El intento de asesinato de un obispo cristiano y un elefante invisible para muchos medios

Elentir EN Sáb 20·4·2024 · 17:10 1

Hace unos días fue noticia en todo el mundo el vídeo del apuñalamiento de un joven contra un obispo cristiano siríaco en Sidney, Australia.

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Un ataque terrorista vinculado a un «extremismo motivado por la religión»

El atacado fue Mar Mari Emmanuel, de 53 años, nacido en Irak y líder de la Iglesia de Cristo el Buen Pastor, una iglesia cristiana ortodoxa independiente. El intento de asesinato fue emitido por las redes sociales ya que tuvo lugar durante un sermón del obispo, lo que ha contribuido a darle una difusión mundial al ataque. El autor del ataque es un joven de 16 años. El hecho provocó una gran indignación y cientos de personas se manifestaron ante la iglesia del obispo Mar Mari, por lo que la Policía tuvo que hacer un gran despliegue para proteger al criminal.

La Policía australiana ha calificado este ataque como un acto terrorista. Además, ha señalado que el ataque estaría relacionado con un "extremismo motivado por la religión", pero sin indicar qué religión habría motivado al perpetrador del ataque. Hay un dato que cuesta mucho encontrar en medios australianos, como ha señalado hoy Robert Semonsen en The European Conservative, como si se tratase de un tabú, pero que ha publicao la agencia Associated Press: el atacante era musulmán y habló sobre el profeta Mahoma durante el ataque.

El tratamiento muy diferente que recibió en terrorista Anders Breivik

Es curioso el contraste entre la ocultación de ese dato y lo ocurrido en 2012, cuando algunos medios calificaron como "ultracatólico" al terrorista Anders Breivik, que en realidad era masón, tras los ataques terroristas que perpetró en Oslo y Utoya, Noruega. Los activistas de la corrección política no se escandalizaron entonces de que esa falta atribución sirviese para criminalizar a los católicos, que es lo que hicieron entonces muchos activistas de izquierdas en las redes sociales.

La injusticia de generalizar y culpar a inocentes

Como ya he dicho alguna vez, que haya terroristas musulmanes no significa que todos los musulmanes sean terroristas. Es muy injusto generalizar la conducta criminal de una minoría a todos los que practican esa religión, entre los que hay muchas buenas personas. De hecho, en los recientes apuñalamientos en un centro comercial de Sidney fue asesinado un vigilante musulmán, que hizo frente al agresor y que hoy es calificado, acertadamente, como un héroe.

La amplia mayoría de los grupos terroristas actuales son islamistas

Lo que no se puede esconder es el hecho de que la amplia mayoría de los grupos terroristas activos (más de un centenar) son islamistas y utilizan el Islam para legitimarse y captar apoyos -ahí tenemos el ejemplo de Hamás y su ataque terrorista del 7 de octubre de 2023 contra Israel-, además de reclutar a sus miembros entre mezquitas radicales. Tampoco se puede esconder el hecho de que entre los 50 países que más persiguen a los cristianos hay 36 regímenes islámicos.

El Islam no puede seguir siendo tratado como un elefante invisible en nuestra sociedad por parte de muchos políticos y medios de comunicación. Es una especial responsabilidad de los líderes islámicos deslegitimar a los terroristas, por lo menos con la misma intensidad con la que se quejan de la "islamofobia" cada vez que un grupo yihadista perpetra un atentado. Además, la sociedad occidental no debe ser tolerante con las mezquitas más radicales y con los islamistas que pretenden trasladar a Occidente la situación de falta de libertad que se vive en muchos países islámicos. Nos estamos jugando nuestras libertades y nuestra democracia con este problema que algunos pretenden invisibilizar.

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Imagen: Marc Randolph.