Un burdo intento de frenar la debacle del PSOE en las encuestas electorales

Sánchez agradece el perfil bajo de los obispos ante el gobierno con una campaña anticatólica

Pocas veces en la historia de España se ha encontrado la Iglesia Católica en una situación tan ridícula como la que está viviendo hoy en día.

La izquierda y los abusos a menores: un repaso a lo que PSOE y Podemos no quieren investigar
El informe de la CEE que desmonta el bulo de algunos medios sobre los bienes de la Iglesia

Un gobierno con una agenda ideológica claramente anticristiana

Desde su llegada al gobierno, el PSOE y Podemos empezaron a desplegar una agenda ideológica trufada de planteamientos anticristianos. Ahí está su afán por legalizar la eutanasia mientras en España los ancianos morían a millar por la pandemia ante la absoluta indiferencia del gobierno. Ahí está el afán del gobierno por encarcelar a los provida en una nueva vuelta de tuerca de la promoción del aborto. Ahí está también su empeño en imponer la ideología de género, pisoteando el derecho constitucional de los padres a decidir la formación religiosa y moral que desean para sus hijos, un derecho que la izquierda española ha venido rechazando en todos los años que llevamos de democracia.

El origen del actual perfil bajo de la Conferencia Episcopal Española

Ante esa ofensiva ideológica de la izquierda, si los católicos españoles no nos hemos sentido solos y abandonados es porque tenemos a Vox, un partido que ha decidido hacer una apuesta clara por la defensa de unos principios de cuya defensa el PP ha desertado. Recordemos que durante el mandato de Zapatero, la Iglesia se sumó a las protestas contra la ofensiva ideológica de la izquierda, o al menos eso hizo inicialmente, ya que finalmente en 2007, el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, acabó transigiendo ante la "educación para la ciudadanía" (EpC), dejando tirados a los padres que no enviaban a sus hijos a colegios concertados o privados.

Y entonces volvió el PP al gobierno. Rajoy no tocó las leyes ideológicas de Zapatero, y el PP incluso se juntó con la izquierda para imponer la ideología de género en comunidades como Galicia, Madrid y Murcia. Leyes que afectaban al citado derecho constitucional de los padres, y que supusieron que muchas familias católicas tuviesen que ver como a sus hijos se les imponían cosas contrarias a sus valores cristianos en las escuelas. La mayoría de los obispos callaron o mantuvieron un perfil bajo, y los medios de la Iglesia (COPE y 13TV) siguieron actuando como palmeros del PP, incluso para bloquear el paso a la aparición de Vox, un partido que se opone firmemente a esas leyes anticristianas.

Por aquellos años hubo cambios en la Iglesia española. En 2014 fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal Española Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid. Era un signo de lo que estaba por llegar. Fue él quien acabó asumiendo la EpC y dejando tirados a los padres objetores a esa asignatura en 2007. Durante su segundo mandato como presidente de la CEE, hasta marzo de 2020, pasó lo que cabía esperar: más perfil bajo. Su sucesor, Juan José Omella, ha mantenido la misma actitud.

Y así es como muchos católicos nos hemos visto en las actuales circunstancias: abandonados por nuestros pastores. Hace ya años que parece que para la CEE lo más importante es mantener, como sea, la casilla de la Iglesia Católica en el IRPF, aunque para ello haya que callar y tragar con muchas cosas. Y en eso han estado los obispos españoles hasta ahora, salvo honrosas excepciones.

La izquierda responde con una campaña anticatólica al perfil bajo de los obispos

Que los obispos hayan optado por el mutismo, tal vez para apaciguar a la izquierda, no debe hacernos olvidar que en el tuétano ideológico de socialistas y comunistas españoles está inscrita a fuego la cristianofobia, y para más señas el anticatolicismo. Ahora el PSOE y Podemos ven que las encuestas se vuelven en su contra, que la subida del precio de la luz y de los impuestos están incrementando también la impopularidad del gobierno.

¿Y qué hacen? Sacar el comodín del anticatolicismo. La semana pasada fue el bulo de las inmatriculaciones, alentado claramente por el gobierno y que tanto el PSOE como Podemos y sus medios afines seguirán alimentando, con mentiras, mientras dure todo el proceso de verificación de dichas inscripciones, que por supuesto alargarán en el tiempo todo lo que haga falta para tener distraída a su feligresía anticatólica.

Ayer se vio en el Congreso el nuevo episodio de esa campaña anticatólica: el PSOE y Podemos se niegan a investigar todos los abusos sexuales a menores, pero sí investigarán los de la Iglesia. Son los mismos partidos que llevan ya varios años rechazando toda petición de investigar los escándalos de abusos sexuales de menores tutelados por los gobiernos izquierdistas de Baleares y la Comunidad Valenciana, la señal más clara de que al PSOE y a Podemos los menores les importan un pimiento. Ayer mismo, Libertad Digital señalaba que la Fiscal General, a las órdenes del gobierno, pretende hacer una "investigación propagandística" al respecto incluso saltándose la Ley de Enjuiciamiento Criminal, cuyo Artículo 773.2 establece que la Fiscalía no puede investigar hechos que ya están siendo investigados por los jueces.

Por mi parte, como católico, creo necesario arrojar toda la luz posible sobre los abusos sexuales en el seno de la Iglesia. Todo sacerdote o religioso al que un tribunal condene como autor de esos infames delitos merecerían pasar el resto de sus días en prisión. Lo mismo digo para los demás autores de esos delitos. Que a la izquierda sólo le interese arrojar luz sobre los abusos en la Iglesia pero imponga un velo sobre los demás, es algo propio de canallas.

La campaña anticatólica irá a más: siempre tendrán una gran Cruz por derribar

Por supuesto, vendrán más cosas. La izquierda cristianófoba ya ha puesto sus ojos en la mayor Cruz del mundo, la del Valle de los Caídos, y ante las reclamaciones de derribarlas, propias de fanáticos talibanes, nuestros obispos enmudecieron. Ya ven para lo que les ha servido. La cabra siempre tira hacia el monte y la izquierda española no va a apearse de sus odio a los cristianos porque los obispos agachen la cabeza y se callen ante los atropellos de socialistas y comunistas. Ojalá nuestros obispos aprendan algo de esta experiencia y se den cuenta de que no se puede apaciguar a los totalitarios. Bastaba con repasar los libros de historia para darse cuenta de ello.

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Foto: Conferencia Episcopal Española. Visita de Pedro Sánchez a la sede de la CEE el 24 de enero de 2022.

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Comentarios:

  1. wladimir

    es verdad..

    que el PSOE y Podemos se han empeñadp a desplegar una agenda ideológica trufada de planteamientos anticristianos…en consonancia con los ideales del nuevo Comunismo…

    esto va en linea con sus amigos del Progresismo global…en fin esto es parte del Socialismo del Siglo XXI llevado a la practica…

  2. Martin Doncel

    El Gobierno, radicalmente izquierdista, lleva unas semanas trabajando el terreno. Le está diciendo a la Iglesia que se prepare, que le puede hacer mucho daño si no pasa por el aro. Que no debe rechistar ante las leyes ideológicas ya aprobadas y a las que están por venir. Que debe sacar a los benedictinos del Valle de los Caídos y entregar la abadía al Gobierno; que tienen que aceptar y asumir como propia la ideología de género y permitir a los colectivos LGTBI el trabajo con los jóvenes en los colegios católicos y en las parroquias; que tienen que adherirse abiertamente a las leyes de memoria histórica y pedir perdón por su apoyo a los sublevados en el 36 y al régimen de Franco, etc.
    No confío mucho en que la Iglesia (esto es, los católicos) se revuelva y haga frente. Cuando te has dejado atropellar sin la más mínima queja; cuando te has acostumbrado a callar ante el abuso y la barbarie, es muy difícil incorporarte de nuevo y hacerse respetar.

  3. Alfonso

    Me preguntaba donde no era que qué opinará nuestro amadísimo pastor de pastores.

  4. Inaquaveritas

    Lo primero que deberíamos plantearnos es si tiene sentido la existencia de «conferencias episcopales». Cada obispo tiene la autoridad suprema de su diócesis, con el de Roma a la cabeza. Lo que digan diez obispos no vale más que lo que diga uno de ellos en su jurisdicción. La iglesia no es una organización democrática.

    Que los obispos se agrupen con arreglo a las divisiones administrativas «civiles» es una ocurrencia como otra cualquiera, y no digamos cuando se ajustan a divisiones más o menos imaginarias, como la de «obispos vasconavarros».

    El problema de fondo, a mi pobre entender, es que a la mayoría de nuestros pastores,como dirían Juan y Junior, les falta Fe. Eso sí, les encanta alternar con los poderosos del mundo, salir en los medios y sentirse importantes.

  5. Aguador

    Creo que hay algo que se olvida: que los obispos son nombrados directamente por el Papa, por lo que el voto de obediencia al Papa se expresa de forma mucho más directa que respecto del resto de feligreses. La actitud díscola de algunos de ellos, por ejemplo en Alemania, no debe hacernos olvidar este hecho fundamental.

    La existencia de conferencias episcopales tiene sentido si se mantiene ese vínculo básico. Si cada obispo en su diócesis «hace de su capa un sayo»… bueno, ahí estamos.

    La pregunta que se me plantea es la siguiente: si en España las cosas se ponen de color hormiga, como en 1931, y empiezan a matar sacerdotes y obispo, ¿se prestarán los actuales al martirio, como sus predecesores de la etapa republicana o, por el contrario, preferirán contemporizar, colgar la sotana o incluso colaborar con sus enemigos? Sabiendo como sé que hay sacerdotes que han creído a pies juntillas lo del «korona» y que han preferido fiarse de Sánchez antes que de Dios, hace que me l pregunte…

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