La izquierda española lleva años intentando presentar la Guerra Civil Española como un enfrentamiento entre buenos y malos.
Unos crímenes que no cuadran con esa visión de buenos y malos
En esa reescritura sectaria de la historia, los buenos serían los del bando republicano (que incluía a la izquierda y los sepatatistas) y los malos serían los del bando nacional. El problema para la izquierda es que esos supuestos "buenos" cometieron innumerables crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, como la masacre de Paracuellos en 1936 (con miles de presos políticos asesinados por los comunistas), las chekas (centros de tortura y asesinato siguiendo el salvaje modelo soviético) o la brutal persecución anticatólica que se saldó con el asesinato de 13 obispos, 4.184 sacerdotes, 2.365 religiosos y 283 religiosas, muchas de ellas, además, violadas.
Hasta ahora, la izquierda viene alegando que todo eso fue obra de "incontrolados", en un intento de convencernos de que esa ola de crímenes en un bando que supuestamente era democrático (eso afirma la izquierda) habría sido algo accidental y no deliberado. Ese intento de la izquierda de esconder la verdad histórica se combina, al mismo tiempo, con el afán de cierta izquierda por culpar de esos crímenes a sus víctimas , presentándolas como "fascistas" o "facciosas" que básicamente se habrían merecido el trato inhumano y criminal que recibieron.
El País publica un estudio que afirma que esos crímenes no fueron por odio
Este sábado, el diario socialista El País publica una noticia (se puede ver aquí en abierto) que ha generado polémica en las redes sociales. Se titula así: "Anatomía del horror: las razones ocultas de las matanzas de clérigos de 1936". La entradilla de la noticia afirma lo siguiente:
"Una investigación contradice la tesis de la explosión de odio como causa principal y detecta un carácter “estratégico” en los asesinatos de religiosos de la Guerra Civil".
Así pues, El País intenta desvincular esos crímenes del odio, que es la palabra que más utiliza la izquierda desde hace años para demonizar a cualquiera que contradice sus dogmas ideológicos. Afirmar que el odio no tuvo nada que ver en eso es grotesco, pero responde al lastre ideológico izquierdista de primar siempre su sectarismo a la coherencia.
Esta vez el diario socialista no pone adjetivos calificativos
Curiosamente, el diario socialista no pone ningún adjetivo calificativo a esa investigación, tal vez para intentar presentarla como algo respetable y neutral. Olvida decir, por ejemplo, que sus autores no son historiadores, sino politólogos, y uno de ellos colaboró con la coalición ultraizquierdista Sumar en las elecciones generales de 2023.
Imaginemos por un momento la lluvia de adjetivos que El País utilizaría para descalificar un estudio que afirmase que los crímenes franquistas no eran movidos por el odio. No cuesta mucho imaginarlo porque ese diario socialista siempre añade adjetivos negativos para calificar lo que no es de su agrado: ultraderechistas, ultracatólicos, ultraconservadores, machistas...
Una violencia que «obedecía a cálculos políticos»
Es curioso observar las conclusiones que El País extrae de ese estudio:
"Todos los hallazgos confluyen en la misma explicación: al margen de casos concretos, la violencia anticlerical obedeció sobre todo a una voluntad de “impedir la formación de resistencia”, en la que los clérigos eran vistos como una pieza clave", dice el diario socialista, que también añade lo siguiente: "la violencia no era ciega ni indiscriminada, sino que obedecía a cálculos políticos".
El País también intenta "razonar" esa persecución anticatólica apelando al testimonio de un religioso al que un miliciano izquierdista le dijo que los republicanos sólo atacaban a los clérigos "que se dedicaban a la política", como si el hecho de adoptar una posición política opuesta a las tesis de la izquierda hiciese más comprensivos esos crímenes. Al contrario: lo que El País hace, sin querer, es mostrar que esos crímenes estaban movidos por una intolerancia fanática a cualquier discrepancia, una intolerancia que la izquierda española mantiene viva hoy.
Criticando a las víctimas por tomar partido contra sus verdugos
El diario socialista cita estas palabras de la promotora de ese estudio como conclusión: "No cabe duda de que hubo violencia indiscriminada y asesinatos con saña, pero también existió un catolicismo político que tomó partido". El País también señala que el estudio repasa las "conexiones y actividades proselitistas y antirrepublicanas que acreditan el activismo de “una parte importante” del clero en los años treinta".
Obsérvese lo curioso de esta conclusión: la izquierda llevaba quemando iglesias desde 1931, socialistas y comunistas desataron una ola de crímenes contra los católicos, pero la queja es que las víctimas tomasen partido contra quienes les masacraban. Imaginemos qué diría El País si alguien desde la derecha alegase la militancia izquierdista de muchos izquierdistas asesinados por el bando nacional como "razón" para comprender esos crímenes.
El estudio permite acusar de genocidio a los autores de esos crímenes
Pero lo más significativo viene en el siguiente párrafo publicado en esa noticia de El País:
“Mientras las explicaciones anteriores se han centrado en el odio (…) y en la presencia de milicias, demostramos que lo primero no es suficiente y lo segundo solo está correlacionado [con la violencia] cuando existen objetivos estratégicos”, concluyen los autores del estudio, que señalan que matar religiosos era “dejar parcialmente sin líderes” a algunos grupos críticos y detectan un “sistemático patrón de violencia”.
Así pues, en su afán por "razonar" esa violencia anticatólica, nos están diciendo que esto no fue obra de "incontrolados", sino un plan estratégico para desabezar a la Iglesia Católica, a la que veían como una enemiga a destruir. Con eso, tanto los autores del estudio como el diario El País le hacen un flaco favor a la izquierda, ya que decapitar a la élite enemiga fue, por ejemplo, uno de los motivos de la masacre de Katyn perpetrada por los soviéticos en 1940.
Sostener la existencia de una estrategia para eliminar físicamente a un colectivo social es algo que se ajusta a la definición de crímenes de genocidio plasmada en el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, cuyo Artículo 6 tipifica de esa forma "los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal", citando, en primer lugar, la matanza de los miembros del grupo.
Unos crímenes que la izquierda se empeña en silenciar
Siendo así, no está de más recordar que ahora mismo tenemos en el gobierno de España a dos partidos, el PSOE y el PCE, implicados en muchos crímenes del bando republicano, incluyendo los crímenes relacionados con esa persecución anticatólica. Esos dos partidos pretenden imponernos su visión de la Guerra Civil Española con el título de "memoria histórica" y "memoria democrática", y esto lo hacen, además, con una sistemática omisión de los crímenes cometidos por la izquierda en esa contienda.
Si, como parece insinuar El País (aunque sea sin querer), esos crímenes fueron un genocidio, lo que la izquierda estaría haciendo es tratar de tapar un genocidio, que es el crimen más grave del que puede ser acusado una persona o un grupo. Vaya faena que le hace El País a la izquierda en su intento de "razonar" esa persecución anticatólica.
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Imagen: Una obra de Carlos Sáenz de Tejada sobre la persecución anticatólica en la Segunda República.
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Comentarios:
AlbertoAG
Con lo que le gusta tanto a la izquierda la planificación centralizada, lo raro sería que dejase algo sin controlar. Si un izquierdista dice que los asesinatos en masa orquestados por líderes de izquierda carecen de planificación, miente, pues el eje sobre el que se sustenta el plan de la izquierda es el exterminio sistemático de la disidencia.
El socialismo es el mal puro hecho política. Como teología satánica que es, necesita del exterminio masivo para proporcionar sacrificios humanos a su dios secreto llamado Satanás.
9:05 | 15/12/24
Fernando19
Desde este momento entramos en un año dedicado a la exaltación de la memoria «democrática» para mayor gloria de la ultraizquierda antiespañola, tratando de ocultar la corrupción existente y dividir a los españoles entre buenos y malos cuando ya no quedan testigos vivos de aquella trágica confrontación.
Cincuenta años han pasado desde la muerte de Francisco Franco y como no han tenido tiempo, desde los tiempos del corrupto Zapatero y de los más de 6 años de su sucesor, Sánchez tienen que volver a decirnos lo buenos que fueron ellos y lo malos que fueron los del otro bando y que ellos no mataban por odio pero que asesinaban a todos aquellos que su ideario, sólo su ideario, pudiera contradecirles, es más , hasta intentaban matar estatuas por si podrían causar algún mal a sus tropas.
Algún día sacaremos a estos seres de luz y amor del gobierno.
14:54 | 15/12/24
Eduard
Vaya estudio. Lo que se quiere desde El País es relacionar a la Iglesia con los sublevados… Como bien se sabe la mayoría de los religiosos asesinados no eran activos políticamente para nada. Los asesinaron por ser religiosos, simplemente.
17:37 | 15/12/24
wladimir
por lo visto….
el Pais realizo un disparo que le pego en el Pie a la izquierda o tal vez la escopeta le estallo en la cara a los Socialistas que con este estudio pretendian lavarse la cara y blanquear a sus ilustres ancestros comunistas en la Republica Española…..
pues ese estudio mas que blanquearlos…los ha señalado y acusado de lo que realmente hicieron y tanto niegan…cometieron crimenes de guerra contra personas inocentes en nombre del Comunismo….a ejemplo de su padrino y auspiciador Stalin y la Union Sovietica…
20:28 | 15/12/24
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