Podemos se retrata y acude en auxilio de Putin en plena contraofensiva ucraniana

La contraofensiva ucraniana está poniendo en serios apuros a las fuerzas invasoras rusas desde hace una semana.

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Coincidiendo con esa contraofensiva, los propagandistas prorrusos han empezado a movilizarse para urgir unas negociaciones entre Ucrania y Rusia, utilizando a la población europea como excusa y augurando toda clase de calamidades si no aceptamos ceder en mayor o menor medida ante Putin. Los partidos más prorrusos de España, Izquierda Unida y Podemos, se han puesto manos a la obra para evitar que Rusia pierda la guerra que ella misma inició y que no pueda sacar tajada de su invasión de Ucrania.

Un pellizquito a Rusia y duras críticas a EEUU y a la OTAN

Unidas Podemos (la coalición formada por Podemos, Izquierda Unida y sus socios autonómicos) ha presentado en la Mesa del Congreso un documento fechado el 6 de septiembre, cuando las fuerzas ucranianas ya arrollaban a las rusas en las regiones de Járkov y Jersón. El documento está firmado por Pablo Echenique, el portavoz de la coalición de extrema izquierda en el Congreso de los Diputados. El texto sigue la línea que están adoptando los propagandistas rusos desde hace tiempo: un pellizquito a Rusia para fingir equidistancia (una sola línea al comienzo del documento) y un párrafo para atacar a Estados Unidos y a la OTAN, acusando al país norteamericano de querer beneficiarse de la guerra (una guerra iniciada por Rusia) mediante ventas de gas natural licuado y armas.

Lo que Podemos no dice es que la alternativa a ese gas licuado estadounidense y a esas armas es la derrota de Ucrania y el sometimiento de Europa a los caprichos de Putin. Podemos evita en todo momento hablar de las nefastas consecuencias de una victoria rusa y de los crímenes cometidos por las tropas rusas en Ucrania, y lo hace para deslizar la necesidad de "alcanzar a la mayor brevedad un acuerdo de paz que ponga fin a la guerra". Un acuerdo que, por supuesto, implicaría a Ucrania renunciar a parte de su territorio precisamente ahora que lo está reconquista. Con ello, Podemos se retrata y deja en evidencia que acude en auxilio de Putin en el peor momento para los invasores.

Podemos quiere poner fin al envío de ayuda militar a Ucrania

Por si quedan dudas del propósito de la formación de ultraizquierda, Podemos también pide "que se dejen de impulsar aquellos discursos y medidas que tienen como consecuencia la prolongación de la misma" (en referencia a la guerra). Es decir, que Podemos quiere que cesen los envíos de ayuda a Ucrania para evitar así que pueda defenderse de los invasores, ya que esa ayuda es la que ha permitido que lo que Rusia esperaba que fuese un rápido paseo militar se haya convertido, seis meses después, en una invasión en la que los rusos podrían ser los derrotados, como ya lo fueron en 1989 en Afganistán.

Recordemos que Podemos se ha opuesto sistemáticamente al envío de ayuda militar a Ucrania. Podemos parecía esperar una rápida derrota de Ucrania, y el hecho de que Ucrania se haya resistido y esté en vías de expulsar a los invasores es calificado cínicamente por Podemos como "prolongación del conflicto en Ucrania".

Dicen que sufrimos por la «escasez de gas ruso» mientras aumentan su importación

Lo más hilarante del documento podemita es esto: "Las consecuencias económicas de la guerra para el conjunto del continente están siendo dramáticas sobre todo a través de la escasez de gas ruso, la escalada astronómica de los precios de la energía y una inflación de dos dígitos que no se veía desde hace décadas". Esto es el colmo de la mentira. El gobierno de Sánchez, del que forma parte Podemos, ha incrementado considerablemente la importación de gas ruso en los últimos meses, traicionando así sus promesas a Ucrania.

Podemos se comporta como la delegación española de Gazprom

Por otra parte, la escalada de los precios de la energía se debe, en gran medida, a la situación de dependencia del gas ruso creada por los partidos y grupos ecologistas que pidieron el cierre de las centrales nucleares y de otras plantas de energía en la Unión Europea. Precisamente uno de esos partidos fue Podemos, que nos empujó a depender aún más del gas ruso con sus políticas ecologistas y sus reclamaciones de cerrar las centrales nucleares y de carbón. Cabe preguntarse si cuando reclamaba eso, Podemos estaba pensando en los intereses de España o en los de Rusia, porque la beneficiada por esas medidas del partido de ultraizquierda fue, precisamente, la Federación Rusa.

Si Podemos quisiese de verdad acabar con la situación de déficit energético que sufre España, lo que tendría que hacer es apoyar las medidas propuestas por Vox para recuperar nuestra soberanía energética, que incluyen prolongar la vida de nuestras centrales nucleares y derogar la prohibición de extracción de hidrocarburos (una prohibición que fue promovida y apoyada por Podemos). En vez de eso, el partido de extrema izquierda actúa, en la práctica, como la delegación española de la empresa gasística rusa Gazprom, poniendo como única solución posible que sigamos comprándole gas a Rusia y que los ucranianos paguen la factura con la entrega de parte de su territorio a los invasores.

La movilización de los títeres de Putin en el resto de Europa

Para terminar, hay que señalar que la iniciativa de Podemos no es casual. Como ya señalé el 7 de septiembre, el Kremlin está activando todas sus terminales, también las políticas, para presionar a Europa, reclamando el fin de las sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania y la reanudación de las compras de gas ruso. Las terminales políticas de esa estrategia son, principalmente, partidos de extrema izquierda (como Podemos) y también algunos partidos de derechas agrupados en el grupo parlamentario europeo de Identidad y Democracia (al que pertenece el partido de Marine Le Pen).

Sería interesante saber si esos partidos están recibiendo algún tipo de aliciente para actuar, una vez más, como los títeres de Purin en Europa. En todo caso, es inaceptable que en el gobierno de España siga teniendo presencia un partido de ideología comunista y que antepone los intereses de Rusia a los intereses de España. Sánchez debe romper ya su alianza con Podemos, y al no hacerlo se convierte en cómplice de sus maniobras para convertirnos a todos los españoles en rehenes de los caprichos de Putin.