El conspiracionismo asimétrico: cuando la única versión oficial válida es la del Kremlin

Elentir EN Dom 24·3·2024 · 7:00 1

Desde hace años, pero sobre todo tras el inicio de la invasión de Ucrania, el Kremlin ha ganado adeptos entre los teóricos de la conspiración.

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Hace dos años expliqué aquí como la propaganda rusa se dedicó a mentir y desinformar sobre la inminente agresión contra Ucrania, y lo hizo, en gran medida, intentando desacreditar a los gobiernos occidentales que venían advirtiendo de que el gran despliegue de tropas rusas junto a la frontera con Ucrania y durante meses no era un ejercicio más. Los medios estatales rusos hablaron de "histeria antirrusa", "absurdos rumores", "desinformación" y "publicaciones histéricas" para mentir sobre sus verdaderos planes y engañar a millones de personas, empezando por sus admiradores más entusiastas.

La actitud ideal para que las conspiraciones reales pasen desapercibidas

Una característica común de todos los teóricos de la conspiración es la creencia de que hay poderes que nos ocultan la verdad y que nos engañan sistemáticamente sobre toda clase de cuestiones, desde la llegada del hombre a la Luna hasta las redes 5G. Las teorías conspirativas tienen un aliciente para sus creyentes: la sensación de creerse poseedores de esa verdad oculta que la amplia mayoría de la gente ignora. Incluso la persona más ignorante puede sentirse por encima de los demás al asumir la creencia en esas conspiraciones.

Obviamente, es sano desconfiar del poder político. De hecho, es lo que todos deberíamos hacer: adoptar una posición crítica con todos los gobiernos, y no dejarnos cegar por nuestras afinidades. Pero una cosa es la sana desconfianza y otra cosa muy distinta es creer que todo es una conspiración. De hecho, y como ya he dicho en alguna ocasión, esa actitud de creer que todo es una conspiración te pone en la posición ideal para que las conspiraciones reales pasen desapercibidas, ya que si todo es una conspiración, entonces nada lo es, pues llega un momento en el que no sabes distinguir la realidad de la ficción.

Los motivos de la finidad entre muchos teóricos de la conspiración y Rusia

Es llamativo comprobar la gran cantidad de teóricos de la conspiración que hay entre los admiradores de Putin. No cuesta imaginar los motivos. En primer lugar, las teorías de la conspiración son más frecuentes en los extremos políticos, que es donde la desconfianza en el poder político llega a su mayor grado. En esos mismos extremos es donde se dan las posiciones más antiliberales, que son las que mejor conectan con la ecléctica ideología de Putin, que mezcla el viejo zarismo con la nostalgia de la época soviética.

Por otra parte, la hostilidad de muchos teóricos de la conspiración se dirige especialmente a los gobiernos e instituciones occidentales, una hostilidad que los medios de propaganda rusa han alimentado a conciencia. Y es en este punto donde nos encontramos con una paradoja, con lo que podríamos llamar el conspiracionismo asimétrico. Sería coherente que una persona que cree en toda clase de conspiraciones las viese también en el régimen de Putin, pero no es así. Para muchos teóricos de la conspiración, todas las versiones oficiales son mentira menos las del Kremlin.

Un régimen que miente y oculta los hechos con absoluto descaro

Es una actitud sencillamente ridícula, si tenemos en cuenta que el régimen de Putin miente con descaro y por sistema, como hizo al negar que fuera a llevar a cabo una invasión de Ucrania cuando ya la estaba planeando, o incluso al prohibir a los medios rusos hablar de "guerra" para referirse a lo que ocurre en Ucrania, viéndose obligados a utilizar el términos oficial "operación militar especial" si no quieren ser castigados. Tengamos en cuenta, además, que los regímenes políticos que merecen menos credibilidad son los autoritarios, ya que en ellos no existen los elementos básicos de contraste de las versiones oficiales que hay en una democracia, empezando por la libertad de prensa.

Esta semana hemos vuelto a ver hasta qué punto puede llegar la dictadura rusa en su falseamiento de la realidad con la ocultación por parte de los medios estatales rusos de la reivindicación del ISIS tras el ataque terrorista al Crocus City Hall de Moscú. Los admiradores de Putin han pasado de acusar falsamente a EEUU de crear el ISIS (obviando sin más que EEUU ha venido combatiendo a ese grupo terrorista junto con otros países occidentales) a acusar a Ucrania, simplemente porque Moscú dictaba esa consigna, aunque no haya hechos que la sustenten.

Cuando las pruebas importan menos que los prejuicios

Al final, lo que queda en evidencia es que por mucho que se crean más listos que el resto de la gente, muchos teóricos de la conspiración son unos crédulos que tragan sin más todas las patrañas del Kremlin, por ridículas que sean, mientras dudan de cualquier hecho que esté sobradamente probado. Para esas personas, el único que dice la verdad es un régimen mentiroso y criminal, el de Putin, simplemente porque ese régimen se aproxima de un modo u otro a su ideología.

De este modo, los mismos que ven falsas banderas y truculentas conspiraciones en todas partes, niegan sin más las denuncias de exmiembros del FSB sobre la implicación de ese servicio de seguridad en actos criminales, y no ven nada sospechoso en que uno de ellos, Aleksandr Litvinenko, fuese asesinado mediante un escandaloso envenenamiento. No conciben que la organización sucesora del KGB soviético sea capaz de cosas así, pero luego se tragan toda clase de historias sobre la CIA o el Mossad, aunque no haya ni la menor prueba que las respalde. Al final, las pruebas son lo de menos: lo único que importa es buscar la satisfacción de ver sus prejuicios confirmados.

¿Cuánto durarían esas personas en Rusia?

La gran ventaja que tienen esos admiradores de Putin es precisamente que no viven bajo su régimen. Son como los totalitarios que se quejan de que en las democracias hay falta de libertad, pero no ven nada malo en las dictaduras a las que apoyan, unas dictaduras que persiguen, torturan y asesinan a la gente por el mero hecho de discrepar. ¿Cuándo durarían esos admiradores de Putin en la Rusia que tanto adoran? ¿Cuánto tardarían en ser detenidos o asesinados en Rusia si cuestionasen la versión oficial del Kremlin sobre cualquier cosa?