Servir a los intereses de los enemigos de Occidente es también una traición a España

Elentir EN Dom 3·3·2024 · 7:02 4

Últimamente nos estamos acostumbrando a escuchar ciertos discursos como si fuesen algo normal y respetable, cuando no lo son.

El apoyo de Rusia al separatismo en España y el apoyo de separatistas españoles a Rusia
La táctica de calamar del putinismo español ante el apoyo ruso al separatismo catalán

Consignas para que olvidemos que Rusia es la causante de esta guerra

En esos discursos se pueden escuchar infamias como afirmar que los europeos o los occidentales tenemos la culpa de las desgracias de Ucrania, por el mero hecho de que hemos respondido con ayuda militar a las llamadas desesperadas de los ucranianos a la comunidad internacional cuando han visto invadido su país por Rusia, una invasión contra la que los ucranianos están luchando en un admirable ejemplo de patriotismo.

Esos discursos también afirman cosas como que los apologistas de la guerra somos quienes apoyamos a los invadidos, y no los invasores, que llevan dos años agrediendo a un país independiente sin ninguna justificación, cometiendo toda clase de crímenes de guerra y de crímenes contra la humanidad, y atacando sistemáticamente a objetivos civiles en una violación clara y constante de los Convenios de Ginebra.

Además, esos discursos pretenden presentar a EEUU y a la OTAN como los culpables de esta guerra, y no a Rusia, que es el país que invadió Ucrania el 22 de febrero de 2022, violando el Derecho Internacional y arrogándose un falso derecho a recuperar lo que en algún momento de la historia estuvo sometido al dominio de Rusia o de la Unión Soviética, un falso derecho según el cual todos los países que fueron invadidos por los soviéticos (incluyendo algunos países de la OTAN) deberían volver a estar bajo el control de Moscú, aunque la propia Rusia reconociese oficialmente su independencia hace décadas.

La acción de los agentes del Kremlin en Occidente

Lo más hilarante de esos discursos es que pretenden convencer a la gente de que todos los que defendemos a Ucrania estamos instrumentalizados por la CIA o el MI6 (los servicios de inteligencia exterior de Estados Unidos y del Reino Unido, respectivamente) y nos presentan como servidores de "los anglos", en un ridículo intento de demonizar a ciertos países por el mero hecho de ser de habla inglesa.

Esa insidia es lanzada, paradójicamente, por quienes actúan como repetidores de las consignas del Kremlin, hasta unos extremos que merecen que nos preguntemos, en justa reciprocidad, si tienen alguna clase de vínculo con el SVR, el servicio de inteligencia exterior de Rusia, o el GRU, la inteligencia militar rusa. No estoy hablando de meras teorías conspirativas.

Recordemos, sin ir más lejos, lo ocurrido hace dos años con el escándalo del "Hlavné Správy", un medio prorruso eslovaco, en el que fueron detenidos un periodista y un militar de alto rango que recibían dinero del GRU para favorecer a los intereses de Moscú. En España también ha habido una trama rusa con contactos entre líderes separatistas y agentes del Kremlin, una trama que el gobierno de Sánchez pretende tapar con una amnistía porque salpica a sus aliados parlamentarios.

Un intento de blanquear una invasión y a una dictadura

Ya sean pagados por el Kremlin o instrumentalizados por él sin que ellos lo sepan, los propagandistas prorrusos en Occidente buscan que olvidemos que Ucrania está en guerra por culpa de Rusia, y no por la voluntad de ningún país de la OTAN, pues la Alianza Atlántica ni siquiera es parte beligerante en esta guerra. Buscan también blanquear a la dictadura de Vladimir Putin, un régimen que se dedica a asesinar a los que se le oponen (el caso más reciente ha sido el de Navalny) y que ha detenido a miles de ciudadanos rusos por manifestarse contra esta guerra provocada por ese dictador.

Favorecen a un país que amenaza a Occidente con armas nucleares

Además, esos discursos están sirviendo -ya sea de forma inconsciente o con plena conciencia de lo que hacen- a los intereses de los enemigos de Occidente, empezando por la dictadura de Putin, que esta misma semana ha amenazado con usar armas nucleares contra Occidente si algún país occidental envía tropas a Ucrania, es decir, a un país que no es Rusia y en el que las tropas rusas no deberían estar. Hace dos años Putin ya amenazó a Finlandia y a Suecia con "graves consecuencias militares" si se unían a la OTAN, unas amenazas que tuvieron el efecto, justamente, de que esos dos países se apresurasen a unirse a la Alianza Atlántica en busca de su protección.

Un intento de debilitar a Occidente frente a las amenazas rusas

Debemos recordar que Rusia ha tejido alianzas con estados terroristas como Irán y Corea del Norte, además de mantener alianzas con otras dictaduras como Bielorrusia, Cuba, la China comunista, Venezuela, Siria y Nicaragua. Por ello, no es ninguna sorpresa observar día tras día que quienes apoyan a todas esas dictaduras son también partidarios de Rusia y enemigos de Occidente, al que caracterizan como la fuente de todos los males. No nos engañemos: los propagandistas prorrusos no quieren nuestra neutralidad, lo que quieren es restar apoyos a Occidente de cara a un posible enfrentamiento con Rusia, un enfrentamiento que Moscú alienta con sus constantes amenazas, motivo por el cual la mayoría de los países de la OTAN han empezado ya a rearmarse para hacer frente a una posible agresión rusa.

En vista de los burdos argumentos que manejan, llegado el momento los mismos propagandistas prorrusos que hoy llaman a negar toda ayuda a Ucrania (es decir, a dejarle el camino libre a Rusia para que siga asesinando al pueblo ucraniano y para que se adueñe de un país libre y soberano) harían lo mismo si alguno de nuestros aliados de la OTAN fuese atacado por Rusia, un ataque que tienen muchas posibilidades de sufrir países limítrofes con Rusia como Polonia, Lituania, Letonia, Finlandia y Noruega. Son como los amigos del matón del colegio que pretenden que asistamos impasibles a una agresión contra un niño débil e indefenso, una disuasión cuyo fin es imponer la ley del más fuerte.

'Patriotas' que quieren dejarnos sin la protección que nos ofrece la OTAN

Escuchar ese tipo de discursos en los separatistas (que odian a España y han recibido el apoyo del Kremlin) o la extrema izquierda es algo previsible. Los comunistas han exhibido históricamente un absoluto desprecio por el interés de sus propios países, como demostraron en 1940 saboteando el esfuerzo bélico de Francia contra la invasión alemana, a la que sólo se decidieron a combatir después de que Hitler iniciase la invasión de la URSS en junio de 1941.

Lo realmente indignante y lo que provoca un lógico asco es escuchar esos discursos entre gente que dice amar a España, especialmente entre personas que juraron ante la Bandera Nacional defender a nuestra Patria. Es algo insólito ver a personas que presumen de patriotas sugiriendo que debemos ser desleales con nuestros aliados, que debemos mantenernos neutrales y al margen de lo que Rusia está haciendo en Europa desde hace años (invasión de Georgia en 2008, anexión de Crimea en 2014, invasión de Ucrania en 2022) y que incluso debemos abandonar la Alianza Atlántica que nos garantiza protección en caso de ser nosotros los atacados, todo ello para comprar una garantía de no agresión por parte de Rusia que no le sirvió de nada a Ucrania y que implicaría someternos a los caprichos de Moscú.

Un acto de traición a Occidente y, por tanto, también a España

Repito: el fin último de esos discursos no es conseguir que España sea neutral. Lo que buscan es debilitar el dique occidental contra el imperialismo ruso, la mayor amenaza para la paz en Europa, a día de hoy. Mensajes así, emitidos constantemente desde hace dos años por personas que actúan como como meras repetidoras de las mentiras emitidas por los medios de propaganda del Kremlin, no son algo respetable y no deberían ser algo normal en ningún país.

Esos propagandistas están sirviendo a los intereses de los enemigos de Occidente, del cual España forma parte, y eso no representa la mera expresión de una opinión respetable, sino un acto de traición a Occidente y, por tanto, también a España. Ya va siendo hora de que dejemos esto claro, especialmente cuando quienes cometen esa traición tienen, al mismo tiempo, el cinismo de presumir de patriotas.

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Foto: Mikhail Svetlov.