Y lo que dice la Declaración Universal de los Derechos Humanos al respecto

Dos pistas para identificar a un político que pretende convertirse en un dictador

En el debate público actual existen muchas afirmaciones sobre lo que es una dictadura, pero algunas personas no parecen tenerlo muy claro.

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La definición de dictador que da la RAE

Hay mucha gente que piensa que un dictador es un fascista con uniforme militar que encarcela y fusila a la gente por motivos políticos. Para esa gente, si un dictador no reúne todas esas características, entonces no es un dictador. Así, la izquierda no cree que un dictador sea un dictador si es socialista o comunista, como ha venido ocurriendo en los casos de Fidel Castro, Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Para la izquierda, una dictadura sólo puede ser dictadura si es fascista o de derechas. Es una visión sectaria y falsa de la realidad que sólo pretende blanquear a las dictaduras afines a la izquierda.

La Real Academia Española (RAE) da una buena definición de dictador: "En la época moderna, persona que se arroga o recibe todos los poderes políticos y, apoyada en la fuerza, los ejerce sin limitación jurídica".

Lo que la izquierda quiere decir cuando habla de 'democratizar'

Según esa acertada definición, un dictador puede serlo con independencia de su ideología. Basta con que cumpla los términos que se plasman en esa definición. El problema, claro está, es que la izquierda tiene una propensión ideológica a concentrar todo el poder posible, como consecuencia de una concepción de la sociedad según la cual el Estado debe tener un gran peso en la sociedad, especialmente en la economía. Cuando la izquierda habla de "democratizar" algo, lo que pretende es someterlo al poder político, con la excusa de que éste ha sido elegido mediante elecciones democráticas, sugiriendo la idea de que todo lo que no esté sometido a ese poder no es democrático.

Pista número 1: el intento de controlar la Justicia

Sin embargo, una democracia no lo es porque todo esté controlado al poder político. No puede haber democracia sin separación de poderes, lo que implica una Justicia independiente. Este requisito aparece plasmado en el Artículo 10 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.

No pueden existir tribunales independientes e imparciales allí donde los jueces son elegidos por los políticos. De hecho, la intervención de los políticos en la elección los jueces, como ocurre en España, es una amenaza a la propia democracia, ya que una de las funciones de los jueces es servir de dique contra los abusos del poder político. Una función que la Justicia no puede ejercer con independencia e imparcialidad si los nombramientos de los jueces dependen del propio poder político.

Pista número 2: el intento de controlar los medios de comunicación

Lo mismo ocurre con los medios de comunicación. Una de las funciones del periodismo es fiscalizar la acción de los gobernantes y denunciar sus abusos. Es por ello que el periodismo es calificado comúnmente como el "cuarto poder" en los países democráticos. La Declaración Universal de los Derechos Humanos protege este derecho en su Artículo 19:

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Cuando el poder político pretende limitar estos derechos, lo que está haciendo es degradar y erosionar la democracia, por muchas que sean las florituras con las que pretenda disfrazar ese hecho.

La aspiración dictatorial a gobernar sin ninguna limitación

Dicho esto, cuando un político pretende hacerse con el control de la Justicia y de los medios de comunicación, lo que tenemos no es a un gobernante bienintencionado que sólo pretende evitar que los jueces y los periodistas hagan mal su trabajo -para castigar los abusos de jueces y periodistas ya existe la Justicia en los países democráticos-, sino un aspirante a dictador que quiere gobernar sin más límites que sus deseos y su voluntad. Un político así es una amenaza para la democracia.

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Comentarios:

  1. wladimir

    es cierto….

    y de acuerdo a este buen analisis…Sanchez el Mangnifico cumple con todas las condiciones descritas…por tanto es un aspirante a dictador,por mas que lo disimule….y por cierto muy mal disimulado…

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