El plan que propone Iván Espinosa desde El Mundo y los asuntos importantes que faltan

Ya he dicho en alguna ocasión que siento una gran estima desde hace años por Iván Espinosa de los Monteros, exdiputado de Vox.

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Creo que es un hombre brillante y, sobre todo, una excelente persona. Además, es una persona con la que coincido en sus planteamientos ideológicos. Por ello, he leído con interés la entrevista que hoy concede al diario El Mundo, en la que dice cosas muy interesantes.

Por lo que veo en esa entrevista, Iván (disculpadme que me refiera a él por su nombre de pila, pero me suena raro referirme a un amigo por su apellido) evita criticar al Partido Popular (PP) o a Vox, afirmando que "estoy en la convicción absoluta de que lo que hace falta ahora es precisamente aunar esfuerzos", señalando lo siguiente: "Lo que tenemos que hacer es aprender a convivir con personas o con instituciones o con partidos que no reflejan exactamente lo que uno piensa, pero que son compatibles y que tienen algunos objetivos en común".

Iván añade que lo primero es "echar a Pedro Sánchez", pero que eso "tiene que ser inmediatamente reformar muchas de las cosas que pasan estos años, no es solo echar a Pedro Sánchez y derogar, es derogar y reconstruir", porque si no, "deshacernos de Pedro Sánchez para continuar con las mismas políticas y las mismas ideas sería un fracaso".

Esto último no es nuevo: es lo que viene diciendo Vox desde su aparición en 2014, cuando aún estaban Rajoy y el PP en el poder, en una legislatura que fue un excelente ejemplo de tiempo desperdiciado, ya que su gobierno no derogó ninguna de las leyes ideológicas instauradas por el gobierno socialista de Zapatero, y el PP, en vez de hacer autocrítica por ello, está ahondando en esa deriva.

Creo que la intención de Iván es buena, pero no le envidio el reto de pretender acercar posiciones entre ambos partidos, puesto que Vox es un partido conservador y el PP se ha convertido en un partido socialdemócrata, al que no le importa ya convivir con todo el tinglado ideológico del socialismo y que ya ni siquiera cuestiona gran parte de sus recetas económicas, como hemos visto esta semana con el tema de los descuentos del transporte. De hecho, el PP lleva años aliado con los socialistas en Bruselas. En esta legislatura europea tuvo la oportunidad de romper esa alianza y no lo hizo. Esto no anima a ser optimista, y menos aún su acercamiento a los separatistas de Junts y del PNV.

Volvamos a la entrevista. Fernando Lázaro plantea a Iván: "Imaginemos que está de nuevo en política". El entrevistado no espera a que haya una pregunta y señala: "Empezaría a preparar ya un tsunami legislativo reformista para presentar el primer día en el Congreso parecido al que ha presentado Trump". A continuación, Iván expone una serie de medidas con las que estoy de acuerdo:

"Arrancaría reestableciendo la ley y el orden en aspectos muy distintos. Por supuesto, regularía de manera inmediata el tema de la inmigración, tanto de aquellos que pretenden entrar a partir de hoy como de aquellos que, estando aquí, están causando algún tipo de problema. Por supuesto, revertiría problemas que están afectando a la vivienda de los españoles, como el tema de la okupación. Por supuesto, haría una reforma profunda de la administración pública para hacerla más eficiente y menos agresiva con el administrado. Generaría un clima, que se puede empezar a ofrecer ya desde la oposición, de acogimiento de los inversores extranjeros y nacionales, de fomentar a los emprendedores, de ayudar o de dejar de molestar a los autónomos, de bajar impuestos, de simplificación normativa, de reducción de burocracia, de apuesta por ciertas industrias no con ayudas públicas, sino con facilidades y desregulación, con un impulso a la energía para bajar el precio de la electricidad y generar suficiente capacidad instalada como para crear una revolución económica e industrial, con un plan de infraestructuras que arranque con un plan hidrológico nacional para volver a canalizar el agua en los sitios donde hay riesgo de que vuelva a haber inundaciones y, además, asegurarse de que el agua llega a todos los sitios donde nos hace falta para la agricultura, la ganadería, la industria, incluso para las nuevas implantaciones de tecnología. Con un plan para recuperar el mercado único, para que un productor o una compañía andaluza pueda operar en Cataluña y para que un profesor canario pueda dar clase en Bilbao. Desideologizar por completo la escuela y la Universidad, entre otras".

Todo esto está muy bien, pero el primer problema que Iván se encontraría es que el PP se opone abiertamente a algunas de esas medidas (por ejemplo, las que pueden afectar al disparatado régimen autonómico), no hizo nada para promover otras cuando pudo (la inmigración, la okupación, la reforma de la administración pública, los autónomos, el impulso a la energía, el plan hidrológico nacional) y le ha hecho el trabajo a los socialistas en la imposición de su agenda ideológica en la enseñanza, como ya expliqué aquí hace un año.

Pero imaginemos por un momento que de repente el PP dejase de comportarse como el PP y aceptase todas esas medidas, que lo veo muy poco probable. Incluso así, faltan asuntos muy importantes, como la defensa de la vida (en este punto debo recordar que el PP ya es un partido abiertamente proaborto, por mucho que algunos dirigentes intenten blanquear eso de diversas formas) y la promoción de la natalidad (un asunto de importancia estratégica en una España que está protagonizando un suicidio demográfico alimentado por las medidas antinatalistas impulsadas por la izquierda, asumidas por el PP).

También es urgente, en la actual situación internacional, el aumento del gasto en defensa (España está lejos de cumplir sus compromisos con la OTAN, y tanto el PSOE como el PP son responsables de ello). Además, nuestra seguridad ciudadana requiere de forma urgente la derogación de la ley Montero (que sirvió para rebajar las condenas e incluso liberar a muchos violadores y pederastas). Tampoco debemos olvidar la derogación de las leyes trans (una amenaza para la salud de los niños, para la seguridad de las mujeres y un colosal disparate que el PP ha apoyado en algunas regiones hasta fecha muy reciente).

Por otra parte, reconstruir nuestro Estado de Derecho también requiere la derogación de la ley de violencia de género (que fue apoyada por el PP y que ha incentivado las denuncias falsas, ha desprotegido a las mujeres que de verdad necesitan protección frente al maltrato y ha quebrado la igualdad de hombres y mujeres ante la ley), la derogación de la ley de memoria histórica (que sólo sirve para imponer la sectaria visión de la izquierda sobre nuestro pasado, una visión que omite toda mención a los crímenes de socialistas y comunistas en la Guerra Civil) y la derogación de la ley de eutanasia (que sólo sirve para hacer que personas enfermas se consideren una carga y quitarlas de en medio, evitando invertir en cuidados paliativos para darles una vida digna).

A día de hoy, el PP no se plantea ni por asomo la mayoría de estas medidas. En algunas de ellas, la posición del PP sería radicalmente contraria a cualquier cambio, y al final tendríamos a un posible gobierno de centro-derecha sosteniendo infames leyes ideológicas socialistas, algo que Vox no creo que apoyase pero el PP sí, porque es lo que ya hizo durante el gobierno de Rajoy.

Si el PP ni siquiera se compromete a implementar estos cambios (no digo ya en los 100 primeros días, sino en los cuatro años que pueda llegar a durar esa legislatura), cuando los socialistas vuelvan al poder tendrán gran parte del trabajo hecho y les bastará con continuar con su labor de degradación de nuestra democracia y de nuestra sociedad en el punto en el que se habían quedado. Espero que Iván tenga en cuenta estas cuestiones en la labor que se ha marcado, pero lo que no espero es que el PP le haga caso si le propone muchas de estas cosas. Repito: el PP es hoy un partido socialdemócrata más y no hará ningún cambio, a menos que Vox tenga una fuerza rotunda para obligarle a hacerlo.

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Foto: Vox Congreso.