Ayer Churchill, hoy Zelenski: la razón de ser de ciertas críticas en un tiempo de guerra

Elentir EN Vie 3·3·2023 · 19:27 2

Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, la figura de Volodímir Zelenski, el presidente de ese país, viene siendo objeto de constantes campañas de difamación.

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Creo necesario aclarar que criticar a un político, sea el que sea, es algo legítimo. Zelenski, como cualquier otro ser humano, comete errores y puede dar lugar a las más variadas opiniones. Si yo fuese un ciudadano ucraniano, seguramente no le habría votado en las elecciones que le llevaron a la presidencia. Pero incluso desde la discrepancia, es justo reconocerle un enorme mérito a Zelenski: permaneció en su país para encabezar la defensa de Ucrania. Otros políticos habrían huido nada más enterarse que una potencia había invadido su país. Eso es lo que ha reforzado enormemente el liderazgo de Zelenski en Ucrania, y también la campaña prorrusa contra él. Una campaña que ya es muy descarada.

Obviamente, los medios de propaganda rusos y prorrusos no atacan a Zelenski porque sea imperfecto, sino porque personifica la resistencia ucraniana frente a la invasión rusa. Una resistencia en la que el pueblo ucraniano está demostrando un heroísmo y un patriotismo que son dignos de admiración, y que deberían ser admirados especialmente por todos los que consideran que el patriotismo es una virtud. Es realmente extraño y absurdo ver a personas que se dicen patriotas atacando a Zelenski por no haberse rendido ante Putin después de que el dictador ruso ordenase invadir Ucrania. Es incomprensible que personas que alaban el patriotismo detesten a Zelenski precisamente por negarse a ver su Patria humillada y rendida ante una agresión.

No es la primera vez que ocurre algo así en la historia. Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el Primer Ministro británico Winston Churchill fue objeto de una campaña de desprestigio muy parecida, no sólo por los nazis y sus simpatizantes, sino también por aquellos británicos que pensaban que lo mejor era hacer las paces con Hitler y desentenderse de los países aliados que habían sido atacados por Alemania (como Polonia y Francia). Churchill era un personaje tan imperfecto como Zelenski, igual que lo era el Rey Jorge VI. Tal vez a la hora de desear líderes, muchos esperan ver aparecer a personajes fantásticos como Superman, pero la realidad es muy distinta. Lo admirable no es que un superhéroe haga cosas grandiosas en un relato mítico. Lo admirable es que personas reales e imperfectas sean capaces de liderar a un país con valentía y acierto en tiempos muy oscuros, allí donde otros habrían renunciado al cargo y a los riesgos.

Las campañas de desprestigio contra Zelenski, igual que las sufridas por Churchill, no tienen por objeto criticar legítimamente las imperfecciones de una persona. Estoy convencido de que muchos de los que colaboran con esas campañas no tendrían inconveniente en mirar hacia otro lado si un tipo imperfecto o incluso detestable fuese políticamente afín: basta con ver la cantidad de ataques que recibe Zelenski de quienes no dedican ni una crítica a un tirano criminal como Putin. De hecho, es tremendamente hipócrita que los mismos que destacan en Zelenski toda clase de defectos, al mismo tiempo enmudezcan cuando se habla de Putin o incluso aplaudan a ese dictador.

Si algunas personas atacan a Zelenski lo hacen por lo que representa, y no por lo que es. Los ataques tienen como fin la rendición de Ucrania, aunque muchos tontos útiles no se den cuenta de ello. Que Zelenski no sea una persona perfecta no es el problema. Lo que les parece mal es que Zelenski se niegue a hacer algo que esas mismas personas considerarían un acto de traición si lo hiciese el gobierno de su país ante una invasión extranjera.

Por mi parte, ya habrá tiempo de criticar a Zelenski cuando Ucrania haya ganado la guerra y haya expulsado a los invasores. Mientras el presidente de Ucrania siga simbolizando la resistencia de su país contra la agresión rusa, tendrá mi apoyo y mi respeto, igual que lo tendría el gobierno de mi país si hiciese eso mismo ante una invasión, fuese cual fuese el color político del gobierno.