En el 79º aniversario de la Masacre de Wola, perpetrada por la Alemania nazi

El mensaje de Mateusz Morawiecki sobre una de las masacres más horripilantes de la SGM

La historia de Polonia en la Segunda Guerra Mundial es una lectura no apta para estómagos sensibles, sobre todo en ciertos capítulos.

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Las atrocidades cometidas por los alemanes y los soviéticos después de la invasión conjunta de Polonia en 1939 parecen un retrato de los rincones más oscuros del alma humana. La maldad que se plasmó en aquellos crímenes tiene su máxima expresión en el Holocausto, el exterminio planificado de millones de personas por ser judías, polacas, gitanas, Testigos de Jehová y miembros de otras minorías. Hay también crímenes de genocidio mucho menos conocidos fuera de Polonia. Uno de los peores fue cometido por los alemanes en Varsovia hace ahora 79 años: la Masacre de Wola, iniciada por los alemanes el 5 de agosto de 1944, cuatro días después del inicio del Levantamiento de Varsovia.

Hace dos años os conté aquí la historia de Wanda Lurie, una de las víctimas de esa masacre. Esta mujer estaba embarazada cuando los ocupantes la ametrallaron a ella y a sus hijos pequeños. Ella sobrevivió milagrosamente. Tuve que resumir mucho su testimonio sobre lo ocurrido en aquella masacre, porque a algunos les habría provocado mareos y náuseas conocer todo lo que contó esta valiente mujer para acusar a los criminales de guerra nazis.

El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, ha publicado hoy un largo mensaje en Twitter en el que habla sobre esta masacre. Advierto que algunas partes de su mensaje pueden herir la sensibilidad, pero hay que leerlo, porque lo que relata son hechos históricos que nunca deberíamos olvidar, para evitar que cosas así se repitan.

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"Cuando pienso en el Levantamiento de Varsovia, en sus primeros días, vienen a mi mente imágenes horribles. Son imágenes de calles, plazas, parques, cementerios, patios traseros del barrio Wola de Varsovia, donde, gracias a los bárbaros alemanes, se apilaban montones de cadáveres de los asesinados, que según los testigos tenían 2 metros de altura y 30 metros de largo.

El 5 de agosto, los verdugos alemanes desataron un auténtico pandemónium en Wola. Asesinaron a todos: insurgentes capturados, mujeres, niños, ancianos. Asesinaron con extrema brutalidad. Asesinaron con tiros en la nuca, ráfagas de ametralladoras, apuñalaron con bayonetas, enterraron a personas vivas, aplastaron la cabeza de bebés y arrojaron a niños y sus madres a edificios en llamas.

Cada vez que estoy en Wola, siento un doloroso temblor en mi corazón. Han pasado décadas y el horror demoníaco de aquellos días de agosto flota en el aire en los lugares de ejecución. Según los testigos, la masacre fue tan terrible que los soldados alemanes que la presenciaron reportaron casos de crisis nerviosa.

Miles de habitantes de Wola brutalmente asesinados, nuestros compatriotas, nos llaman desde lo más profundo de estos 79 años al recuerdo, pero también a la reparación. La masacre de Wola fue una erupción desenfrenada del odio alemán hacia los polacos. Este odio y su venganza que grita al cielo son los elementos más importantes de nuestra lista de demandas de reparación. El asesinato de 50.000 de polacos inocentes en Wola no puede explicarse por el hecho de que supuestamente fue el resultado de la insubordinación de "elementos dudosos" de unidades colaboracionistas y criminales del regimiento Dirlewanger.

No acepto tales traducciones.

Los autores de este inimaginable crimen fueron alemanes. Su comandante, el SS-Gruppenführer Heinz Reinefarth, vivió hasta una edad respetable como alcalde de la ciudad de Westerland, trabajando como abogado respetado. No estoy de acuerdo con este curso de los acontecimientos, no estoy de acuerdo con esta injusticia. ¿Cómo se le ha podido permitir a un hombre responsable del asesinato de miles de varsovianos inocentes disfrutar en paz a largo plazo de la dolce vita?

Los habitantes de Wola asesinados por los alemanes son nuestros héroes nacionales. Ellos merecen un recuerdo eterno. Y sus descendientes finalmente merecen una compensación justa".

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Foto: Mateusz Morawiecki.

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