El cruel dios de Arcadi Espada, los sacrificios humanos y el abrazo cristiano del Montealto

El 4 de noviembre, una niña de seis años murió y otras dos resultaron gravemente heridas en un atropello accidental junto al Colegio Montealto de Madrid.

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Un atropello accidental que le podría haber ocurrido a cualquiera

El atropello se produjo cuando una madre del colegio, que iba a buscar a sus hijas, dio marcha adelante con su vehículo cuando pensaba que iba a dar marcha atrás. Todos los que somos conductores podemos cometer un error con consecuencias fatales y que nos marque para toda la vida. Lo que pensé cuando leí esa noticia es que la madre de la niña estaría destrozada por la muerte de su pequeña, y la causante del atropello se enfrenta a un tormento mental de por vida.

El abrazo de la madre de la niña a la madre que la atropelló

Este caso ha sorprendido a muchos por la reacción de las implicadas. La madre de la pequeña fallecida aún pudo abrazarse a su hija y consolarla antes de morir. Y después abrazó a la madre que atropelló a su hija, un gesto emocionante. El colegio en cuestión es católico, y ese abrazo ha sido un signo del amor de Dios en medio de una terrible tragedia para esas dos mujeres. Porque Dios nos ha dado el bien de la Libertad, y las consecuencias de nuestros actos no son responsabilidad de Él, pero es en gestos como ese abrazo donde encontramos una manifestación clara de su existencia, de su amor y de cómo es capaz de llenar de bondad los corazones dispuestos a escucharle.

La emotiva carta de los padres de la niña atropellada

Hace una semana se difundió una carta de María y Álex, los padres de la niña fallecida en la que pedían oraciones por la madre que atropelló a su hija, que también se llama María: "le ha tocado, a nuestro parecer, el peor trago del accidente y una vez más le repetimos que se abandone en el Señor para darse cuenta que no tiene culpa alguna y que aunque sea incomprensible Nuestro Dios lo ha permitido para sacar bienes mayores. En el tanatorio nos han contado varios testimonios de personas que estaban lejos de la Fe y que gracias a nuestra pequeña María han ido a rezar el Rosario a las iglesias y han salido muy reconfortados, les invitamos a que no lo dejen y continúen buscando al Señor para que le lleguen a conocer, amarle y dejarse amar por el. El amor humano es finito pero el AMOR de Dios es infinito por lo que les invitamos a beber de la fuente del amor que nos puede dar una verdadera vida en plenitud y más adelante la vida eterna".

El ruin artículo de Arcadi Espada difamando a los padres de la niña

El pasado domingo, Arcadi Espada escribió una columna en El Mundo refiriéndose a esa carta. Lejos de respetar el luto de la familia de la niña, les acusa de justificar a un "dios criminal" y de escribir "crueles patrañas" y "el mayor de los delirios humanos", y de "creer que el torturado puede acabar amando a su torturador". También compara el atropello con los sacrificios humanos.

Por mi parte no espero nada sensato de ese ateo insultón, que se enrabieta así porque haya personas que demuestran estar moralmente a años luz por encima de él. Lo que me pasma es que esas faltas de respeto sean publicadas y pagadas por un diario de gran tirada como El Mundo, del que me alegro de no ser suscriptor, porque me sentiría asqueado si mi dinero hubiese servido para escribir esas necias palabras de Arcadi Espada.

Los sacrificios humanos que reclama el cruel dios de Arcadi Espada

Ateos como Arcadi Espada demuestran que sí creen en un dios. El dios de Arcadi Espada se llama Arcadi Espada, y se cree que está por encima de la humanidad. Ya nos dio varias muestras de ello en el pasado. En abril de 2012, ese individuo apoyó el aborto forzoso para los niños por nacer con graves discapacidades y tachó de "acto puramente criminal" traerlos al mundo. Significativamente, la columna se titulaba "Eugenesia, sí, y rápido", y también fue publicada por El Mundo, que por lo visto considera normal que un columnista proponga algo propio de un régimen totalitario e incluso le paga por escribirlo.

Espada volvió sobre el tema en mayo de 2013, acusando a los provida de defender a "hijos tontos, enfermos y peores" y acusando de un "crimen" a las madres que los traen al mundo: "Si alguien deja nacer a alguien enfermo, pudiéndolo haber evitado, ese alguien deberá someterse a la posibilidad, no solo de que el enfermo lo denuncie por su crimen, sino de que sea la propia sociedad, que habrá de sufragar el coste de los tratamientos, la que lo haga". Ante el escándalo y la indignación que provocó ese artículo entre los familiares y asociaciones de discapacitados, Espada se reafirmó una semana después poniendo como ejemplo a los niños ciegos, sordos o paralíticos, y comparó el hecho de matarles antes de nacer con "aplastar un huevo".

Un individuo del que hay que compadecerse por ser así

Obsérvese algo curioso: el mismo Arcadi Espada que compara ahora un atropello con un sacrificio humano, era el que exigía sacrificar a ciertos niños por nacer como si fuesen ganado defectuoso, incluso poniendo como criminales a aquellas madres que -como mi difunta abuela materna- han dado a luz a niños con alguna discapacidad (en el caso de mi tío, el síndrome de Down). No es extraño que ese cruel dios al que adora Arcadi Espada ante su espejo no se conmueva e incluso se ponga rabioso ante el abrazo cristiano del Colegio Montealto. Alguien que demuestra carecer del más mínimo respeto por aquellos seres humanos que considera "tontos, enfermos y peores" tiene que ser incapaz, obviamente, de entender el gesto de amor de esas dos madres. Con alguien como Espada sólo queda compadecerle por ser así y rezar por él, para que Dios le dé algo de ese amor que le falta y que le lleva a escribir artículos tan repugnantes como el del pasado domingo.

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Foto: GTRES.