Un salto paracaidista extremo que fue llevado a cabo por miembros del EADA

Primer HAHO desde un A400M español, un salto para infiltraciones en territorio hostil

El Ejército del Aire ha llevado a cabo un nuevo hito con sus aviones de transporte Airbus A400M Atlas, encuadrados en el Ala 31.

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Según ha comunicado hoy el Ejército del Aire, ha llevado a cabo el primer lanzamiento paracaidista en modalidad HAHO (high altitude, high opening) desde uno de sus A400M, un salto protagonizado por seis paracaidistas del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA).

Los miembros del EADA saltaron a una altura de 18.000 pies (5.500 metros) "y se han convertido así en pioneros en esta modalidad de lanzamiento desde esa plataforma", señala el Ejército del Aire. "La apertura del paracaídas del primer lanzador se ha llevado a cabo a 16.500 pies, lo que ha determinado que el salto sea en modalidad HAHO, es decir, lanzamiento a gran altitud y apertura a gran altitud".

Los miembros del EADA que han protagonizado este salto HAHO desde el A400M T.23-12 / 31-32 (Foto: Ejército del Aire).

Estos saltos son arriesgados y exigen una alta preparación y un equipo adecuado, por las condiciones extremas en las que se llevan a cabo, como explica el Ejército del Aire: "La ausencia de oxígeno exige que tanto los saltadores como las tripulaciones de los aviones necesiten inhalar oxígeno respirable, con el fin de evitar la hipoxia. Esto obliga a que en el avión, además de los supervisores de carga y mecánicos, se cuente con la asistencia de un técnico de oxigeno y un técnico de entrenamiento fisiológico".

El Ejército del Aire ha apuntado que este nuevo hito "es el resultado de un trabajo previo de acreditación y puesta en común de procedimientos entre el Ala 31, con su plataforma T.23 (nomenclatura militar del A400M), y el EADA, con sus saltadores y jefes de salto. Este salto había sido ensayado previamente a altitudes inferiores, en las que no se requería oxígeno, para asegurar la eficacia y seguridad en los procedimientos a aplicar".

Operadores de un equipo SOATU-ALI del Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (EZAPAC), el grupo de operaciones especiales del Ejército del Aire, durante un ejercicio de salto HAHO para una misión de reconocimiento especial para la obtención de información de objetivos y su posterior neutralización mediante una operación de acción directa, el 22 de septiembre de 2020, desde un C-295 del Ala 35 (Foto: Ejército del Aire).

En 2015, el Ejército de Tierra señaló que la Brigada Paracaidista (BRIPAC) y el Mando de Operaciones Especiales (MOE) llevan a cabo saltos HAHO y HALO (lanzamiento a gran altitud y apertura a baja altitud) hasta una altura de 24.500 pies (8.000 metros). El Ejército de Tierra señaló entonces que en la modalidad HAHO "la apertura del paracaídas se realiza justo al salir del avión y permite al saltador navegar grandes distancias hasta la zona de toma. Durante el tiempo de vuelo, que puede ser de hasta 30 minutos, el saltador sufre bajas temperaturas, en torno a los -20ºC. Para ello porta un equipo especial para el frío".

En 2020, la revista Defensa señaló que la distancia que puede recorrer un paracaidista en un salto HAHO puede superar los 60 kilómetros, por lo que esta modalidad es muy utilizada en infiltraciones en territorio hostil por parte de grupos de operaciones especiales.

Podéis ver aquí el vídeo publicado hoy por el Ejército del Aire sobre el salto HAHO del EADA desde el A400M:

Y aquí podemos ver algunas capturas del vídeo, con algunas curiosidades. En la primera vemos una imagen atípica: uno de los tripulantes del A400M con un casco HGU-55 que hemos visto muchas veces en los pilotos de los cazas EF-18M españoles. Un equipo necesario en este caso debido a la escasez de oxígeno a esa altura de salto, ya que el avión no va presurizado.

Otro de los tripulantes del A400M, en este caso uno de los asistentes que van en la bahía de carga junto a los saltadores. Lleva también un casco HGU-55 con equipo de oxígeno.

Los paracaidistas del EADA antes del salto. También van equipados con equipos de oxígeno para evitar la hipoxia.

El técnico de oxigeno comprueba las botellas de oxígeno de los paracaidistas del EADA antes del salto HAHO.

El momento de la apertura del paracaidistas de uno de los miembros del EADA poco después de saltar desde el A400M. Cerca de él vemos a otro miembro del EADA que aún está en caída libre.

Uno de los miembros del EADA justo después del salto, concretamente un CCT (Controlador de Combate). En su muñeca izquierda lleva un altímetro analógico, y en su muñeca derecha lleva lo que parece un altímetro digital. Los guantes, obviamente, son para no congelarse las manos debido a las muy bajas temperaturas que hay a esa altitud.

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Comentarios:

  1. Berto

    Me imagino que el gran peligro de saltos de ese tipo es el propio tráfico aéreo.

  2. wladimir

    interesante…

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