Mientras permite homenajes a terroristas, Sánchez pone en marcha su censura digital

Pedro Sánchez está desatando una ofensiva sin precedentes contra las libertades fundamentales, disfrazada con un colosal cinismo.

Pedro Sánchez ataca el derecho a la privacidad y compara usar una red social con comprar un arma
Pedro Sánchez imita una medida del régimen de Putin para limitar la libertad de prensa

Un cínico pretexto para promover la censura en la red

Después de pasar varias semanas atacando a las redes sociales por eliminar los verificadores de noticias (claramente sesgados a favor de la izquierda), hoy Sánchez ha anunciado la creación de un nuevo órgano estatal para controlar la red, el "Observatorio de Derechos Digitales". Lo ha justificado para "que el espacio digital no se convierta en el salvaje Oeste. Seamos dueños de nuestro propio destino".

Obviamente, para ser dueños de nuestro propio destino no necesitamos a ningún burócrata: nos basta con que el Estado nos deje en paz. En la red hace ya años que no ocurre eso. Entre las leyes nacionales y las normativas europeas, la red se ha convertido en el blanco de toda clase de imposiciones estúpidas, como la que obliga a avisar sobre los "cookies" en todas las webs, un aviso que nadie lee.

El 'muro de protección antifascista' de Sánchez

Bajo esa diarrea legislativa promovida por políticos como Sánchez, que están empeñados en controlarlo todo, la red empieza a parecerse más a la antigua URSS que al salvaje Oeste. Pero a Sánchez con la URSS no le basta. Él prefiere una red que sea parecida a Corea del Norte.

Instaurar la censura invocando "derechos digitales" es un cinismo típicamente socialista. Recordemos que la franquicia comunista de esa ideología llamó "república democrática" a la opresiva dictadura de Alemania Oriental y "muro de protección antifascista" a la barrera creada por ese régimen antidemocrático para impedir que la gente huyese de él. En España tenemos un gobierno sumido hasta la coronilla en casos de corrupción y que está acosando a los jueces y a los medios para que no sigan investigando esos escándalos de los socialistas. Ahora toca el turno de las redes sociales. Hace sólo unos días Sánchez atacó el derecho a la privacidad en la red, amenazando con prohibir el anonimato. Es el mismo que ahora invoca "derechos digitales" con el fin de reinstaurar la censura en Twitter, molesto porque Elon Musk haya restaurado la libertad de expresión en esa red.

El 'salvaje Oeste' de las calles españolas que no preocupa a Sánchez

Lo más curioso es que mientras Sánchez cree que la red es el "salvaje Oeste", las calles se parecen cada vez más a eso, pero a él no le quita el sueño. Tenemos okupas apropiándose de pisos ajenos gracias a las leyes aprobadas por la izquierda, una delincuencia en aumento, inmigrantes ilegales que llegan masivamente a España y son recompensados por el gobierno con estancias en hoteles de lujo y repartidos por toda España en vez de ser devueltos a sus países de origen, y matones de extrema izquierda que amenazan y acosan a los demócratas (como ha pasado hace poco en Navarra), sin que Sánchez emita ni la más leve condena contra los matones.

Su gobierno autorizó y apoyó una marcha de un grupo terrorista

Hace un año vimos una cosa sin precedentes en toda Europa: el gobierno autorizó una marcha de un grupo terrorista palestino en Madrid, la FPLP, que figura en la lista europea de organizaciones terroristas. Como no bastaba con autorizar una marcha de ese grupo criminal y antisemita, una ministra de Pedro Sánchez acudió a la marcha para apoyarla. Estos hechos merecieron una dura crítica del Estado de Israel, recordando que los organizadores de esa marcha apoyaron abiertamente la masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre de 2023 contra civiles desarmados, niños incluidos, la mayor matanza sufrida por el pueblo judío desde el Holocausto.

Su gobierno viene permitiendo cientos de homenajes a terroristas de ETA

Recordemos, además, que en los últimos años el gobierno de Sánchez ha consentido cientos de homenajes públicos a terroristas de ETA, homenajes organizados, en muchos casos, por sus socios parlamentarios de Bildu. En España el ensalzamiento del terrorismo es un delito, pero el gobierno de Sánchez no hace nada por impedirlo. De hecho, hace dos años socialistas y comunistas anunciaron su intención de legalizar ese delito, afirmando que ensalzar a terroristas es "libertad de expresión". Son los mismos que ahora crean un nuevo órgano de censura para controlar las redes sociales alegando que son el "salvaje Oeste". No tienen ni el más mínimo ápice de vergüenza.

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Foto: La Moncloa.