Una infamia ante la que reina un escandaloso y vergonzoso silencio en España

45 millones de euros al año: el precio de la peor y más sangrienta infamia de Sánchez

El gobierno de Pedro Sánchez ya ha dado motivos de sobra para ocupar algunas de las más siniestras páginas de la historia de España. Pero aún quiere más.

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Tenemos un gobierno instalado en el recurso sistemático a la mentira, a la propaganda y a la opacidad. Un gobierno que ha tomado medidas que han servido para arruinar a muchos españoles, convertirnos en los líderes del desempleo en Europa, que ha degradado nuestras instituciones democráticas, con constantes ataques a la independencia judicial y violaciones de derechos fundamentales que han sido confirmadas por varias sentencias del Tribunal Constitucional. Así mismo, es el primer gobierno de España que accede a pactar sus cuentas con los proetarras, es decir, con quienes se niegan a condenar los asesinatos de más de 800 españoles -niños incluidos- a manos de ETA.

Por si no bastaba con todo lo anterior, el gobierno de Pedro Sánchez ha decidido cometer una nueva vileza aprobando una nueva ley del aborto que tiene como fin promover aún más ese crimen, calificándolo como un "derecho" (una forma perversa de calificar el acto de matar a los seres humanos más inocentes e indefensos), y estigmatizar a los médicos y personal sanitario que se niegan a colaborar con esa monstruosidad, elaborando listas negras con ellos.

Ayer, el diario El Debate señaló que el gobierno piensa dedicar 45,2 millones de euros anuales a matar a niños y niñas por nacer. No les basta con legalizar y promover la práctica de un crimen tan horrendo como es matar a un hijo o a una hija por nacer (y cito a ambos sexos porque muchas feministas suelen olvidar que decenas de miles de niñas son asesinadas antes de nacer a causa de esa ley cada año), sino que además nos obligan a todos los españoles a pagarlo con nuestros impuestos, gastando una cantidad astronómica en matar a seres humanos en vez de dedicarla a salvar vidas y a curar a enfermos. No cabe imaginar una idea más retorcida y aberrante del gasto público que ésa.

Pero lo más pasmoso no es eso. Que los malos gobernantes hagan cosas malvadas es algo lamentablemente normal. Lo más pasmoso es el escandaloso y vergonzoso silencio que reina en España ante esa barbaridad. Si a algún ministro se le ocurriese defender la pena de muerte contra los peores criminales, seguramente sería cesado de inmediato ante el escándalo público que provocarían sus palabras. Pero cuando un gobierno promueve una ley para matar a más y más inocentes, la mayoría mira hacia otro lado. Parece que no nos damos cuenta del nivel de degradación moral al que hay que llegar para acostumbrarnos a esta infamia, y los riesgos que hay de que esa degradación se vuelva en nuestra contra. Recordemos las sabias palabras de Teresa de Calcuta:

"Cualquier país que acepte el aborto, no le enseña a su gente a amar, sino a utilizar violencia para recibir lo que quieran".

Algún día esa violencia se volverá contra nosotros por haberla consentido contra los más inocentes. Y cuando llegue ese día -porque llegará tarde o temprano-, algunos se preguntarán entonces cómo hemos acabado así.

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Foto: Efe.

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Comentarios:

  1. JuanM

    Bueno… aquí parece ser que todo el mundo ha asumido la máxima de Jordi Pujol: «LO QUE NO SON PESETES SON PUÑETES». Desde la izquierda, pasando por la derecha (que así lo confiesan abiertamente), siguiendo con la Conferencia Episcopal (quien claramente ha escorado sus medios de comunicación hacia un partido del que en el «mejor» de los casos mira para otro lado, cuando no, abiertamente abortista, recuérdese la parte del PP afín a Celia Villalobos, abiertamente pro abortista, o, léase más recientemente: Isabel Díaz Ayuso.Y…, también, escueza a quien escueza, a buena parte del liberalismo español, léase Cs o medios de comunicación de amplio calado social tal como LD.

    En definitiva, en España, unos por una vía, otros por otra, no cabe duda que la mayoría (lo cuantifico con pena), reman hacia la destrucción de España. Y ya ha llegado ese momento en el que no la reconoce ni la madre que la parió.

    La realidad no es ni pesimista ni optimista, es lo que hay.

  2. wladimir

    esto es lo que no entiendo…

    porque si todos estamos en un mismo barco que es España…haya gente de la peor clase y con muy malas intenciones…aud aspiran a dañar y hundir ese mismo barco..aun a sabiendas que ellos mismos se hnndiran con el…

    y lamentablemente es la pura y dura realidad…y es algo que va incluso en contra de ellos mismos…

  3. Jandro

    Efectivamente, el problema no es que estas lumbreras dediquen (esta barbaridad de) dinero extraído de nuestros bolsillos para dedicarlo a matar seres humanos; el problema está en que no estamos poniendo el grito en el cielo ante esta salvajada.

  4. Lunaa

    Estamos aceptando como normal la enorme incoherencia de que este gobierno gaste unas cifras abrumadoras en chiringuitos feministas y en lo que dicen ser la «protección de la mujer». A la vez se asigna todo ese otro presupuesto a matarlas. ¿Cómo no nos vamos a dar cuenta de que si los españoles somos aproximadamente mitad hombres y mitad mujeres también pasa con el sexo de los fetos?. ¡Que no nos engañen más, la mujer que no lucha contra el aborto no puede ser feminista!.

    El problema es mucho más grave, no sólo los políticos miran para otro lado. Ha llegado un momento en que todos lo hacemos, o miramos sin ver ya nada

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