Este viernes vi la última entrega de la saga de películas de "Misión Imposible", protagonizada por Tom Cruise en el papel de Ethan Hunt.
Hay que señalar que la película recién estrenada es la primera de dos partes, y es una película larga (2 horas y 43 minutos). Debo reconocer que aunque me gusta, ésta nunca ha sido mi saga favorita sobre películas de servicios de inteligencia. Ahí me inclino más por la saga de Jason Bourne. No esperaba gran cosa de esta séptima entrega, pero me ha sorprendido mucho y para bien. La película tiene una muy buena trama, además de las dosis de acción que hemos visto en las películas anteriores, pero esta vez tiene el aliciente de un argumento que da para muchas reflexiones y que nos debería preocupar mucho a todos. Y antes de destripar ningún detalle, para los que no prefieran seguir leyendo, diré que me ha parecido una película muy recomendable, tal vez de las mejores de esta saga.
Hago aquí un inciso para poner un AVISO: a continuación desvelo algunos detalles de la película. Si vas a ir a verla y prefieres no saber nada, deja de leer aquí.
En las películas anteriores, Ethan Hunt y sus compañeros de equipo han combatido a personas y organizaciones muy malvadas. Esta vez el enemigo es mucho más peligroso, quizá el más peligroso que se puede plantear en una película hoy en día. La película muestra una "entidad" de inteligencia artificial (IA) con un poder enorme y que se mueve por la fría lógica de los algoritmos. Ya hemos visto enemigos así en las sagas "Terminator" y en "Matrix", pero esta vez hay una notable diferencia, y es que esta IA no pretende exterminar a la humanidad o esclavizarla físicamente, sino controlarla redefiniendo lo que es verdad y lo que no. Lo más realista de la película (a mi entender) es que distintos gobiernos se dan cuenta del potencial de esa IA, y en vez de acabar con ella, se proponen tener su control para utilizarla en su beneficio.
Llegados a este punto, algunos pensarán que el planteamiento de la película es conspiranoico. Puede ser. Pero pensemos un momento en la propia evolución de nuestro mundo: tenemos a una parte importante de la clase política que piensa que tendríamos una sociedad mejor con un Estado que abarcase -es decir, que controlase- más ámbitos de nuestra existencia, con la excusa de ofrecer servicios públicos igualitarios a todos. Eso implica concentrar cada vez más poder en unas pocas manos, algo que ha demostrado ser muy peligroso a lo largo de la historia.
Para limitar ese poder político, los países democráticos han creado diques de contención (el poder legislativo, el poder judicial y los medios de comunicación), pero ¿qué pasa si el poder político asalta a esos otros tres poderes, en la creencia de que sólo él tiene la legitimidad democrática y ésta no puede ser fiscalizada por nadie? Es en este punto en el que una democracia empieza a dar paso a una autocracia.
Regresando al título de esta entrada, he de señalar que el enemigo más peligroso de esta saga no es una IA, simplemente, sino lo que puede hacer un poder político ambicioso con una IA que le permita redefinir la realidad, sobre todo en un mundo en el que el relativismo está destruyendo toda clase de certezas para redefinir la verdad e incluso para redefinir los derechos humanos, por ejemplo, llamando "derecho" a eliminar a ciertos seres humanos o señalando como enemigos públicos a los que afirman un hecho científico como es la existencia de dos sexos en la especie humana. Lo más alarmante de esta película, en fin, no es darse cuenta de lo que es capaz de hacer el poder político con una herramienta de manipulación muy poderosa (la IA), sino lo que ya está haciendo con una herramienta no menos poderosa (los medios de comunicación de masas, especialmente la televisión) y con el aplauso entusiasta de muchos que se consideran amantes de la libertad.
Os dejo aquí con el anuncio en español:
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Comentarios:
wladimir
interesante…..
tal vez esta sea el arma global definitiva que los estados totalitarios les interese conocer para utilizar contra las democracias…
12:57 | 16/07/23
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