El blanqueamiento del comunismo en aras de un cóctel de antiglobalismo y antiliberalismo

Llevo ya tiempo avisando de lo que algunos nos están intentando colar con la excusa del "antiglobalismo". Hoy insisto en ello.

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¿La libertad es algo criticable porque algunos la invoquen con fines perversos?

Insisto después de haber leído un artículo que podría haberlo escrito la mamá de "Good bye Lenin", aunque pretenda ser una crítica a esa mujer. El artículo es una crítica sin tapujos a la libertad. El autor afirma: "de la palabra «libertad» se ha abusado, a veces hasta referida a las bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki". Sí, es cierto. Muchos han hecho atrocidades usando la palabra "libertad", y otros las han hecho apelando a Dios y a la Patria, pero eso no significa que Dios, la Patria y la libertad merezcan ser criticadas. Los que deben ser criticados son los que los invocan con fines perversos.

El origen comunista de la ideología de género

El autor también se refiere a "la ideología de género y otros excesos posmodernos, a menudo atribuidos al comunismo. Son las universidades de la costa este norteamericana y no el Kremlin quienes han exportado el movimiento woke". Le veo muy mal informado. Las pioneras de la ideología de género fueron comunistas como Simone de Beauvoir, Shulamith Firestone y -sobre todo- la rusa Alexandra Kollontai, que ocupó un alto cargo en la dictadura de Lenin desde el que intentó, sin rodeos, aplicar las tesis de su obra "Comunismo y familia" (1920), en la que defendía la supresión de la familia: "el Estado obrero vendrá a reemplazar a la familia, la sociedad gradualmente asumirá todas las tareas que antes de la revolución caían sobre los padres individuales".

La labor que hizo el KGB en Occidente contada por uno de sus agentes

Ciertamente, esa ideología tuvo éxito en las universidades de EEUU, un éxito que se debe, en parte, a la labor de subversión ideológica promovida por el KGB en Occidente, como reconoció Yuri Alexandrovich Bezmenov, exagente de ese servicio secreto soviético que huyó a Canadá en 1970. Así que el autor del artículo se equivoca al intentar exculpar al Kremlin, a menos que su intención fuese ser un poco más preciso geográficamente y quisiese referirse a la Plaza de Lubianka, a un kilómetro del Kremlin y donde estuvo la sede de la KGB y actual sede del FSB ruso. Además, no olvidemos que los medios de propaganda de la dictadura de Putin vienen promoviendo a la extrema izquierda en Occidente, la misma extrema izquierda que ha promovido la ideología de género en esta parte de Europa.

La práctica religiosa en los antiguos países del bloque soviético

En una pirueta más, el autor de ese artículo afirma: "contra el prejuicio habitual, los países del otro lado del muro han legado hoy sociedades más arraigadas, con mayor patriotismo, más natalidad y una acusada identidad religiosa. Europa Occidental, según la encuesta Gallup 2019, es la región del mundo con menor porcentaje de habitantes dispuestos a defender a su país en una guerra. Todo un logro del mundo libre". Sólo le ha faltado añadir que si la Europa Oriental es más religiosa se debe a la persecución religiosa que llevó a cabo el comunismo en esa parte del continente. Habría sido divertido leerlo.

El caso es que una parte de la antigua Europa sometida al comunismo es más religiosa a pesar del comunismo, y no gracias a él. Es el caso de Polonia y de Lituania, donde la Iglesia Católica fue uno de los pilares de la resistencia contra la tiranía comunista. Sin embargo, no es así en todos los países de esa parte de Europa. Por ejemplo, en Rusia sólo un 1% de la población asiste al culto religioso, aproximadamente 1,4 millones de personas sobre una población total de 143 millones. Para que nos hagamos una idea, en España 8 millones de personas van a Misa los domingos, sobre una población de 48 millones.

No debemos olvidar tampoco los estragos del ateísmo comunista en algunos países de ese bloque. Lo que hoy es Estonia y la República Checa eran dos países con mucha práctica religiosa antes del comunismo, y actualmente son dos de los países más secularizados de Europa, precisamente por culpa de las campañas antirreligiosas de la época comunista. Por otra parte, comparemos la situación en dos países que antes tenían una gran práctica religiosa: en Rusia un 70% de los rusos se declaran cristianos, mientras que en EEUU son el 90%.

Las altísimas tasas de aborto que se registran en Rusia

En cuanto a la natalidad, no está de más recordar que Rusia es uno de los países con mayor tasa de abortos del mundo, una lacra que tiene su origen precisamente en la legalización del asesinato prenatal por la dictadura comunista de Lenin. Como ya señalé aquí, en 2022 se perpetraron 506.000 abortos en Rusia. Ese año se perpetraron 98.316 abortos en España. En proporción a su población, Rusia (13,1) casi duplicó ese año la tasa de abortos de España (7,5) por cada 1.000 mujeres. Recordemos, además, que el partido de Putin hizo una ley proaborto muy parecida a la instaurada por el PSOE en España en 2010.

Los efectos de tragarse las patrañas de los propagandistas del Kremlin

Por supuesto, estos datos los consigues investigando un poco, y no fiándote sin más de las patrañas de los propagandistas del Kremlin. El problema de una parte de la llamada derecha "antiglobalista" es que ya no distingue el llamado "globalismo" del liberalismo, e incluso confunde éste con los desvaríos de un locutor radiofónico como Federico Jiménez Losantos, como si fuese el Papa de los liberales y todo lo que él dijese fuese doctrina obligatoria para quienes defendemos, por ejemplo, el liberalismo conservador.

Algunos "antiglobalistas" se han tragado el cuento putinista de que Occidente es decandente y Rusia es la referencia del mundo conservador, y ya no sólo sostienen esa idea sino que además se ponen a echar pestes de la democracia liberal mientras le lavan la cara al comunismo. Ya advertí hace dos años sobre esto. Me pregunto cuánto tiempo más seguirán algunos cerrando los ojos ante esta deriva de una parte de la derecha que se está tragando sin rechistar todos los cuentos del putinismo.

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Imagen: Alfaain Zohra Fathima.