulo, coincido contigo en la admiración por los políticos que has citado, pero discrepo contigo en una cosa. Yo no le pido a ningún político que sea católico y que sea un santo, me basta con que haga bien su trabajo, que para eso le votamos. Tengo amigos católicos, agnósticos, ateos e incluso algún protestante, todos personas magníficas. También he conocido a católicos de Misa diaria a los que no daría mi voto, si fuesen políticos, ni después de cogerme una buena borrachera.

    Eos, estoy contigo en lo del debate social. En ello están diversas entidades que no andan más preocupadas por conseguir un escaño que por ayudar a las madres gestantes. El trabajo de esas entidades me parece admirable, y como bien sabes les he dado todo el apoyo que ha estado en mi mano. 😉

  8. Iosumadre

    Yo empecé a cuestionarme el rollo «izquierda buena, derecha mala» precisamente por actitudes y comportamientos muy similares a los que describes.

    Que los que fueran a limpiar chapapote se cabrearan luego con los gallegos por seguir votando al PP (¿quiénes demonios se creían que eran para exigir a nadie? Limpiar petróleo es o debería ser un acto de solidaridad elemental, no un acto de pro.paganda o presión política «a cambio de»). Que lo del Prestige mereciera iracundas manifestaciones pero que nadie djera ni mú de los incendios. Que Aznar era un asesino por apoyar una guerra y resulta que Zapatero no es ni mínimamente cuestionable por negociar con una organización de dinamiteros, pistoleros y chantajistas.

    Ojo, no digo que la derecha sea necesariamente mucho mejor, porque si algo distingue a la política de TODO este país es el sectarismo y el seguidismo partidista. Pero, desde luego, me alegro de haber abandonado hace tiempo mi antigua «visión» pseudoizquierdista y semiprogre.

  9. Coincido contigo plenamente, Iosumadre, más que nada porque yo fui como voluntario a limpiar chapapote, y también participé en las manifestaciones de «Nunca Máis» y del «No a la guerra». Desde entonces quedé más bien desengañado de esas cosas…

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