Hoy Joaquín Prieto firma un artículo en El País en el que arremete contra la tradición de que los ministros de España, país histórica y culturalmente cristiano, juren ante una cruz si así lo desean.
Se olvida de citar completo el Art. 16.3 de la Constitución
Como tienen por costumbre los laicistas, el columnista del diario de PRISA cita la única parte que la izquierda recuerda del Artículo 16.3 de la Constitución Española:
"Ninguna confesión tendrá carácter estatal."
El caso es que ese artículo dice, además, lo siguiente:
"Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones."
Es decir, que la Constitución cita expresamente a la Iglesia Católica, lo cual es lógico, pues es la religión de la amplia mayoría de los españoles, y la que histórica y culturalmente caracteriza a nuestro país. Los laicistas olvidan especialmente la parte referida a tener en cuenta las creencias de la sociedad española. Y es que la Constitución no emana de un pueblo ateo, sino de un pueblo mayoritariamente cristiano.
Una muestra de las tradiciones cristianas de España
Esas creencias se plasman en muchos ámbitos de nuestra vida y también en nuestras instituciones. A modo de ejemplo:
A la vista de estos datos (podría citar muchos más ejemplos), da la sensación de que lo que molesta a los laicistas no es sólo la cruz, sino también nuestra sociedad, que a día de hoy siguen siendo culturalmente cristiana a pesar de los enormes esfuerzos que dedica la izquierda cristianófoba a erradicar el Cristianismo del seno de nuestro pueblo, incluso llegando al extremo de intentar prohibir que las familias puedan elegir la clase de religión para sus hijos, un derecho fundamental amparado por el Artículo 27.3 de la Constitución:
"Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones."
Las tradiciones cristianas de otros países democráticos
Por lo demás, hay que recordar que jurar es poner a Dios por testigo, y quien así lo hace al asumir su cargo es lógico que pueda hacerlo ante una cruz y sobre una Biblia en un país de una larga tradición cristiana como el nuestro. A modo de ejemplo, en un país mucho más joven que España como es EEUU, los presidentes tienen la tradición de jurar su cargo sobre una Biblia o incluso sobre dos (este último fue el caso de Truman, Eisenhower, Nixon y Obama). Las excepciones han sido muy pocas: sólo 3 de los 43 presidentes juraron sobre un libro de leyes, y Lyndon B. Johnson juró sobre un misal católico. Como ya señalé aquí, diversos países democráticos mencionan a Dios en sus constituciones: Alemania, Suiza, Canadá, Australia, Polonia, Hungría, Albania, Irlanda, Ucrania, Grecia, Filipinas, Sudáfrica, Argentina, Brasil, Paraguay y Perú. En EEUU incluyen menciones a Dios 14 constituciones estatales: las de California, Colorado, Florida, Georgia, Illinois, Iowa, Kansas, Kentucky, Massachusetts, Nuevo México, Pennsylvania, Texas, Washington y Wisconsin.
Es más: en países democráticos como el Reino Unido (y las demás naciones de la Commonwealth, entre ellas Australia, Canada and New Zealand), Dinamarca, Suecia y Noruega el Jefe del Estado es cabeza de la respectiva iglesia nacional, anglicana en el caso británico, y luterana en los países nórdicos citados. En Grecia el Estado es confesionalmente ortodoxo, algo que ni siquiera ha cambiado el gobierno comunista de Syriza. No veo por qué razón una democracia ha de censurar las raíces cristianas de un pueblo, como si fuesen algo de lo que ese pueblo tiene que avergonzarse o renegar. Mucho me temo que los laicistas confunden la aconfesionalidad con una especie de ateísmo de Estado, en el que las creencias del propio pueblo han de ser censuradas. Países con una tradición de respeto a la libertad religiosa como algunos de los señalados demuestran que en el caso del Cristianismo no existe incompatibilidad entre el respeto por ese derecho y el reconocimiento de las raíces religiosas del país. Lo que no consigo entender es por qué los laicistas ponen tanto afán en censurar símbolos religiosos en país donde ya hay libertad religiosa, y se callan ante lo que ocurre en la práctica totalidad de los países de mayoría musulmana, que no respetan la libertad religiosa y donde el poder político y el religioso están totalmente fundidos.
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(Foto: Casa Real)
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Comentarios:
Luis Carlos Bustos Marín
Le tienen miedo porque si la Iglesia convence que el aborto es una atrocidad peor que la quema de brujas, entonces la revolución sexual es culpable de más muertes que todas las guerras de la edad media, y por tanto hay que renunciar a la promiscuidad sexual. Temen que el Vaticano sea el mayor freno a sus planes de ingeniería social sobre el control de natalidad, la ideología de género, muerte digna, etc.
Odian a la Iglesia porque no la pueden controlar. Les gustaría crear la suya propia, como la patriótica china.
8:16 | 2/11/16
Sharovarov
Yo animaría a ese Joaquín Prieto a que escribiera en El País un artículo donde criticara la enorme contradicción que supone por parte de Rajoy, de sus ministros y del resto de políticos del PP a nivel autonómico y municipal jurar sobre la Biblia cuando son un partido claramente anticristiano, como ya ha quedado claramente demostrado al asumir dicho partido el genocidio abortista, la destrucción de embriones, la ideología de género, la legalización de los vientres de alquiler (esto al menos parcialmente, con la bruja Cifu como principal partidaria), la persecución de la propia bruja Cifu -al servicio de la Gaystapo-, contra el colegio Juan Pablo II, etc. A ver si lo escribes pronto, Joaquín. Jeje.
13:42 | 2/11/16
Maite
«a pesar de los enormes esfuerzos que dedica la izquierda cristianófoba a erradicar el Cristianismo del seno de nuestro pueblo»
Ese odio irracional e inconsciente a todo lo que huela a cristianismo es, para mí la mayor evidencia del origen oscuro del mismo.
La finalidad de ese ataque a la religión y la familia es conseguir debilitar a las personas para manipularlas mejor. Un ser humano con Dios y con una familia estable es mucho más fuerte.
Sin Dios, se desdibuja la frontera entre la verdad y la mentira y, como dice Jesús, sólo «la verdad os hará libres».
Porque de eso se trata de la esclavitud de nuevo cuño que se nos quiere imponer.
17:16 | 2/11/16
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