Los perversos pactos que hizo el PP, que ahora trata a Vox como si fuese un leproso

En el Partido Popular y en sus medios afines parece imponerse la idea de no aceptar ningún pacto para gobernar con Vox de cara a las próximas elecciones.

Feijóo pretende evitar pactos con Vox y ficha a Borja Sémper, que propuso acuerdos con Bildu
Feijóo ofrece a Sánchez seguir en el poder antes que pactar con Vox para gobernar

Feijóo ha ofrecido a Sánchez un pacto que le permitiría seguir gobernando

Hace poco vimos a Feijóo ofreciendo a Sánchez un pacto para que gobierne la lista más votada, lo que podría implicar que Sánchez y el PSOE continuasen en el poder sólo con que los socialistas sacasen un voto más que el PP, aunque la suma de este partido y Vox pudiese servir para echar a la izquierda. Es el mismo PP que hace unos días acusó a Vox de ser un "chollo" para Sánchez, con lo que en Génova 13 demuestran tener la cara más dura que el diamante.

Es ciertamente llamativo que el PP y sus medios afines traten a Vox como un partido leproso, con el que no se puede llegar a pactos de gobierno -a pesar de que ya han suscrito uno que está vigente en Castilla y León-, y venda la idea de que es mejor que le demos una mayoría absoluta a fin de no tener que depender de un socio tan indeseable. El caso es que el PP ya ha gobernado España sin tener mayoría absoluta y alcanzando pactos con otros partidos. Por si los lectores más jóvenes de Contando Estrelas desconocen esos pactos, vamos a repasarlos.

El pacto del PP con los separatistas de CiU y del PNV en 1996

En las elecciones generales de 1996, el PP obtuvo 156 escaños y el PSOE 141. El resultado del PP quedaba 20 escaños por debajo de los 176 necesarios para obtener una mayoría absoluta. En esos mismos comicios, los separatistas de Convergència i Unió (CiU) obtuvieron 16 escaños y los del Partido Nacionalista Vasco 5. Entre ambos sumaban 21 escaños, justo los que le hacían falta al PP.

Por aquel entonces, el presidente del PP, el hoy muy mitificado José María Aznar, no le hizo ascos a pactar con los separatistas. Para obtener el apoto de CiU, el PP firmó el llamado Pacto del Majestic el 28 de abril de 1996, unos días antes de la investidura de Aznar. Una de las consecuencias de aquel pacto fue el cese de Alejo Vidal-Quadras como presidente del PP catalán, una exigencia que había planteado Jordi Pujol, el dirigente de CiU, que había calificado como un "problema insalvable" a Vidal-Quadras, muy crítico con el separatismo. La traición de la dirección nacional del partido a su entonces dirigente en Cataluña fue tal que antes de cesarle, el PP llegó a desautorizar las críticas de Vidal-Quadras al nacionalismo, diciendo que "no es una posición del Partido Popular". Se da la circunstancia de que Vidal-Quadras logró el récord de votos del PP catalán en 1995. Desde entonces, ese partido no ha dejado de perder votos en Cataluña.

Los efectos de aquel pacto aún se extienden hasta hoy

Los efectos del Pacto del Majestic no acabaron ahí. En 1998, el Parlamento de Cataluña aprobó una ley blindando la exclusión del español en los colegios catalanes, la llamada inmersión lingüística al catalán, un régimen lingüístico aún más excluyente que el del régimen racista del Apartheid en Sudáfrica. Anteponiendo sus intereses de partido a los derechos de los ciudadanos, Aznar no recurrió esa ley al Tribunal Constitucional, a fin de no perder el apoyo de sus socios separatistas. Las consecuencias de aquella nefasta ley, aún vigente, se extienden hasta hoy, dándose la anormalidad democrática de que Cataluña sea el único territorio de la UE en el que los alumnos no pueden escolarizarse en la lengua oficial del país en el que viven.

El PP aceptó ceder ante el PNV más de lo que había aceptado el PSOE

El PP de Aznar también cedió ante el PNV para obtener su apoyo. Su claudicación ante los separatistas vascos fue de tal envergadura que el entonces dirigente del PNV Xabier Arzalluz elogió a Aznar por haber pactado con ellos lo que no había querido el PSOE. Como consecuencia de aquel pacto, en mayo de 1997 el gobierno de Aznar otorgó más autogobierno y más control sobre los impuestos al gobierno vasco, una situación que creaba más desigualdad entre españoles. El PNV agradeció ese favor del PP con la firma del Pacto de Estella en 1998 con los proetarras, un pacto que dio paso a un proceso de negociación con ETA al que accedió Aznar contra el parecer de Jaime Mayor Oreja, entonces ministro del Interior. Todo por complacer a los separatistas del PNV.

Los pactos del PP con CiU en Cataluña y sus promesas rotas

El PP continuó flirteando con los partidos separatistas años después de aquella experiencia. En las elecciones catalanas de 2010, el PP dijo que sólo pactaría con CiU si ponía fin a la inmersión en catalán en los colegios y a las multas lingüísticas. Los separatistas de CiU ganaron esas elecciones sin lograr mayoría absoluta. Incumpliendo lo prometido, en junio de 2011, CiU y el PP sellaron un pacto autonómico, tras el cual CiU batió un récord de multas lingüísticas ese año, además de no derogar la exclusión del español en los colegios. A pesar de ello, en 2012 el PP renovó su pacto con CiU, e incluso extendió esos pactos a la Diputación de Barcelona y a los ayuntamientos de Barcelona, Reus y Salou.

La pérdida de la mayoría absoluta del PP en 2015 y los nuevos pactos con el PNV

Tras desperdiciar una legislatura con mayoría absoluta (2011-2015) en la que no derogó ninguna de las leyes ideológicas de la izquierda, en las elecciones generales de 2015 el PP obtuvo una raquítica victoria con 123 escaños, 53 por debajo de los necesarios para lograr una mayoría absoluta. En 4 años el PP perdió 63 escaños. Mariano Rajoy ni siquiera quiso someterse a la sesión de investidura, al carecer de apoyos para gobernar. Tras fracasar la investidura del candidato del PSOE, Pedro Sánchez, se convocaron unas nuevas elecciones generales para el 26 de junio de 2016 que el PP ganó con 137 escaños, 39 menos de los necesarios para una mayoría absoluta. Rajoy fue investido en esta ocasión con el apoyo de Ciudadanos, Coalición Canaria, UPN, Foro Asturias y la abstención del PSOE.

Una vez más, cuando llegó la hora de aprobar los presupuestos, el PP pensó en los separatistas. Rajoy pactó los presupuestos de 2017 y los de 2018 con el PNV. Apoyarse en un partido que ensalza a un racista como Sabino Arana le generó menos reparo al PP de lo que le genera ahora pactar con un partido constitucionalista y que apoya la unidad de España como es Vox.

El pacto PSOE-PP propuesto por Feijóo en 2019 para evitar pactar con Vox

Hay que decir que el rechazo del PP y concretamente de Feijóo hacia Vox llega a extremos que muchos votantes del PP parecen olvidar. Recordemos que en septiembre de 2019, Feijóo propuso un gobierno de coalición PP-PSOE para evitar pactos con Vox: "Sánchez tendría que hablar con el resto de la Cámara y decirle al PP 'le propongo una coalición de gobierno', una gran coalición en nuestro país porque no me fío de Podemos. Llamaría al PP y le propondría una coalición de gobierno o un pacto de Legislatura", dijo el entonces presidente del gobierno gallego en declaraciones a Onda Cero. Aquello no era una mera ocurrencia: Feijóo ya había propuesto eso mismo unos meses antes. Igual que ahora, el entonces presidente del PP gallego exhibió su cinismo acusando a Vox de ser "los socios del PSOE" mientras él proponía un pacto del PP con los socialistas.

---

Foto: Efe. José María Aznar y Mariano Rajoy junto a Jordi Pujol y otros dirigentes de CiU durante la firma del Pacto del Majestic en 1996.