Esperpento en la ONU: así son algunos países que vigilarán que los talibanes sean buenos

Elentir EN Jue 19·8·2021 · 7:02 4

La instauración de una nueva dictadura islamista en Afganistán ha tenido una respuesta muy cándida por part de la Organización de las Naciones Unidas.

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La ONU dice que vigilará que los talibanes cumplan sus promesas

Este martes, la ONU publicó una noticia en su web con este titular: "Afganistán: las agencias de la ONU instan a los talibanes a cumplir sus promesas de proteger a los vulnerables". En el texto de la noticia, el organismo internacional anuncia que "seguirá muy de cerca el cumplimiento de las promesas hechas por el Talibán de respetar los derechos humanos, especialmente el de las mujeres y las niñas". Es decir, las promesas hechas por unos terroristas islamistas que están asesinando a gente por todo su país, y que acaban de tomar el poder mediante la violencia para desplazar a un gobierno elegido democráticamente.

Cuatro dictaduras forman parte de su Consejo de Derechos Humanos

Debería ser pasmoso que la ONU haga unas declaraciones así para referirse a una banda de fanáticos como los talibanes, pero por desgracia ya no es nada nuevo ni sorprendente. Basta con ver la actual lista de países miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Entre ellos hay dictaduras como China, Cuba, Sudán y Venezuela. ¿Cómo van a exigir esos países respeto por la democracia en Afganistán, si no lo practican dentro de sus propias fronteras?

En 15 de los países miembros los cristianos son sometidos a persecución

Además, entre los miembros de ese consejo están los siguientes países que forman parte de los 50 que más persiguen a los cristianos: Somalia (3º), Libia (4º), Pakistán (5º), Eritrea (6º), India (10º), Sudán (13º), China (17º), Mauritania (20º), Uzbekistán (21º), Bangladesh (31º), Burkina Faso (32º), Nepal (34º), México (37º), Camerún (42º) e Indonesia (47º). En los cinco que he señalado en negrita, el nivel de persecución contra los cristianos es extremo. ¿Cómo van a velar estos países por el respeto a las minorías religiosas en Afganistán -y en concreto a la minoría cristiana del país- cuando los cristianos son perseguidos dentro de sus fronteras, en muchos casos a iniciativa de sus gobiernos?

Tres países miembros castigan la homosexualidad con la muerte

Por otra parte, en tres de esos países la homosexualidad es castigada con la pena de muerte: Mauritania, Somalia y Sudán. ¿Cómo van a examinar el cumplimiento de los derechos humanos por parte de los talibanes unos fanáticos que consideran legítimo matar a alguien por razón de su orientación sexual?

En otros tres se castiga el adulterio con la lapidación

Para terminar, en tres de esos países aún se castiga el adulterio con la lapidación: Indonesia, Somalia y Mauritania. Se trata de un castigo en el que suele bastar la sospecha de una infidelidad matrimonial para ser condenado, o mejor dicho condenada, ya que la mayor parte de las que sufren ese castigo brutal son mujeres, incluso aunque hayan denunciado ser víctimas de una violación. ¿En qué cabeza cabe que esos países vayan a fiscalizar el trato que dan los fanáticos talibanes a las mujeres en Afganistán?

Un problema que viene de lejos y que merma la credibilidad de ese Consejo

Uno de los grandes fracasos de los países democráticos a la hora de promover el respeto por los derechos humanos en el mundo se explica en el grave error de permitir que países que no respetan los derechos más elementales se sienten en el citado Consejo de la ONU, y se arroguen la autoridad de velar por esos derechos humanos que ellos mismos pisotean en sus territorios. Es un completo absurdo. Con miembros así en ese Consejo, no tardaremos en ver al régimen talibán formando parte de él.

Este problema no es nuevo. Recordemos que en diciembre de 2019 19 miembros de ese Consejo formaban parte de la lista de países que persiguen a los cristianos, lo cual explica la situación absurda de que en la actividad de ese Consejo haya una ausencia total de condenas a Arabia Saudí, China, Cuba, Vietnam, Venezuela y Zimbabue, y un número marginal de condenas a Irán, Eritrea, Sudán o Libia, mientras ese organismo se ensaña con el Estado de Israel, que es un país democrático. Así mismo, en febrero de 2020 siete miembros del Consejo castigaban la homosexualidad con la pena de muerte. Esos mismos países condenaban a Israel, donde los homosexuales gozan de libertad. ¿Cómo esperar que un Consejo así vele por los derechos humanos de los afganos?