El odio, entre la propaganda y la realidad

Entre la progresía se sostiene desde hace tiempo la identificación de la derecha con la idea del "odio", plasmando éste de diversas formas: machismo, homofobia, catalanofobia, islamofobia... Toda crítica a los dogmas ideológicos de la izquierda es interpretada por ésta en clave de repulsión: la idea que nos venden es que la derecha no critica algo, sino que odia al criticado y, por extensión, a todos los que tienen algo en común con el criticado.

Así, si alguien de derechas critica a una Ministra lo hace no por discrepar, sino por "machismo", porque odia a las mujeres. De la misma forma, si alguien de derechas critica que la figura jurídica del matrimonio se tergiverse y desnaturalice para dar cabida a una realidad totalmente distinta del matrimonio, como son las parejas del mismo sexo, entonces la progresía le acusa de "homofobia", esto es, de odiar a todos los homosexuales. De igual forma, si alguien de derechas critica al nacionalismo catalán, la progresía le acusa de "catalanofobia", es decir, de odiar a todos los catalanes.

Esta forma de propaganda es una estupidez como la copa de un pino, pero dice mucho de buena parte de nuestros conciudadanos que hayan asumido a pies juntillas este discurso, y eso a pesar de que esas acusaciones tan disparatadas se lanzan incluso cuando son una mujer, un homosexual o un catalán los que hacen cada una de esas críticas. De hecho, en las filas nacionalistas se han inventado un nuevo término, el "autoodio", para explicar esta paradoja de que un catalán crítico del nacionalismo en realidad sea una persona que odia a todos los catalanes, por poner un ejemplo. Un disparate se explica con otro disparate mayor, en fin.

El discurso se desmonta, sin embargo, cuando comprobamos los parámetros ideológicos en los que se mueven los que recurren a esos disparates. Unos, los nacionalistas, están instalados en un discurso que sí que apela al odio a España. Otros sostienen a menudo un discurso que se mueve en un anticlericalismo que a menudo roza el odio hacia el Cristianismo en general. Entre los partidarios del lobby gay más radical también hemos visto con demasiada frecuencia manifestaciones de odio contra todos aquellos que no pasan por su aro. Muestra de ello son varias noticias judiciales que han tenido lugar esta misma semana.

La última de ellas, que la Justicia ha imputado a Pepe Rubianes y a Om Ferrer por un delito de "incitación al odio contra una parte de la población por motivos relativos a su origen nacional", en concreto, cuando dijo sobre los españoles "qué se metan a España en el puto culo a ver si les explotan los huevos" y que "ojalá les exploten los cojones y vayan al cielo sus cojones". Paradójicamente, los del PSC -que se llenan la boca acusando de "catalanofobia" a los demás- manifestaron su apoyo a Rubianes ante la denuncia contra él por este presunto delito.

De igual forma, y una vez más, HO presentaba esta semana una denuncia contra los organizadores del desfile del "orgullo gay" por un presunto delito de incitación al odio contra los católicos. Ya publiqué aquí el pasado 7 de julio la pancarta que recorrió esa manifestación, en la que se proponía quemar a Monseñor Rouco Varela por el simple hecho de que a los organizadores de la marcha no les gustan las opiniones del Arzobispo de Madrid.

A esto añadamos la negativa del nacionalismo a condenar las agresiones violentas contra aquellos que discrepan de sus tesis, agresiones como la sufrida el 13 de junio por los portavoces de Galicia Bilingüe. Los hechos, al final, son los que dejan en evidencia quiénes sostienen en realidad un discurso cargado de odio contra los que no opinamos como ellos quieren.

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Comentarios:

  1. Registrador

    Si es que junto a la cultura de la muerte les acompaña la del odio. No piensas como yo y mi secta, pues al gulag, que al tito Stalin le funcionó bien. En fin, que al menos tendrán que retratarse en el juzgado, como todo hijo de vecino.

  2. eos

    Es curioso como funciona esta gente. Y los que reamente odian son ellos, odian a la iglesia, al que piensa diferente…

  3. En el fondo, lo que refleja ese discurso propagandístico es esa tendencia que tiene buena parte de la izquierda de acusar a los demás de lo que ella misma practica. Basta con ver a este Gobierno acusando a la oposición de «crispar» mientras Zapatero le reconocía por bajines a Gabilondo que al PSOE le interesaba que hubiese tensión. Tal vez por eso la campaña del PSC consistió en incitar al odio contra el PP. El discurso del odio es el típico de quien no tiene nada que ofrecer, y tiene que conformarse con atribuir al enemigo todos los males habidos y por haber.

  4. Sí, también yo he pensado muchas veces lo mismo: Las izquierdas están cargadas de odio… y cree el ladrón, que todos son de su condición.

    Si encima es una buena estrategia para el desprestigio de los católicos…

    La práxis marsista no se detiene ante la mentira ni ante la difamación. Verdad es para ellos, cualquier mentira que se repita hasta el punto de que incluso sus enemigos lleguen a creérsela. ¡¡Qué curioso!! ¿No será lo que le pasa al PP?????

  5. Alejandro VI

    No voy a comentar, solo voy a documentar:

    odio.(Según RAE)

    (Del lat. odĭum).

    1. m. Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea.

    Ante el llamamiento de ciertas autoridades eclesiásticas dirigido en abril de 2005 a las autoridades públicas tras la aprobación en el Congreso de Diputados de la iniciativa legislativa, Lluís Fernando Caldentey, alcalde de Pontos, municipio de Barcelona declaró: “Entiendo que han de tener los mismos derechos, pero para mí un gay es una persona tarada que nace con una deformación psíquica o física”.

    José Gea Escolano, quien hasta la primera semana de junio de 2005 era vicario general de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol llegó a comparar la práctica homosexual con el crimen en una carta dirigida al ministro de Defensa, José Bono.

    El 15 de junio de 2005 en entrevista publicada por el Diario La Razón, el Obispo de Segorbe-Castellón y Presidente de la Comisión Episcopal de la Familia, Mons. Juan Antonio Reig Pla, aseguró que la campaña a favor de los «matrimonios» homosexuales «no es más que la punta del iceberg de un plan demoledor» que busca destruir la civilización cristiana a través de la manipulación del lenguaje, la imposición de la «ideología de género» y de un concepto anárquico de la libertad. El resultado: «la abolición de lo humano», sentencia.

    El 20 de junio, el Catedrático de Psicopatología de la Universidad Complutense Aquilino Polaino Lorente, citado por el PP en la Comisión de Justicia del Senado para analizar las repercusiones de la ley sobre el matrimonio de personas del mismo sexo, ha asegurado que “las personas con conducta homosexual padecen una psicopatología, consecuencia de haber sido educados por padres hostiles, alcohólicos, distantes y por madres sobreprotectoras para los niños o frías para las niñas, ausencia de juegos y destrezas motoras, ausencia de identificación con sus iguales del mismo sexo, timidez extrema y haber sufrido abuso sexual o violación por parte de alguno de sus padres”.

    http://www.20minutos.es/noticia/33164/0/homosexuales/declaraciones/homofobia/

    Aznar: http://youtube.com/watch?v=R3DtN0_059U

    Hay una serie de aversiones, realizadas por líderes del PP. Si tú no lo consideras odio, es tu opinión.

    PD: ¿Según tu punto de vista el Likud odia a los árabes?

  6. Mona

    ¿Donde ves tú el odio a los católicos o a la Iglesia en general en una pancarta donde se meten con Rouco o los obispos? ¿Son ellos la iglesia en su totalidad o solo una parte de la misma? ¿No estás tu generalizando de la misma forma que acusas a otros de hacerlo?

  7. Alejandro, sé bueno, anda: la próxima vez que copies un panfleto de Amnistía Internacional, al menos moléstate en citar la fuente. De hecho, si te hubieses molestado en comprobar tú mismo esas acusaciones, verías que la mayoría de ellas proceden de medios afines al PSOE. De hecho, Amnistía silencia estas declaraciones de Gea Escolano:

    «Yo nunca he dicho que los homosexuales no entrarán en el Reino de los Cielos; lo dijo San Pablo.»

    Si esto es odio a los homosexuales, deja que me ría, anda…

    En cuanto a lo del escote de la señora Nebot, ¿eso te parece a ti una muestra de odio? 😯 Yo es que lo flipo. ¿Tan pillaos andáis algunos para acusar a la derecha de todo lo habido y por haber que tenéis que recurrir a chorradas como ésa?

    Por supuesto, sobre las manifestaciones clarísimas de odio que he puesto más arriba, tú no dices ni pío. Parece que a ti sólo te preocupa el escote de la señorita Nebot… Ah, y por cierto, ¿a quiénes vas a preguntarles sobre el Likud? ¿A los terroristas palestinos, a los terroristas de A- Qaeda, a los terroristas de Hamas…? ¿Ahora me vas a decir que los judíos son malísimos, a que sí? Si es que al final a algunos se os ve el plumero a kilómetros, hombre.

    Mona, si una pancarta en la que se «quema» a otra persona por opinar distinto y, más en concreto, por defender la doctrina católica sobre la homosexualidad no te parece a ti una expresión de odio contra los católicos y te limitas a decir que «se meten» con el quemado, según tú, ¿qué es un atentado de ETA, un «accidente», acaso? Desde luego, tanta hipocresía empieza a ser repugnante.

    En fin, vuestros dos comentarios son la prueba más clara de que la izquierda amplifica cualquier cosa que viene de la derecha para tomarla como pretexto de un discurso estúpido y manipulador, mientras miráis hacia otro lado ante manifestaciones de odio e incluso agresiones procedentes de la izquierda y del nacionalismo como las que he citado. Insisto: tanta hipocresía es repugnante.

  8. Mona

    Doctrina católica sobre la homosexualidad? Tú que te declaras católico deberías leer el catecismo, sobre todo el último editado, y ver que no tiene NADA que ver con el odio irracional vertido por Rouco y otros obispos contra los homosexuales. Como muchos otros temas, es una cosa sobre la que no todos en la iglesia piensan igual, ni siquiera los obispos. Y te repito en tus términos, si no sabes diferenciar entre una quema simbólica en una pancarta y una quema real, o diferenciar entre Iglesia/miembros/jerarquía, es que tú tambien sufres un lavado de cerebro, pero derechista.

  9. Más que «Mona», hace falta ser muy cínica para restar importancia a una pancarta en la que se quema a otra persona por discrepar, y además acusar a quien critica esa pancarta de sufrir un «lavado de cerebro». Una vez más, tu mensaje demuestra hasta qué extremos llega la cara dura y la hipocresía de buena parte de la izquierda.

    En cuanto al Catecismo, me temo que quien no se lo ha leído eres tú:

    http://www.vatican.va/archive/ESL0022/__P86.HTM

    Puntos 2357, 2358 y 2359.

    Así que maja, la próxima vez que quieras opinar sobre un tema, al menos preocúpate de informarte un poco, a menos que sólo quieras hacer el ridículo o a menos que no veas reparo alguno en mentir de forma tan descarada como lo estás haciendo tú.

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