Cartelera de falsas Cruzadas y un amanecer amarillo en Australia

Definitivamente, hay fines de semana que no merece la pena acercarse al cine. Yo, sin embargo, esta semana lo he hecho dos veces. Como las películas en cuestión -"En tiempo de brujas" y "Mañana cuando la guerra empiece"- no se merecen entradas separadas, las pongo juntas en ésta.

Empecemos por las brujas. Confieso que fui a ver esta película atraído por las imágenes de las Cruzadas que vi en el trailer (es un periodo histórico que siempre me ha atraído). Mi gozo se fue al pozo cuando vi que la película comenazaba mostrando a caballeros cruzados cargando a pie (lo de llamarse "caballeros" seguro que lo hacían por amor a los caballos, no porque lucharan sobre ellos, pensaría el director). Acto seguido, aparecen sucesivas batallas de las Cruzadas en 1332, 1334, 1337, 1339 y 1344, todo ello con un marco hecho para mostrar a los cristianos como unos fanáticos que mataban a todo el que no compartiese sus creencias. Todo muy al gusto del laicismo dominante, si no fuese por el "detallito" de que la última Cruzada -la octava- se lanzó en 1269, abandonando los cruzados sus últimos territorios en Tierra Santa en 1291, es decir, cuatro décadas antes de la primera batalla "cruzada" que nos muestra la película. Más gracia me hizo ver en la película a numerosos caballeros templarios... a pesar de que su orden había sido disuelta en 1312, dos décadas antes. Excuso opinar sobre qué pintaban caballeros del siglo XIV luchando con indumentarias del siglo XII, creo que esto ya sería demasiado esperar del director que ha perpetrado un fraude histórico tan burdo. Lo único que parece bien situado es la Peste Negra, que asoló Europa a mediados del siglo XIV. Las imágenes de personas con la peste bubónica están muy bien hechas.

La película, por lo demás, es flojilla. Nicolas Cage no está especialmente brillante, y aunque la historia mejora en algunos momentos y tiene ciertos pasajes entretenidos, la batalla final contra el mal -no daré más detalles- no es precisamente de lo mejor que he visto. En resumen: una película muy fraudulenta en términos históricos y de lo más pasable.

La segunda película que he visto esta semana -vengo ahora del cine- es "Mañana cuando la guerra empiece". Es como un remake de "Amanecer rojo" (1984), una película que me gustó bastante y que nos situaba en una invasión cubano-soviética de los Estados Unidos en plena era Reagan. Esta vez el país invadido es Australia, y los invasores no son rojos, sino amarillos, supongo que chinos (y digo supongo no porque me quedase dormido, sino porque la película no lo dice). La feroz resistencia liderada en 1984 por unos jovencísimos Patrick Swayze y Charlie Sheen da paso en esta nueva peli a un grupo de adolescentes de lo más variado y que en algunos momentos de la historia dan ganas de mandarlos a la porra, pues se toman la guerra como un picnic. El guión no ayuda mucho, con ciertos momentos de reflexión sobre la idea de matar a otros que parecen sacados de un manual de pacifismo barato, con ciertas dosis de cristianismo mal entendido (ver a la chica religiosa invocar el "no matarás" cuando han invadido su país y están matando a su pueblo deja en evidencia que el guionista no ha pisado una iglesia en su vida). La escena del camión cisterna, con las chicas hablando de sus amorcitos en plena operación guerrillera, ya es para darse cabezazos contra una pared. ¡Ufff!

Para mayor infortunio, al cabo de una hora y casi tres cuartos, cuando el "oye no veas, o sea, que me voy a la guerra chica, te lo juro por Snoopy" empezaba a dar lugar a algo más abigarrado y guerrillero, se acaba la película con un final abierto que no sabes si da para otra película, para una serie de éxito que sólo se emitirá en Australia o vaya usted a saber qué. Después de esto, me he quedado con unas ganas tremendas de volver a ver "Amanecer rojo" (la tengo en DVD): no era un peliculón, pero estaba mil veces mejor que esto.

En fin, a ver si el fin de semana que viene es más potable cinematográficamente hablando...

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Comentarios:

  1. Ausente

    Eso te pasa por no ir a ver Torrente 😉

  2. El Tíol Bastón

    Un horror. Por cierto, la mejor película que he visto sobre caballeros del rey Arturo («Excalibur», de Peter Boorman, con permiso, claro, de «Los Caballeros del Rey Arturo» de Richard Thorpe), presenta caballeros del siglo V con armaduras varios siglos posteriores. Una película no consiste en que esté bien ubicada en cuanto a lo cronológico. Y, ya que he llamado a éstas «un horror» a tenor de tu crítica, añado que todavía es mucho más horror quien va a aprender historia al cine que el propio cine anacrónico en sí mismo, defecto que hoy en día practica mucha gente vaga que no quiere molestarse en ver los libros y del cual se aprovechan los «titiriteuros» para extender sus mentiras en torno a la historia reciente de España. Y añado que incluso Shakespeare, en su obra «Julio César», pone en una escena un reloj cuyas tres campanadas dan fin a una reunión conspiratoria, claro anacronismo para la época romana (y estoy seguro de que Shakespeare lo sabía).

  3. Ausente, entre ir a ver Torrente y coger el dinero de la entrada, ponerlo en la vía del tren y ver como una locomotora machaca las monedas, casi que haría lo segundo. Me parece más entretenido y de mejor gusto…

    Tíol Bastón, no es lo mismo. Los relatos sobre el Rey Arturo son leyendas, pero las Cruzadas son hechos históricos muy documentados.

    Lo que pasa con muchas películas medievales es que sus directores se aprovechan de la ignorancia de la mayoría del público sobre los detalles que se muestran. A nadie se le ocurriría, por ejemplo, hacer una película sobre la batalla de Waterloo (1815) poniendo a los soldados con uniformes de la Segunda Guerra Mundial… Pues la diferencia temporal es menor que la existente entre las indumentarias militares de siglo XII y las del XIV.

    De todos modos, éstos son detalles que me han llamado la atención a mí (me gusta mucho la historia medieval). La película en sí, cinematográficamente hablando, no es precisamente para tirar cohetes. La comparación con «Excalibur» no tiene ningún sentido. «Excalibur» era mucho mejor, a pesar de las armaduras.

  4. Óscar

    Si te gustó «1 franco, 14 pesetas» prueba con Ispansi. La he visto y me ha gustado

  5. El Tíol Bastón

    «A nadie se le ocurriría, por ejemplo, hacer una película sobre la batalla de Waterloo (1815) poniendo a los soldados con uniformes de la Segunda Guerra Mundial…» Párate en ésa, Elentir, que en el cine basta que alguien lo inicie como corriente artística para que sí. El cine es un arte, y como tal se ve en la pantalla lo que el director quiere, y nunca, pero nunca jamás la realidad, ya que, por mucho detalle que uno haya querido poner en sus películas, siempre hay algo que no pone, o pone erróneamente, ya por ignorancia (propia o histórica en general), ya por propio deseo.

    Por eso me río yo de los que rechazan detalles como una película de romanos porque éstos aparezcan cabalgando con estribos: pienso para mis adentros cosas como: «¿es que creen que el director, a estas alturas, no estaba enterado ya de eso cuando rodó? ¿Por qué la gente no va contra el color del uniforme de la guardia pretoriana, que era blanco y no negro; o contra el tamaño de los caballos, mucho más pequeños y cenceños que los actuales, introducidos en Europa por los árabes; o contra los limpios afeitados de los romanos de película, cuando los verdaderos se pelaban la cara sólo para ir a la guerra, ya que para ello se la habían de rascar con piedra pómez y la tenían constantemente llena de heridas; o por qué no quejarse del brillante color de las espadas, cuando el hierro que ellos usaban era en realidad mate y negro, o por qué no se ve un chorro de sangre rociarlo todo cuando le cortan la cabeza a alguien en batalla, pues la presión arterial del cuello da como para eso, o contra los detalles de peluquería, o los colores de la ropa (los códigos de vestir de los romanos no tenían nada que ver con los que salen en las películas), o por qué tantas otras cosas de las que yo no tengo ni idea, ni el director, ni siquiera los historiadores?» Y me digo: simplemente, por pedantería, pues una película puede ser estupenda como tal con todos los detalles falsos que quieras, y al revés, un bodrio por mucho verismo que le quieras dar (personalmente, creo que incluso son más abundantes éstas que aquéllas). Las obras teatrales de Shakespeare, ambientadas en momentos históricos pero cargadas de anacronismos (como ya he comentado) son grandes obras de arte.

    Por mi parte, ya he visto un Tito Andrónico muy bien calificado por la crítica y que es precisamente eso, no sólo un anacronismo total en cuanto a objetos que aparecen en la película (automóviles, armas de fuego…), sino que otros muchos detalles son directamente inventados (uniformes de los romanos).

    Supongo, claro, que no te gustarán géneros como el musical, o la comedia. No me imagino a qué clase de cronología se ajustará el pasarse el tiempo cantando y bailando, o diciendo cosas hilarantes y haciendo «gags», por mucha ambientación física que haya en cuanto a objetos, prendas de vestir, etc, etc.

  6. Insisto: disculparía los anacronismos si se viesen compensados por una buena película. Pero no es el caso, ni de lejos.

  7. Oh, lástima que no te acompañara a ver la segunda peli, nos lo hubiéramos pasado bien criticándola 😀

  8. El Tíol Bastón

    Lo siento, Elentir… no te enfades ni te ofendas, me fío totalmente de tu criterio. Las películas no deben ser muy buenas, y para ello me baso en el siguiente razonamiento:

    Toda obra literaria (y el cine lo es) presupone un acuerdo tácito entre autor y lector/espectador, mediante el cual el segundo acepta por convenio que, mientras esté disfrutando de la obra, dará por ciertos todos los hechos relatados (muy bien lo explicó Roland Barthes). Ésta es la razón en virtud de la cual funcionan géneros como la literatura y el cine fantásticos, por ejemplo.
    En un caso como el de la película de cruzados, es evidente que se trata de cine fantástico, ya que en él ocurren sucesos fantásticos ambientados en una fantástica cruzada inventada también por los realizadores de la película. En realidad, ambos ejemplos que muestras son cine fantástico.

    Si hay alguien que se declara capaz de mantener el acuerdo tácito al que me he referido antes a lo largo de ejemplos cinematográficos tan evidentemente artificiales y fantasiosos como «La Guerra de las Galaxias» y todas sus continuaciones (no las llamo «secuelas» para no ofender: a mí me ofende que llamen «secuelas» a las continuaciones de película que considero buenas, porque en español «secuela» es la tara residual que deja el paso de una enfermedad… en este sentido, muchísimas continuaciones de películas sí que son «secuelas» de verdad) pero que no es capaz de hacerlo en este ejemplo porque el director no consigue que acepte «su» cruzada y «sus» uniformes mientras ve la película, no me cabe duda: las películas tienen que ser más bien malas.

    No sólo estoy de acuerdo contigo en tu última respuesta, sino que añadiría más: si todos los detalles fraudulentos de la película añadieran a ésta algo nuevo que la hiciera mejor, no sólo los disculparía sino que los recibiría jubilosamente como algo bueno. Pero mucho me temo que sólo sirvan para añadir calidad de pastiche a algo que se podría haber contado mucho mejor sin haber acudido a esos elementos. Bien, ahora que lo pienso, a lo mejor sí que añaden algo bueno: el mensaje «no te creas nada de esta historia… todo en ella es más falso que un billete de veinticinco euros».)

  9. El Tíol Bastón

    Aclaro: el «no te creas nada de esta historia» se refiere a «en cuanto salgas de esta sala de cine». Para eso son los detalles históricos los falsos.

  10. Hombre, por favor, no me compares «Star Wars», una película cuyos personajes y marco temporal son totalmente de ficción, con una película enmarcado en un momento histórico real, pero totalmente falsificado. Y añado en esto la versión panfletaria que da la película del Cristianismo. Esto no es cine fantástico: es una película que pretende hablar de cuando se quemaba a brujas en un determinado momento de la historia. Es algo parecido, en buena medida, al «Código da Vinci», que se vendió como película histórica, siendo un completo fraude en ese sentido.

    Al menos esta película tiene el añadido de la chica poseída y todo eso… Pero insisto: es un añadido de fantasía a un marco que presentan como histórico sin serlo.

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