Pedro Sánchez intentó tapar los escándalos socialistas con antisemitismo y le salió mal

Los escándalos de corrupción del socialismo español y su ineptitud, plasmada en el reciente apagón nacional, acorralan a Pedro Sánchez.

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Un gobierno socialista con el estiércol hasta el cuello

Los españoles están viendo algo que no es nuevo. Ya lo hemos vivido antes: el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) convertido en una charca de corrupción política, otra vez, pero en esta ocasión con la esposa y el hermano del presidente del gobierno imputados judicialmente, y con un exministro y hasta hace unos años mano derecha de Sánchez tambien imputado por corrupción y sacando a la luz las bochornosas charlas privadas de WhatsApp del dirigente socialista, que manifiestan su desprecio por varios altos cargos de su partido, por sus socios de extrema izquierda e incluso por su ministra de Defensa.

En todos los años que llevamos de democracia, nunca un presidente del gobierno había estado con el estiércol de la corrupción política tan hasta el cuello como Pedro Sánchez con los escándalos de corrupción de su familia y de su partido. A eso hay que añadir el gran apagón eléctrico del 28 de abril, un hecho que pone a España a la altura de Cuba y Venezuela, dos buenos ejemplos de los resultados de las recetas socialistas. Han pasado 20 días y el gobierno aún no ha explicado la causa de lo ocurrido, pero mientras esperamos a conocerla, asistimos a un caos ferroviario que pone en evidencia la degradación de los servicios públicos provocada por un socialismo corrupto, que cobra impuestos de lujo a los españoles para proporcionar una calidad de servicio que se parece cada vez más a la de un país del Tercer Mundo.

Sánchez utiliza el antisemitismo para movilizar a la izquierda más fanática

Ante esta situación, Sánchez ha hecho lo único que sabe hacer: enfrentar a los españoles. Fue la estrategia ya utilizada por el PSOE durante los mandatos de Felipe González y de José Luis Rodríguez Zaparero: polarizar a la sociedad para que movilizaar a la izquierda y que ésta sea inmune a la corrupción socialista, a la ineptitud de Sánchez al frente del gobierno, a las infames cesiones a los separatistas y a los herederos de ETA, y a un proceso de demolición del Estado de Derecho que incluye una campaña de acoso desde el poder contra jueces y medios libres, precisamente quienes están sacando a la luz la corrupción socialista.

Para esta campaña de polarización, Sánchez ha decidido utilizar un vicio que se ha extendido a gran parte de la izquierda: el antisemitismo. Un antisemitismo disfrazado de crítica al Estado de Israel, un país democrático que se está defendiendo del mayor ataque terrorista de su historia (y de la mayor masacre sufrida por el pueblo judío desde el Holocausto). Sánchez exige a Israel un trato cuidadoso al territorio del que salieron los brutales asesinos de 1.500 judíos, niños y bebés incluidos, el territorio en el que celebraron esa masacre de judíos y el secuestro de cientos de civiles por parte de los criminales antisemitas de Hamás.

RTVE lanza un mensaje que no emitió sobre la masacre antisemita de Hamás

Ayer, RTVE, controlada por Sánchez y actuando una vez más como un órgano de propaganda del PSOE, decidió politizar la gala de Eurovisión emitiendo durante un minuto un mensaje que apelaba a los "derechos humanos" y pedía "paz y justicia para Palestina". RTVE nunca ha difundido un mensaje así sobre las víctimas de la masacre antisemita de Hamás, ni sobre las mujeres violadas y mutiladas por los islamistas en ese ataque, ni sobre la multitud de ciudadanos de Israel que han sido asesinados durante décadas en los constantes atentados del terrorismo palestino. RTVE nunca ha emitido un mensaje así sobre Ucrania, cuyo pueblo viene siendo masacrado por Rusia desde hace tres años en una invasión no provocada. RTVE tampoco ha emitido ningún mensaje así sobre los cristianos masacrados por el terrorismo islamista en países como Irak, Siria o Nigeria.

A lo anterior hay que añadir que RTVE nunca ha emitido un mensaje así apelando a los derechos humanos de los palestinos torturados y asesinados por Hamás, que lleva gobernando la franja de Gaza desde 2006 sin convocar nuevas elecciones desde entonces, una dictadura que impone una ley islámica que discrimina a mujeres, homosexuales y minorías religiosas, y que supuso la expulsión de todos los judíos que vivían en ese lugar desde mucho tiempo atrás. A los antisemitas de RTVE les importan tan poco los derechos humanos como los palestinos de Gaza, que llevan años soportando los abusos de Hamás en medio del absoluto silencio de la izquierda occidental.

El silencio de RTVE ante los abusos de dictaduras islamistas y comunistas

Hay que recordar que esa RTVE que ayer afirmaba "frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción" (una frase que incluso está mal escrita), es la misma RTVE que lleva años callando obedientemente ante los abusos y crímenes de las dictaduras con las que Sánchez se relaciona: la China comunista, Cuba, Qatar, Irán, la Autoridad Nacional Palestina (19 años gobernando sin elecciones), Egipto (que también impone un bloqueo a Gaza sin que la izquierda diga nada) y Arabia Saudí. RTVE no ha dedicado una pantalla negra a las víctimas de esas dictaduras ni una sola vez, como tampoco lo ha hecho con otras dictaduras como Venezuela, Nicaragua, Corea del Norte, Vietnam, Laos y Eritrea, todas ellas en manos de la extrema izquierda.

A estas alturas, si algo está muy claro es que a Sánchez y a RTVE no les importan ni los palestinos ni los derechos humanos: sólo buscan pretextos para seguir fomentando el antisemitismo, usando su disfraz más moderno, el antisionismo (el odio al pueblo hebreo proyectado contra el único Estado judío del mundo), porque saben que ese odio moviliza a la izquierda más fanática, que detesta a Israel por ser una democracia liberal y un país capitalista. Por eso la izquierda concentra en Israel unas críticas que nunca dedica a las dictaduras comunistas ni a las dictaduras islamistas, sobre cuyas atrocidades los socialistas y los comunistas guardan un silencio sepulcral.

El público español dio la máxima puntuación a Israel en Eurovisión

El problema para Sánchez es que la mayoría de los españoles repudiamos el antisemitismo, venga de la extrema izquierda, de la extrema derecha o del extremismo islámico. Ayer, la concursante de Israel en Eurovisión, Yuval Raphael, una superviviente del ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023, tuvo que soportar la ira de la izquierda antisemita de España y de otros países, pero finalmente, el público español dio la máxima puntuación a Israel (y en segundo lugar a Ucrania, lo cual también me alegra) y Yuval Raphael fue la concursante más votada por los espectadores europeos, acabando en el segundo puesto. Un rotundo fracaso para Sánchez, para RTVE y para la izquierda antisemita, y un resultado que demuestra que los españoles son mejores que sus mezquinos y judeófobos gobernantes.

Echar a Sánchez y cerrar RTVE, las próximas metas

Ese resultado debería animarnos a trabajar por otro resultado aún mejor: echar a Sánchez del poder y cerrar RTVE ya no es sólo una necesidad democrática, sino también algo imprescindible para frenar el odio antisemita, un odio que la izquierda está alimentando para movilizar a sus votantes más fanáticos y evitar que sus escándalos, su incompetencia y sus abusos de poder le pasen factura al PSOE en las próximas elecciones. El antisemitismo es algo despreciable siempre, pero promoverlo por oportunismo político es el colmo de la vileza y de la indecencia. Espero que Sánchez acabe pagando, tarde o temprano, por caer tan bajo en su afán por aferrarse al poder a cualquier precio.

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Foto: AFP.