Sus respectivas inquietudes son compatibles y no deben ser excluyentes

El reto y la necesidad de mantener unidas a las tres familias de la primera derecha

Hoy en día, la palabra "derecha" se ha convertido en un término confuso y que va siendo hora de ordenar un poco para evitar equívocos.

Deberíamos empezar a revisar con atención de qué hablamos cuando decimos 'derecha'
La tercera derecha que está saliendo a la luz en Occidente con la invasión rusa de Ucrania

Las tres grandes ramas de la derecha

El año pasado planteé aquí la existencia de tres derechas:

  • La primera derecha o derecha conservadora (en un sentido amplio), representada en España por Vox y en Europa por el Grupo ECR.
  • La segunda derecha o derecha progre, que podríamos identificar con el Partido Popular en España y con el Partido Popular Europeo.
  • La tercera derecha o derecha antiliberal y antisistema, una derecha sin representación en España, muy ruidosa en la red y que defiende tesis cada vez más antioccidentales, prorrusas y friquis, además de aproximarse a menudo a elementos de la extrema izquierda.

Las tres familias de la primera derecha

Como señalé entonces, a veces hay límites difusos entre esas tres derechas, pero la que me interesa analizar en este artículo es la primera derecha, que es en la que me encuadro yo como liberal-conservador. Podríamos decir que en esta primera derecha hay tres familias:

  • La familia conservadora, más bien centrada en las grandes cuestiones morales (aborto, eutanasia, familia, etc.).
  • La familia liberal, más bien centrada en las cuestiones económicas y en los asuntos relativos a libertades (libertad lingüística, libertad económica, libertad de educación, etc.). Dicho sea de paso, me refiero a un liberalismo que sigue creyendo en ciertos principios, y no al liberalismo progre ni al liberalismo que cree que ve enemigos en los conservadores.
  • La familia patriota, más bien centrada en la cuestión nacional y en temas como la inmigración ilegal y masiva.

Por supuesto, y al igual que ocurre en todas las familias, esos tres sectores de la primera derecha no son herméticos ni están aislados entre sí. Como ya he señalado, yo me considero liberal-conservador. Me importan mucho las cuestiones bioéticas y los asuntos relacionados con las libertades. Al mismo tiempo, me considero un patriota y la cuestión nacional me parece muy importante, aunque no dedico tanto tiempo como otros al tema de la inmigración masiva (tal vez porque es un asunto que en mi tierra, Galicia, no ha llegado tan lejos como en otras partes de España).

Los conflictos entre esas tres familias de la primera derecha

Por supuesto, a veces hay roces entre esas tres familias. Os cuento, por mi propia experiencia, los que he vivido a lo largo de los años:

  • La familia conservadora a menudo siente hostilidad por la familia liberal, una hostilidad que es más bien terminológica y que se deriva del hecho de que la palabra "liberal" dé lugar a tantas confusiones como la palabra "derecha". Además, algunos conservadores (cada vez menos) tratan con desdén a los patriotas, porque consideran que la cuestión nacional no está entre sus prioridades.
  • La familia liberal suele tener roces con la conservadora, debido a los tics antiliberales que percibe en ella, y porque considera que no otorga tanta importancia a los asuntos de libertades más allá, por ejemplo, de cuestiones como la libertad religiosa o la libertad de educación. Entre la familia liberal suele haber tics anticonservadores que no ayudan, precisamente, a mejorar la relación entre ambas familias.
  • La familia patriota tiene a veces roces con las otras dos, porque algunos de sus miembros creen que temas como la inmigración son más importantes que asuntos morales como la defensa de la vida y de la familia, y porque a veces entre los que se dicen patriotas también abundan los discursos antiliberales.

Partidos como Vox han demostrado que es posible la convivencia entre estas tres familias. De hecho, en la pasada legislatura, Vox logró 52 escaños a pesar de tener a todos los medios en su contra, gracias a un discurso que supo conjugar las sensibilidades de estas tres familias. Se trata, de hecho, de sensibilidades que son perfectamente complementarias y que enriquecen a las tres familias entre sí.

¿En qué momento surge el conflicto entre las tres familias?

Obviamente, como ocurre en cualquier comunidad humana, la convivencia no es fácil: siempre existe la tentación de que una familia se imponga a las otras, en la creencia de que sus inquietudes son más importantes y deben tener prioridad. Obviamente, esto puede ocurrir puntualmente sin causar tensiones. Por ejemplo, ante el golpe separatista de 2017 en Cataluña, es lógico que las tres familias de la primera derecha focalizasen su atención en la cuestión nacional, ya que la unidad de España estaba en grave peligro.

Sin embargo, las tensiones aparecen cuando una familia insiste en imponerse a las demás de forma persistente. Si la familia liberal impusiese un programa que ponga el acento en lo suyo y desdeñase las inquietudes de las demás familias de la primera derecha, se estaría generando un conflicto. Lo mismo pasaría si la familia conservadora quisiese centrar permanentemente el acento en las cuestiones morales olvidando los temas nacionales, económicos y de libertades. Tendríamos un conflicto parecido si la familia patriota marginase todo asunto que no se limite a la cuestión nacional y el tema de la inmigración.

Las claves para evitar el conflicto entre esas tres familias

Por supuesto, es posible e incluso deseable tener unos planteamientos más eclécticos, es decir, que se identifican más fácilmente con cualquiera de esas inquietudes de esas tres familias. A fin de cuentas, las respectivas inquietudes de las tres familias son todas importantes para nuestra sociedad, y saber armonizarlas enriquece el discurso de esa primera derecha, al acabar abarcando todos los asuntos posibles de debate, algo muy necesario al dar la batalla de las ideas.

Quienes nos encuadramos en esa primera derecha tenemos el reto de contribuir a limar las asperezas entre esas tres familias y a evitar conflictos que acaben por dividirnos, enfrentarnos y dispersarnos, para beneficio de la izquierda. No es un reto fácil, pero las mejores cosas suelen salir de los retos difíciles. En este caso, nuestro acicate debe ser algo que nos supera a cada una de las tres familias de la primera derecha: la defensa de nuestra Patria, de la libertad y de la dignidad humana.

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Foto: Sansert.

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Comentarios:

  1. aldaruiz

    Muchas gracias Elentir por este esclarecedor artículo.

  2. wladimir

    aqui lo que hay que hacer…

    es defender a la primera derecha,la que defiende los valores y la autentica democracia..porque las otras derechas me da la impresion que muy facilmente podrian caer en el lado oscuro de la fuerza o verse comfundidad con cantos de sirena de la extrma izquerda o la propaganda putinista…

  3. FINE

    En mi opinión, que soy de la idea de que los que no sabes dibujar o formular en un esquema es que ni lo entiendes ni lo sabes explicar, lo de Elentir en este esclarecedor artículo- como más arriba escribe aldaruiz- es una aportación digna de tener en cuenta para entender un poco el complicado escenario multidimensional en el que nos ha tocado vivir. Desde aquí me permito rogar a nuestro maestro y anfitrión a que trate de sistematizar los elementos sociopolíticos que concurren en nuestro país- comunismo, terrorismo, separatismo, pasotismo, soberanismo, individualismo, gregarismo, progresismo, cazurrismo etc y que, simultáneamente, le diferencian de otros haciéndonos escorar de popa anunciando una forma de hundimiento que resultará muy fotogénica para los supervivientes. A falta de remedio, el tratamiento masoco- paliativo que se me ocurrió ayer no pasó los criterios del buen gusto de la casa por lo que no lo trato de repetir aquí hoy.

  4. Prisciliano

    España supo cumplir con su destino histórico, cuando logró la transición modélica del 78; pero tras la llegada de Zapatero el abecetismo histórico propiciado por aquel gobierno, culminó su Zenit con la llegada y arribo, con un sujeto como Pedro Sánchez, donde dicho abecetismo histórico prendió con notorio arraigo en muchos sectores de la población, y como bien sabemos, los pueblos que olvidan su Historia, están obligados a repetirla, y para desgracia del pueblo español, mucho me temo de que es lo que está sucediendo, y eso, ya lo «profetizó» hace ya muchos años, un militar español; el General Gaveiras Montero, cuando textualmente afirmó con rotundidad: «España está enferma». Y así ha sucedido. Qué bien supo reconocer el General, ya en sus inicios, la enfermedad que aquejaria, tal y como hoy lo estamos viendo y sufriendo. ¿Habrá algún remedio seguro para la enfermedad de España; o bien la gran Madre de Naciones, terminará siendo un Estado fallido; gracias a la ignorancia masiva de un pueblo que no llegó a conocer su histórico pasado, y que por eso pudo ser engañado, pon una manada de traidores, cuya principal arma ha sido la demagogia del socialcomunismo con su brebaje del Marxismo, el cual invita a beber al pueblo, como el falso remedio de sus males.

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