El respaldo de uno de los socios chilenos del PP al marxista Boric: ¿un aviso para España?

Ayer se celebró la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile, resultando ganador el candidato de la izquierda, Gabriel Boric.

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Chile se une a la lista de países americanos con gobernantes marxistas

Esta noticia significa el regreso al poder en Chile, 48 años después, de un político que se declara "marxista" y que está aliado con el Partido Comunista. Con esta elección, ese país se une a una lista nada honrosa de naciones americanas que tienen a gobernantes marxistas: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y, en fecha más reciente, Perú. Nótese que los tres primeros países citados son dictaduras, y en ellos se están dando graves violaciones de los derechos humanos.

La campaña de manipulación para blanquear al candidato aliado de los comunistas

Estas elecciones han sido precedidas por una campaña de manipulación muy descarada. Tras la primera vuelta ya vimos aquí a medios llamando "ultraderechista" a José Antonio Kast, el candidato liberal-conservador, pero "izquierdista", a secas, a Boric. Un sesgo muy evidente que se ha convertido en algo habitual también en medios chilenos y de otros países. Desde luego, no es coherente etiquetar como "ultraderecha" al discurso liberal-conservador (una ideología plenamente democrática y que no está vinculada con ningún régimen dictatorial), y a la vez llamar "izquierdista", sin más, a un marxista aliado de los comunistas, una ideología totalitaria que ha sembrado el mundo de dictaduras, a menos que uno crea que el centro político está más cerca de una dictadura comunista que de una democracia liberal, claro.

Lo lamentable es que, como podemos ver, la manipulación funciona y 32 años después de la caída del comunismo en Europa, y mientras en Cuba, Venezuela y Nicaragua el comunismo sigue haciendo graves estragos, uno de los países más prósperos de Hispanoamérica ha decidido apostar también por esa vía. Si se pueden calificar como limpias unas elecciones en las que la violencia izquierdista ha sido una vez más la tónica, veremos si éstos no son los últimos comicios en los que los chilenos tienen la oportunidad de votar siquiera con unas mínimas garantías de que no haya fraude. Ahí está el caso de Venezuela como aviso.

Uno de los dos socios chilenos del PP apoyó a Boric

Algo que también merece una reflexión es el papel que ha tenido el centro-derecha en Chile ante estas elecciones. La Internacional Demócrata de Centro, una organización de la que forma parte el Partido Popular español desde 1993, tiene dos socios en Chile: el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y el Partido Renovación Nacional (PRN). El pasado sábado, y para asombro de muchos de sus seguidores, el PDC dio expresamente su apoyo a Boric:

A su vez, el PRN decidió apoyar a Kast:

Resulta algo chocante ver al Partido Demócrata Cristiano apoyando a un candidato marxista aliado con los comunistas. Pero tal vez lo más chocante es que ese partido siga conservando el adjetivo "Cristiano", pues defiende planteamientos abiertamente anticristianos como la despenalización del aborto, la ideología de género y el matrimonio entre personas del mismo sexo.

A su vez, el Partido Republicano de Kast tiene buenas relaciones con Vox, pues ambos defienden planteamientos muy similares. En resumidas cuentas: que un socio del PP español ha preferido apoyar al candidato apoyado por los comunistas chilenos antes que a un candidato afín a Vox.

Hace unos días Casado no descartó una «gran coalición» con los socialistas

El caso del PDC chileno podría parecer algo anecdótico -a fin de cuentas, el otro socio de la IDC en Chile ha apoyado a Kast-, pero hoy en día el PP defiende planteamientos muy similares a los del Partido Demócrata Cristiano de Chile. A lo largo de este año, al PP le hemos visto repartirse con el PSOE el consejo de RTVE, el Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y la oficina del Defensor del Pueblo. Cuando ya existían bastantes indicios de por dónde iban las preferencias de su partido, hace unos días Pablo Casado no descartó una "gran alianza" con los socialistas si el PP no consigue mayoría absoluta para gobernar.

Esos hechos y declaraciones del PP, además de lo ocurrido en Chile, me animan a reiterar una pregunta: ¿qué haría el PP si Vox le adelantase y necesitase su apoyo para gobernar? ¿Le daría su apoyo igual que Vox ha respaldado, incluso sin pedir nada a cambio, a gobiernos del PP? ¿O pasaría lo que hemos visto en Chile? Ahora mismo es una pregunta sin respuesta. Pablo Casado es el que tiene que contestarla, a menos que no le preocupe que cada vez más votantes de su partido se den cuenta de que sus votos pueden servir no sólo para dejar intactas las leyes ideológicas de la izquierda y repartirse con ella el control de las instituciones, sino también para mantenerla en el gobierno.